“Los despiertos”.
“Los
despiertos”.
Ocean
Castillo Loría.
I
El desencanto hacia la política y lo político, nos ha
llevado a un aumento de la corrupción. En tiempos como los presentes, un
importante sector de la ciudadanía que, apoya al actual régimen, dicen que, “el
pueblo ha despertado”; que las cosas están cambiando.
Pero, lo cierto es que desde el oficialismo se
prostituye y se alimenta la política como espectáculo (Las conferencias de Casa
Presidencial, son evidencia de ello); el binomio Chaves – Cisneros (Para ponerle
nombre); son felices en la manipulación, en la que, desde los ignorantes, hasta
los perversos, son “piezas en este oscuro ajedrez”.
Desde los espacios que hemos podido, no hemos guardado
silencio (No hemos contemplado paralizados la miseria humana que se extiende
desde Zapote hasta Cuesta de Moras).
Entre tanto, otros ciudadanos insisten en la inacción
y la apatía; es muy triste que, “muchos de los despiertos”, tienen hijos,
nietos, sobrinos: Que les dirán cuando les pregunten: “¿Qué hiciste cuando el
Chavismo despedazó el país?”.
Si vamos a la historia, es evidente que, el binomio
Chaves – Cisneros, es hijo del giro que, desde los ochentas, tuvieron los
partidos tradicionales (PLN y PUSC); es hijo del liberal – progresismo del PAC
(Hoy, los que creen en una visión económica monetarista y en una visión de
marxismo cultural, lanzan de nuevo sus nombres a la palestra electoral).
De estos antecedentes, la llegada del vulgar neo –
populismo de derechas, ese que defienden los supuestos “despiertos”; ese, que
profundiza la corrupción, que tiene “sus propias redes de cuido”. Solo como
ejemplo, véase la realidad de quien ocupara la presidencia ejecutiva de la CCSS
y hoy, tiene otro “hueso” en el gobierno; solo como ilustración, hay
“despiertos”, que atisbando la crisis de seguridad nacional dicen: “eso no es
culpa del gobierno”, pero no dicen nada, cuando desde ese Ministerio, lo que
surgen son, en vez de respuestas, discursos demagógicos.
Hay injusticia, pero está cubierta por la bravuconada
que sale de las bocas del oficialismo en Zapote y Cuesta de Moras; “los
despiertos aplauden”; en ese aplauso, lo que avanza en el país, es el abuso y
el cinismo.
“Los despiertos”, ríen ante los atropellos, ante la
desfachatez; paralelamente, políticos libertarios, que hoy son claros asesores
del gobierno, escriben en redes sociales, desperdigando su veneno ideológico,
partiendo de la misma idea de la que partieron muchos políticos en el PLN, el
PUSC y el PAC, así como los actuales gobernantes: “este pueblo es estúpido”.
De este modo, nuestra política es una pantomima,
actores y espectadores, parecemos ser parte de este circo barato. El circo
alimentado “por los despiertos”: ¿Quiénes actuarán?, ¿Quiénes limpiarán la
podredumbre?
Tal parece que la presente campaña electoral seguirá
siendo como en el pasado, una exposición de inconsistencias: solo como ejemplo,
hoy se nos presenta un precandidato neoliberal, bajo la vestimenta de
socialcristiano (Así como el actual presidente no ha leído la Biblia, el
precandidato de marras, seguramente, no ha leído la Doctrina Social de la
Iglesia desde Juan XXIII hasta Francisco).
Hoy, en Costa Rica, el aplauso, el apoyo de “los
despiertos”, se une al silencio cómplice, lo que favorece al neo – populismo de
derechas. Los tales “despabilados”, no se dan cuenta que están adhiriendo a los
que, con el insulto, con la vulgaridad, quieren llegar a ser impunes.
Por otro lado, quedamos los que estamos hartos de este
circo, pero tampoco caemos en la trampa de creer, que, “despertar”, es caer en
los brazos del neo – populismo de izquierdas o de derechas, los que creen que:
“si la corrupción es de otros partidos, sí es corrupción, pero si es del
gobierno, es fruto de la ingobernanza”.
Los que creemos que la dignidad humana no debe ser
burlada y pisoteada; los que creemos que no todo es bajeza, los que creemos en
un modelo de desarrollo, capaz de regular el “capitalismo salvaje” (Juan Pablo
II); los que tenemos una fe antropológica en el Estado de Derecho (“Ni un cinco
mal habido, ni una sonrisa a un juez”).
Siempre que podemos lo decimos: por expresar estas
cosas, hemos sido amenazados por los partidarios del neo – populismo de
derechas (Sí, por “los despiertos”), esos, que, con guiones escritos, se creen
con permiso para expresar represalias, esos, a los que se les ha dado “patente
de corso” para lanzar amenazas irresponsables, burlas y hasta sadismo.
Gracias al último gobierno del PAC, y con la
complicidad de partidos como Nueva República, ya las acciones directas
(Huelgas, paros, manifestaciones), son prácticamente imposibles en Costa Rica.
Pero, vamos a elecciones presidenciales y legislativas. Con el voto podemos
alzar la voz, podemos exponer esa especie de “cólera santa, llena del celo por
la democracia que nos consume”: no se trata solo, de defender la democracia
política (A esto nos ha llevado el actual régimen); sino, de rescatar lo que
nos queda de democracia social (“los despiertos” están tan dormidos, que
olvidan la obra que va de los gobiernos de Calderón Guardia a Daniel Oduber).
II
El caso del actual gobierno, nos debe llevar al
análisis y reflexión sobre la percepción y reacción de la sociedad
costarricense, ante el actual “estado de cosas”, “estado” que, de nuevo lo
repetimos, es: circo e insolencia populista: es una especie de película donde
los “payasos quedan liberados” y, “los despiertos”, en realidad están
adormecidos por una especie de droga, que tiene por lema: “comprarse la
bronca”.
He aquí el resultado de una sociedad individualista,
ella, carcomida por una violencia explícita y por una “violencia silenciosa”
(La violencia de la desigualdad y la pobreza: la violencia estructural). La
sociedad costarricense, parece hoy, una sociedad de ciertas películas
hollywoodenses, donde la empatía y la compasión por el otro, es interpretado
como comunismo.
Y ya entrados en el tema del cine y la política, cabe
preguntarse: ¿Iremos a una sociedad, como aquella presentada en el cómic y las
películas de “Batman”, donde la gente era capaz de elegir a criminales de la talla
del “Pingüino” ?; ¿Iremos a una sociedad como la del filme de “El Guasón”:
donde el psicópata criminal, es alabado por liderar la rebelión de los
oprimidos del sistema?
Algunos analistas políticos, partiendo de la idea “a
priori”, de que la oposición ganará las elecciones presidenciales del 2026,
dicen que: “nuestra democracia quedará mallugada por el paso del actual
régimen, pero no vencida”.
Lo cierto es que, desde principios de la década de los
ochentas, venimos debilitando la democracia. Parte de ello, es la patética
decadencia en formación cívica de nuestros estudiantes y ciudadanos.
Esa decadencia, hace que importantes sectores del
electorado, “se crean inocentes”, incapaces de discernir entre el economicismo
y el reformismo: de ahí, “las embarcadas a la hora de votar”; de ahí también,
el que ciertos partidarios del oficialismo, crean que el actual grupo
gobernante: “los representa y se está comprando la bronca”; “por eso estamos
despertando”, dicen.
Ante este escenario, hay analistas políticos, que “un
día sí y otro también”, (Estamos de ese lado de la palestra), insistimos que, para
tratar de construir una especie de metáfora: “se está apoyando a “Pinguinos” y
“Guasones”.
Tal parece que muchos de “los despiertos”, no van a
despertar verdaderamente. Pero, no podemos cejar en esta lucha por el rescate
de la democracia política y social: los costarricenses debemos tomar conciencia
de estas realidades. Lo contrario, nos hunde, por decir lo menos, en manos de
la corrupción y el crimen organizado.
“Los despiertos” no quieren que se critique al
gobierno, por otra parte, se nos informa de los fracasos de “sus rutas” (La del
arroz, la de seguridad); entre “canalladas y vasallajes”, se abre paso la
verdad.
Paralelamente, desde mayo del 2022, en vez de
soluciones, lo que se nos presenta es culpabilidades: “es culpa del PLN, es
culpa del PUSC, es culpa del PAC”; pero “viene uno a ver” y, por ejemplo, en
las cúpulas de Hacienda y Seguridad Pública, hay personas que estuvieron en
algunos de esos partidos (Acosta y Zamora, respectivamente. El Ministro de
Hacienda, estuvo en el PUSC, el Ministro de Seguridad, sirvió en el gobierno de
Laura Chinchilla).
Por si fuera poco, conceptos como el de acción
ciudadana, fueron distorsionados en los últimos 23 años, no podemos olvidar
como un ex candidato presidencial (Que por cierto entraba o entra y sale en el
PLN “como Pedro por su casa”), decía que él, fue el primero en escribir sobre
ese concepto, pero los “rojiamarillos”, “se lo robaron”.
Para los teóricos políticos, este “circo sin pan” que
estamos viviendo, se resuelve con una ciudadanía informada, pero para cierta
gente: “la información que se nos presenta está atravesada por líneas
editoriales “canallas”, por lo que se abrazan a medios “vasallos”, estos
últimos, en muchas ocasiones, usan el “instrumental canalla”, pero, para
ocultar los errores del gobierno.
Hoy, en el ámbito de la prensa, “los despiertos”
gritan: “que ganen los vasallos, que el electorado sea incapaz de ver las
debilidades del oficialismo”; por experiencia, sabemos que: “el análisis
político realista, es por antonomasia pesimista”. El escenario de cara a las
elecciones presidenciales y legislativas, es desolador.
Pero lo decimos sin maquillajes: los analistas
políticos, en esta campaña, deberíamos abrazar un análisis comprometido, pero
no comprometido con un marxismo cultural sin sustancia; sino, un análisis
comprometido, mínimo, con la democracia política, máximo, con ella y con la
democracia social.
En el “deber ser”, el sistema político, buscaría
lograr la equidad: en el momento presente, los engranajes de ese sistema, están
atrapados en un contubernio de intereses perversos: en el corto, mediano y
largo plazo, los efectos de tal cosa, nos llevarán a la devastación.
Este contubernio, entre quienes ejercen el poder
formal y los poderes fácticos, está minando el Poder Legislativo, el Ejecutivo
y el Judicial. Esto alimenta el
escepticismo en la realidad de un régimen democrático.
Pero de nuevo: el futuro de la patria, todavía está en
nuestras manos a través del voto. Debemos tomar conciencia que, la democracia
(política y social), no “es un regalo de la Virgen de los Ángeles”, sino, una
conquista diaria, que no hemos sabido defender con firmeza.
Para los partidos que han gobernado este país desde
1982, el neoliberalismo es un destino inevitable. Lo que hoy tenemos es fruto
del desencanto, de la inacción, del silencio, de ese “facilismo” de “que otro,
me resuelva la vida”: “si puedo, trabajo lo menos”, “si puedo, gano dinero
fácil”, “si el otro, dice que se va a comprar la bronca, pues que se la compre
por mí”.
Esta es en muchos de “los despiertos” la realidad:
“veo, pero no quiero ver”: inclusive, algunos dicen: “esa ceguera me conviene,
me pagan como trol”; debemos volver a lo básico: la democracia no es perfecta,
pero en nombre de su perfectibilidad, no se puede destruir (Desde Zapote,
inclusive se ha llegado a decir que, no hemos vivido en democracia política).
Hoy, estamos en manos de los intereses oscuros del neo
– populismo de derecha; la respuesta clásica de las Ciencias Políticas, es
fortalecer la educación: esto es cierto, pero de cara al 2026, ya no tenemos
tiempo. Por lo menos de nuestra parte, nos comprometemos a una ciudadanía
activa, en los espacios que nos correspondan (Este año, cumplimos 30 años del
incesante ejercicio del análisis y la acción política).
Desde el 2010, se observa que, mucha de la clase
gobernante “tiene su red de cuido”, pasa, como diría el Lic. Alberto Cañas
(RIP), como “Tarzanes, no han soltado una liana (Un puesto político), cuando ya
están agarrados de la otra”. Esta “red”, garantiza que nunca tengan que rendir
cuentas políticas o judiciales.
En efecto, deberíamos volver a “una red de cuido”,
pero no para alimentar la impunidad; sino, para defender la democracia política
y social; defenderla, del economicismo y del deseo fascista del neo populismo,
de someterla al autoritarismo anárquico.
¿Tendremos el coraje colectivo para en cada rincón del
país, combatir a los “despiertos” y a los indiferentes?: más que rabia,
deberíamos llenarnos de indignación, no conformarnos con el corrupto estado de
cosas, que busca taparse con el estribillo de: “nos estamos comprando la bronca
y el pueblo lo sabe, porque se está despertando”.