Bukele y Chaves, “hermanos de leche”: el neopopulismo de derecha en El Salvador y Costa Rica.
Bukele y Chaves,
“hermanos de leche”: el neopopulismo de derecha en El Salvador y Costa Rica.
Ocean Castillo Loría.
I
La semana pasada, mientras
realizábamos una serie de gestiones, la persona que nos atendía afirmó que,
“Bukele es un buen presidente”; y cuando tratamos de explicarle un poco de la
realidad salvadoreña, nos decía: “si hay inocentes que tienen que terminar en
la cárcel, para combatir la inseguridad, pues, es algo que hay que aceptar”.
El pasado 11 y 12 de noviembre,
el Presidente de El Salvador, estuvo de visita en Costa Rica. En muchas ocasiones,
los gobiernos se juegan en una de tantas contradicciones, a saber: tener una
realidad interna, pero presentar otra, en la esfera internacional.
Bukele vino, para postular la
idea “del hombre fuerte”: “mano dura, aunque haya que pasar por encima de la
democracia política”; frente a ello, el Presidente de nuestro país, “con la
boca hecha agua”, decía que aspiraba a tener el poder de su par cuzcatleco.
El mensaje fue: “en Costa Rica,
la actividad criminal avanza, porque la democracia política, obstaculiza el
imponer la mano fuerte que se necesita para vencerla”. La realidad es otra: el
oficialismo, es eficaz y eficiente, para conflictuar, pero lento y sin ideas,
para gobernar.
De lado de Bukele, éste “vendía”
su régimen autoritario. De lado de Chaves, “babeaba” por él. De ese lado de la
ecuación, no debemos olvidar, que militantes libertarios, ya se han expresado
en redes sociales, contra la abolición del ejército; de ese lado de la
ecuación, recordemos que no importa la tradición democrática: la política y la
social.
Bukele y Chaves, sueñan con
gobiernos arbitrarios y represivos: en el caso costarricense, la
institucionalidad, desde la privatización de las empresas de CODESA, pasando
por los PAES I y II; el “Pacto Figueres – Calderón”; “el Combo del ICE”; “el DR
– CAFTA” y la aprobación de sus leyes complementarias; el impulso de “políticas
focalizadas” en el área social; casos como “el Cementazo” o “la UPAD”, hasta
llegar a la actual administración, ha resistido los inclementes embates del
economicismo y el neo – populismo de derecha.
En otros momentos, hemos dicho
que ese neo – populismo, tiene semejanzas con prácticas de corte fascista,
Bukele le dijo a los costarricenses, que se pusieran de manera inmutable detrás
de su presidente y obedecer sin cuestionamientos (Quizás por eso, el
mandatario, “huyó” de una reunión con miembros de lo que, por naturaleza, en
democracia, es la cuna del control político, por vía del cuestionamiento: el Poder Legislativo).
Ahora bien, una de las
estrategias del oficialismo en Costa Rica, es tratar de legitimar sus políticas
y sus posiciones, por “agentes externos”: el esposo de la jefa de fracción del
gobierno, respecto a “las leyes Jaguar” (Porque ya van varias versiones); el ex
ministro Juan Diego Castro, para justificar “las políticas de seguridad”.
Y ahora el Presidente de El
Salvador, “deslizó” la idea de que los costarricenses, votasen al “Chavismo”,
en el 2026, con lo que se fortalecería la centralización del poder (El
pensamiento de la pírrica reforma del Estado que ha propuesto el oficialismo); el
pensamiento de librarse del control (“Que el Jaguar se coma la Contraloría”):
es decir, “que no haya ataduras al neo – populismo de derecha”.
Vayamos a la receta de Bukele:
-
La suspensión o violación de los derechos de la
ciudadanía, para “dejar en plena libertad al gobernante”.
-
El control absoluto del sistema penitenciario,
“sin intromisión del Poder Judicial”.
-
La concreción de una política interna despiadada,
ya que, lo contrario, sería: “garantismo, permisividad, anarquía”. No se olvide
que, en campañas electorales recientes, estas ideas fueron postuladas en Costa
Rica, por candidatos presidenciales o legislativos, ellos parecían decir:
“¿Cómo que a los presos se les da de comer?”; “¿Cómo que los anti – sociales,
han de tener privilegios?”.
-
Quizás el retorno de la idea de la construcción
de “una mega – cárcel”; de nuevo, rememoremos que, en el Ecuador, el hoy
presidente, habló de “barcos – cárceles”.
Tal y como lo expresara
recientemente Rodolfo Cardenal, director del “Centro Monseñor Romero”: “La
comunión entre los dos gobernantes es tan intensa que hablaron de crear ‘una
liga de naciones’ pequeñas, interesadas en salvaguardar la seguridad y promover
la prosperidad”.
Véase que los conceptos de
“seguridad y prosperidad”, son parte del “deber ser” del neo – populismo de
derecha: “seguridad por el hombre fuerte, por la mano fuerte; prosperidad por
el Estado pequeño y la organización social del mercado”: por cierto: ¿No son
estas en mucho, las ideas de Trump en su retorno al poder en los Estados
Unidos?
Bukele “a su modo”, logró su
relección continuada; Chaves no va a poder hacerlo, pero en “los corrillos de
la política costarricense”, se dice que, hay partidarios suyos, “buscando un
Bukele – tico”: otros, hablan de abrazar la opción, de “quizás perder el
Ejecutivo, pero lograr mayoría legislativa absoluta”; Chaves y Cisneros, insisten
muchísimo en esa mayoría para el 2026.
Por su parte, Bukele, sueña con
ser cubierto con el “manto neo – populista de derecha”: en América Latina, la
cosa es que “el presidente favorito de Trump”, es Milei, quien, por cierto,
pasó humillaciones y vergüenzas en la más reciente reunión del G – 20, pero
esto, debe ser objeto de otro análisis.
Lo cierto es que: “en la
competencia por la bendición del Papa del neo – populismo de derecha (Trump)”,
Bukele va perdiendo: el primer presidente en ser recibido por el mandatario
electo de Estados Unidos, fue el argentino; Bukele solo recibió una llamada por
teléfono; Milei le propuso a Trump, “una alianza”, como la que “el original
Bukele”, le propuso a Chaves.
Hemos dicho que, Bukele, “vendía”
su régimen autoritario. De lado de Chaves, “babeaba” por él: pero: ¿Cuáles son
las contradicciones del producto de Bukele?:
-
La política de seguridad, solo combate a las
pandillas: corrupciones, desapariciones, femicidios, homicidios, narcotráfico,
violaciones, son “peccata minuta”. Volvemos a Cardenal: en El Salvador, hay
colonias y “pasajes”, que no abren sus calles a extraños; el mismo Presidente,
pasa rodeado de guardaespaldas y soldados, con “armitas” (esto lo decimos
nosotros) de guerra; y la oferta y demanda de la seguridad privada no baja.
-
Es interesante: Bukele en Costa Rica, no “habló
de esos temas” (Ponemos ironía a esta exposición); el Presidente de El
Salvador, tuvo contacto con ciudadanos (Claro está, los partidarios del
gobierno) y, se dio hasta el lujo de regañar a periodistas “que le señalaban
como dictador”; inclusive, hasta quiso “golpear” argumentalmente, al Presidente
de nuestra Asamblea Legislativa, claro está, no podemos dejar de mencionar,
perdón por la frase: “la bajada de pantalones”, de la prensa vasalla de nuestro
país: pero he aquí la contradicción: en su país, el cuzcatleco, debe aumentar
la seguridad; y en Costa Rica, no lo hizo.
-
En esas contradicciones, se ven las fisuras del
neo – populismo de derecha.
Bukele y Chaves, tienen un
discurso amañado: el primero admitió en nuestro país, que su modelo económico,
solo beneficia a unos pocos; el segundo, no dice que la presunta mejora en los
números de la macro – economía, son a costa del fortalecimiento de la
informalidad (Por ejemplo, en el indicador del desempleo); tal parece que, en
el caso salvadoreño, la respuesta, ante la concentración de la riqueza, será la
represión. Inclusive, Bukele habló de los inocentes que tiene en la cárcel.
Ni Bukele ni Chaves, son
coherentes y lúcidos. Al neo populismo de derecha, no le interesan los derechos
humanos de víctimas o victimarios; al neo populismo de derecha, no le
interesan, ni el bien común, ni el bienestar del mayor número.
Bukele y Chaves, polarizan: ellos
y sus partidarios, son “los buenos”; los demás, pues son “los malos”. Estos
presidentes, son los partidarios de la pos verdad: de manera cantinflesca,
quien no tolera la prensa opositora (El medio: “El Faro”, está operando desde
Costa Rica), aconsejó al periodismo costarricense, decir la verdad de todos, no
solo la de la élite, pero resulta que, el oficialismo en Costa Rica, ahora ¡Es
la élite – Jaguar!: la prensa vasalla aplaudía con “los pantalones abajo”.
Entre tanto, en nuestro país, la
oposición “está detrás del palo”, solo como para poner un ejemplo: el PLN, se
solaza porque al final tendrá una convención abierta, es risible leer a ex
diputados, decir que ese partido, debe defender las causas populares y el
bienestar del mayor número (Les estamos parafraseando); en el PUSC, hay una
clara división de tendencias.
II
Pero regresemos ahora a El
Salvador, si se abrazase de manera acrítica el discurso “Bukelista”, entonces
se abren escenarios mágicos a futuro, y esto, tanto por el oficialismo, como
por la oposición.
Ahora, tal parece, que tanto en
ese país, como en el nuestro, hay políticos que olvidan que, para referir al
futuro, se debe conocer el pasado y el presente, aquí, es donde juega un papel
fundamental, la decadencia de la clase política.
Hablemos cuando menos,
someramente, de los escenarios a futuro de las Repúblicas hermanas: en la
esfera ambiental, conforme al más reciente Informe sobre el Estado de la
Nación, Costa Rica, es una sociedad, cada vez menos sostenible y más
carbonizada.
Esto, es evidencia de cómo
nuestro país, debilita su apuesta ambiental, por lo que es reconocido en la
esfera internacional, es decir: a mayor debilidad en el ámbito ambiental, menos
prestigio internacional. Solo como ilustración de la debilidad mencionada, hay
una clara descoordinación institucional, lo que produce arriesgar las comunidades
costeras y los recursos marinos.
Por su parte, en El Salvador,
académicos, siguen insistiendo en los problemas fruto del calentamiento global.
La cosa es tan peligrosa, que lo que tal
parece queda por hacer, es adaptarse a esa realidad.
En ese país, también se mira con
preocupación, la tasa de fecundidad femenina. Ella, en 2023, estaba medida en
números redondos, en dos hijos; es decir, se va a seguir creciendo
poblacionalmente durante un tiempo, pero la hermana República, va camino a ser
“un país de viejos”, de ahí al descenso de la población, se está un paso.
¿Y en Costa Rica?: el Informe
citado nos dice que, hay un contexto de rápido envejecimiento demográfico, la
población infantil y adolescente, constituye un grupo cada vez más escaso, así,
el tema demográfico, es esencial: el vínculo de dependendencia de la población
adulta mayor en relación con aquella en edad de trabajar, crecerá de forma
acelerada.
En esta línea, actualmente, en
tierras cuzcatlecas, prácticamente el 80 % de la población mayor de 60 años, no
tiene pensión. Si los jóvenes, no tienen oportunidades de trabajo, el futuro de
los mayores, será peor y podría ser calificado hasta de catastrófico. En Costa
Rica, si bien los sectores de educación y salud, son de los más afectados por
el recorte de inversión social, los gastos en pensiones crecen.
Pasando esta página, la
productividad de los trabajadores de El Salvador, es mucho menor que la de los
trabajadores en países desarrollados, esto, por la diferencia educativa, entre
el país centroamericano y los territorios del primer mundo.
En el caso costarricense, el
proyecto Estado de la Nación, ha insistido desde hace varios años, que, el
sector exportador basado en zonas francas, ha experimentado un robusto
crecimiento en la productividad; pero esto no ha producido encadenamientos
sociales, productivos y fiscales, con el mercado interno. Por ello, no mejora
la productividad e ingresos del conjunto de la población. Las brechas de
productividad, generan disparidad en los ingresos y la clasificación de la mano
de obra en el mercado de trabajo.
En El Salvador, hay sectores de
la población que están siendo “comprados”, por regalos a los estudiantes, pero
lo cierto es, que no hay una inversión homogénea, en todos los niveles de la
educación formal.
En Costa Rica, la educación
pública y la salud, han sufrido los recortes económicos más significativos. En
esta línea, hay importantes cuestionamientos a las autoridades públicas, por
ejemplo, educativas. Así las cosas, la ley, se torna en una “aspiración a
cumplir”: sobre todo, la tesis Constitucional, de un 8 % del PIB para la
educación y, el financiamiento de la educación superior universitaria pública.
Desde hace años, tanto en El
Salvador como en Costa Rica, se ha venido haciendo mediocre la calidad de la
clase política y gobernante, que lucha por dominar la institucionalidad del
Estado. Esto, alimenta la triste realidad de “la espiral de la violencia”.
Por lo pronto, en ambos países,
se está apostando por los caminos de rasgos autoritarios: “autoritarismo en
democracia”, pero coincidimos con José M. Tojeira, ex rector, de la Universidad
Centroamericana: “José Simeón Cañas”: “los autoritarismos nunca llevan muy
lejos”.
Lo que nos parece increíble, es
que el electorado costarricense, piense ahora, que lo “bueno”, es tener una
democracia débil: tanto política como social o inclusive, que haya “una
dictadura, disfrazada de democracia”; pero tampoco podemos negar que, a esto
nos han llevado los gobiernos del PLN, el PUSC y el PAC, desde principios de la
década de los 80, hasta el 2022.