Análisis y reflexión de la situación política actual.
Análisis y reflexión
de la situación política actual.
Ocean Castillo Loría.
Entre las cosas que más preocupan
de la situación política actual, podemos mencionar, la profundización de “la
sociedad del espectáculo” (Mario Vargas Llosa), tanto en los medios de
comunicación, como en la acción política misma.
A esto colabora, el que los seres
humanos, estamos entregados a una dinámica altamente visual (“Homo Videns”, lo
llama Giovanni Sartori), por lo que, “en el lenguaje de las imágenes”, se
facilita la sobre simplificación de la realidad.
En este escenario, el neo
populismo polariza con facilidad. Poniendo como ilustración nuestro país, es en
esa palestra, donde el Presidente Rodrigo Chaves y la diputada oficialista,
Pilar Cisneros, “se sienten en un coliseo”; este es el marco del “caldo de
cultivo” de la violencia política que estamos viviendo en los últimos tiempos.
Frente a esta realidad, la
oposición al Ejecutivo, simplemente se encuentra sin estrategia. Paralelamente,
unos y otros, presentan “una crisis en el orden de las prioridades”: cuando el
país necesita agrupaciones concentradas en la generación de planes y programas,
así como de dirigentes con conocimiento del aparato institucional
costarricense, en muchos casos, nos encontramos con políticos:
-
Buscando fuentes de financiamiento para la
futura campaña electoral (Y no siempre lícitas: lo que, además, confirma la
clásica lectura marxista, de la política subordinada a la economía; y a
determinados grupos plutócratas).
-
Investigando, con que “partido franquicia”
pueden presentarse a las próximas elecciones.
-
Generando planes, pero de mercadeo electoral,
para “convencer” al “Homo Videns”.
Ahora bien, hemos dicho que, la
oposición no tiene estrategia, esto aparte de su atomización; pero el
oficialismo a hoy, no tiene un candidato o candidata fuerte, de cara al 2026; en
esta lógica, algunos analistas políticos, plantean que, los partidos, deberían
indagar para encontrar liderazgos, “de fuera de la política”, con esto, se
profundizaría más, la crisis de esas estructuras.
Entre tanto, Rodrigo Chaves
continúa con “su estilo troglodita”, en el molde de Bukele, Milei o Trump; esta
“puesta en escena”, se hace frente a un electorado políticamente, “poco
inteligente” y cívicamente, poco o nada educado. Ese electorado (Actor central
en la democracia política); es el que decide “quiénes gobiernan”; guiados por
la rabia y no, por la criticidad. En esto, ese electorado, es responsable de la
crisis en el país.
Al mismo tiempo que el
oficialismo ejerce su “estilo troglodita”, insiste en que no debe ser
controlado; y que, “para acelerar su presunta reforma del Estado y su modelo
económico monetarista”, debe alcanzar mayorías legislativas en el 2026.
A esto hemos llegado como
consecuencia de los gobiernos del Partido Liberación Nacional (PLN); el Partido
Unidad Social Cristiana (PUSC); el Partido Acción Ciudadana (PAC); y los
actuales inquilinos en Zapote.
En lo económico, el modelo
neoliberal, aumenta la presión social. Pero, para ciertos especialistas, ese
modelo “es un paraíso en la tierra”; como contraparte, vivimos en uno de los
países más caros de América Latina; en lo político, hemos retrocedido de
aquella tesis reformista, de “los partidos permanentes e ideológicos”, al
mesianismo y el personalismo: regresamos así, a la crisis de los partidos
políticos: ellos, atomizados en medio de un ambiente de polarización.
Súmese la contradicción que han
reflejado encuestas, como las del Centro de Investigaciones y Estudios
Políticos de la Universidad de Costa Rica, a saber:
-
Un importante apoyo presidencial.
-
Ciertos grados de desacuerdo, con las presuntas
políticas del gobierno.
Con este telón de fondo, los
partidarios del gobierno y sus troles, insisten en que el problema es el modelo
reformista; y la respuesta, es fortalecer el mercado como organizador social.
De este tipo de ideas, es que en el presente: educación, salud y seguridad, son
un gasto y no una inversión.
Por lo anterior, no en balde,
especialistas del Proyecto Estado de la Nación, hablan que: “la democracia en
Costa Rica, está sometida a una prueba de estrés”; lo que nos llama la
atención, es que, en materia de “teoría de la democracia”, se habla de “la
prueba de la democracia política”; pero nunca se refiere a la democracia
social.
Ella, es sometida a
cuestionamiento, pues la ciudadanía se pregunta: ¿Para qué democracia social
con corrupción e ineficiencia?: la respuesta del oficialismo, es lanzar culpas
al PLN, el PUSC y el PAC; mientras los miembros del Ejecutivo, reflejan su
desconocimiento de la institucionalidad, cosa que comparten con un electorado
manipulable y veleta. Esta es la base del apoyo al presidente.
Ya hemos dicho que, hay una
contradicción estadística, entre el apoyo presidencial y el desacuerdo,
respecto a sus políticas: ¿Qué es lo que percibe el electorado?: de manera
inductiva, podemos decir que:
importantes sectores de la ciudadanía, no entienden y poco les importa,
el tema de las políticas públicas.
Lo que para ellos vale, es que el
Presidente, es un hombre frontal y sincero, en sus ataques a los enemigos del
gobierno o suyos (Para el caso es lo mismo); en esa lógica, Chaves tiene razón
al decir que los controles son obstáculos (A esta tesis se unen economistas y
políticos libertarios; otros, más moderados, quizás defensores de una especie
de ordo liberalismo, hablan de gerentes estatales, que desconocen las leyes o
son presas de la corrupción).
Al final, lo cierto es que, con
esa idea de: “eliminar controles”, la resultante es: que se ponen los intereses
particulares, por encima del bien común y el bienestar del mayor número; a esta
realidad, colaboran: primero, el silencio de los grupos de interés favorecidos
por el modelo; y en segundo, la neutralización de los grupos de presión, fruto
de: “la reforma a la reforma procesal laboral”. Y si quedase un espacio de
oposición a estos eventos, pues, hay actores políticos prestos para manipular
las leyes.
En suma: el país tiene que
avanzar: la pregunta es: ¿Hacia dónde?: ¿A una profundización del
economicismo?; ¿Hacia un remozamiento y retorno del reformismo?: la cuestión se
complica: para responder a esas preguntas, se requiere lo que no se tiene: una
clase política de calidad y un electorado formado cívicamente.
Del mismo modo, se ha perdido de
vista que, para despejar estas incógnitas, el tema ideológico es fundamental:
aunque a mucha gente le incomode, es la ideología, la que guía o debe guiar,
los proyectos del ejercicio de gobierno. Esta es la función clave de mediación
de los partidos políticos.
A hoy:
-
La polarización, está por encima de la
generación de planes y programas.
-
El corto plazo, está por encima del largo plazo.
-
Las ocurrencias del grupo gobernante, desprecian,
lo que podrían ser políticas de Estado, con sustento técnico para fortalecer
una verdadera agenda nacional.
-
El estilo del Presidente, es una zancadilla para
el mismo avance de la estrategia monetarista, pues él, es el que “detona” las
concertaciones que se logran con sus potenciales o reales aliados.
-
El concepto de planificación, pierde terreno (Lo
viene haciendo desde hace cerca de 40 años); frente al mercado como organizador
social.
Con todo lo dicho, en este
momento (En política solo hay una ley: la del cambio permanente); el
oficialismo tiene las de ganar hacia el 2026…