Esbozos de análisis y reflexión sobre la política nacional (I)
Esbozos de análisis y
reflexión sobre la política nacional (I)
Ocean Castillo Loría.
I
En primer lugar, debe exponerse
que, como lo hemos dicho en otras ocasiones, una cosa es el análisis político y
otra, el comentario político: en el primero, el instrumental teórico, disminuye
la subjetividad; en el segundo, esa subjetividad, se manifiesta plenamente.
Con esto claro, cuando uno
escucha a políticos, opinando (Comentando), sobre la situación política del
país, no deja de percibirse, un tufo, “del que quiere posicionarse, como el
poseedor de soluciones, que, para llevarlas a cabo, requiere, aunque no lo
quiera, buscar el poder”.
Independientemente de ello, es
lamentable que muchos de esos políticos y otros, que, en efecto están en la
competencia electoral, no se dan cuenta que, por más que se desee ejercer el
gobierno, sin marcos ideológicos, sin planes y programas, no habrá orientación
en ese ejercicio.
Desde finales del siglo XIX y
antes de la década de los treintas, en Costa Rica, los partidos políticos eran
altamente personalistas: con el surgimiento del Partido Reformista del general
Jorge Volio y la fundación del Partido Comunista de Costa Rica, se subraya la
necesidad de partidos ideológicos.
Posteriormente, el Partido
Republicano Nacional (El de don Ricardo Jiménez); pasará, de ser liberal, a
“católico – social” y, con Calderón Guardia, concretará “la reforma social
cristiana”, esto aliado con los comunistas. Por otro lado, la aparición del
pensamiento socialdemócrata, llevará a la fundación de un partido con ese
nombre.
Luego de la Guerra Civil o
Revolución del 48, el cuadro de partidos políticos, padecerá de la supresión
del Partido Vanguardia Popular (PVP, comunista), que será restituido en la
década de los setentas (Esto lo detallaremos más adelante). Así, la dinámica de
las agrupaciones políticas, será en términos muy generales, la siguiente:
-
El PLN: con una clara visión socialdemócrata.
-
“La oposición”: conformada por sectores
liberales y “Calderonistas” (Social cristianos).
-
La izquierda: marxistas: algunos con conciencia
del socialismo científico como método de análisis y acción política; y otros,
viéndolo como “receta”.
En la década de los ochentas,
tanto el PLN, como “la oposición”; serán estructuras tradicionales que
competirán por el poder: en el caso de la segunda, pasará por los siguientes
cambios:
-
Coalición Unidad (Gobierno de Carazo: 1978 –
1982).
-
Coalición Unidad Social Cristiana (Elecciones de
1982)
-
Partido Unidad Social Cristiana (Fundado en
1983, hasta el presente).
Precisamente, en la década de los
ochentas, el mundo verá un giro en el modelo de desarrollo, con el
resurgimiento de la ideología liberal (“La intervención del Estado en la
economía, no es la solución, es el problema”).
Esta realidad, llevará a una
igualación ideológica, del PLN y el PUSC: el reformismo, pasaba a ser lo viejo;
y el economicismo, la innovación: he aquí las primeras semillas, de lo que
luego devendrá en posiciones autoritarias.
Pero, inclusive, antes de ese
marco, ya debe decirse que, por ejemplo, el PLN, acentuaba sus características
de “maquinaria electoral”: el “electoralismo” en ese partido, fue advertido
como un peligro, por muchos de sus dirigentes (Secretarios Generales, ex
Presidentes de la República); al final, muchos años después, se hablará primero
de: “sindicatos de candidatos a diputado” y luego, de “sindicatos de candidatos
a alcaldes”.
En el caso del PUSC, “el dominio
Calderonista”, servirá para acentuar una dualidad: en términos de mercadeo
electoral, el PUSC, “era socialcristiano”; pero en términos de política
económica, era monetarista. Bajo esta lógica, se darán los gobiernos de
Calderón Fournier, Rodríguez Echeverría y Pacheco de la Espriella (Véase que,
de cara a la presenta campaña electoral, la fisonomía neoliberal de ese partido
es clara, con Juan Carlos Hidalgo).
Por su parte, con la concreción
de la “Perestroika” de Gorbachov, en la Unión Soviética, la izquierda
costarricense, profundizó su crisis: “los ortodoxos” se quedaron con la
estructura de Vanguardia Popular y, los “Manuel Moristas”, tuvieron que crear
otras tiendas (Fuerza Democrática, el Frente Amplio).
En el PLN, la derrota de don
Carlos Manuel Castillo en 1990, generará cambios, que, a la larga, tendrían y
tendrán, efectos fundamentales en el país: se dará lo que se conoció en su
momento, como: “la revolución de las caras nuevas”, es el momento en el que se
dan las precandidaturas de José María Figueres Olsen y Margarita Penón.
El primero, gana en las
elecciones nacionales de 1994, con la idea discursiva de que el PLN, retorne a
una visión “socialdemócrata moderna”, opuesta al economicismo: de ahí, su
oposición a la aprobación del Programa de Ajuste Estructural III (PAE III), del
que estaba a favor, el candidato oficialista, Miguel Ángel Rodríguez (PUSC).
En los primeros dos años, la
administración Figueres Olsen, presentó una clara confrontación con la fracción
del PUSC, pero de cara, a sus próximos dos años, el Presidente, se fue
acercando a las tesis de política económica monetarista, lo que llevará a la
negociación del denominado: “Pacto Figueres – Calderón”. De ese pacto, se
cumplen algunos acuerdos y otros fracasan, incluida una fuerte presión social,
es que se logra esa derrota.
Para 1998, Miguel Ángel
Rodríguez, intenta un “modelo de concertación nacional”, donde podría decirse
que, la primera parte, es bastante acertada, esto, pese a algunas críticas. El
problema fue, que, en la segunda parte, el gobierno, distorsionó la
metodología, para imponer sus tesis.
Tal y como lo explica el
politólogo, Alberto Cortés Ramos, de esta lógica, surgirán el conjunto de
proyectos, conocidos como “el Combo del ICE”; el PLN, manifestará su crisis
ideológica: primero apoyará las aperturas, el tema es, que, durante la campaña
presidencial, José Miguel Corrales, había adversado estas tesis.
La presión social fue inmensa: el
PLN, cambiaba de posición. Por la presión mencionada, se abre la puerta a la
creación de una Comisión Mixta, compuesta de diputados y miembros de la
sociedad civil organizada, con esto: era claro el cuestionamiento de esa
sociedad a la clase gobernante y política. Esto, llevará “al derrocamiento de
hecho, de las ideas del gobierno ‘socialcristiano´”.
Posteriormente, el mismo ex
Presidente Rodríguez Echeverría, dirá que su gobierno, legitimaría “esa solución
costarricense” (La aceptación de la Comisión Mixta). Los que vivimos esa
coyuntura, recordamos como, el entonces Ministro de la Presidencia, hablaba de
“los cuatro gatos”, que se suponía, eran “las manifestaciones contra el Combo”,
la realidad era que las manifestaciones, eran muy grandes.
En 2002, en el PUSC, se dan los
primeros rasgos de populismo, esto, con la precandidatura y postulación del Dr.
Abel Pacheco de la Espriella. En su estrategia de mercadeo electoral, insistía
“en la hora del abrazo”, en la unión nacional. Concordamos con la politóloga,
María José Cascante, en el sentido que, estos elementos, embonan con la
categoría de populismo.
Para esa campaña, el PLN, trató
de dar un giro ideológico, por medio de la postulación del ing. Rolando Araya
Monge, él trató primero, de establecer el dominio de su programa de gobierno,
basado en las tesis de los autores Alvin y Heidi Toffler. Pero, la habilidad de
Pacheco, hacía titubear a Araya, éste, a veces, trataba de imitarlo, a veces
quería “volver a venderse, como político serio”.
Por otra parte, en esa contienda,
aparece el Partido Acción Ciudadana (PAC): éste había sido fundado por el ex
liberacionista, Ottón Solís. Esto generó la impresión “simplista”, en ciertos
sectores del electorado: “de que el PAC, venía del PLN”.
Algunos esperaban que, el PAC,
“rescatase una visión socialdemócrata” en sus planteamientos: en realidad, ese
partido enfatizaba una visión ética, pero nunca se atrevió a “inscribirse en
una corriente ideológica”.
Al final, Pacheco ganará en
segunda ronda. La meta del PLN, era entrar en ese balotaje, combatiendo al PAC.
Ya en el gobierno, la faceta populista de don Abel, fue clara: “0 planes y
programas”; los constantes cambios en el gabinete, harán famosa la frase de:
“la hora del abrazo”, entendiendo esa oración, como “el momento para echar, a
ministros o presidentes de instituciones autónomas”.
Será en esa época, que podía
ponerse en la discusión legislativa, el Tratado de Libre Comercio entre Estados
Unidos – Centroamérica y República Dominicana (DR – CAFTA). La manifestación
directa de los grupos de presión, asustó al Presidente, su gobierno pasó: “sin
pena ni gloria”.
Frente a esta realidad, los
defensores del modelo neoliberal, impulsarán el tema de la reelección presidencial:
en 2003, la Sala IV, anulaba una reforma a la Constitución Política, que
prohibía la ratificación presidencial.
Oscar Arias, se postula para las
elecciones del 2006, siendo una de sus principales banderas, el apoyo al
Tratado de libre Comercio ya mencionado. Entre tanto, el PAC, volvía a
presentar la candidatura de su fundador, Ottón Solís. El primero, gana la justa
electoral, por un pequeño margen. Gracias a un referéndum, el DR – CAFTA, es
legitimado; y el gobierno de Arias, permitirá la aprobación de sus leyes
complementarias.
Sucederá a Oscar Arias, Laura
Chinchilla, vicepresidenta del 2006 al 2010: pese a ser la primera presidente
del país, ella se desmarcó del feminismo, ligado, por ejemplo, a corrientes del
marxismo cultural; en materia de política social, acentuó las tesis propias de
la focalización.
II
Así como el gobierno de Pacheco,
ha sido el último del PUSC; el de Chinchilla, es la última mandataria del PLN.
En 2014, las elecciones son ganadas por el PAC, bajo el liderazgo de Luis Guillermo
Solís: algunos analistas, planteamos la tesis, de que este candidato, podría
“darle a ese partido, un fondo ideológico de corte socialdemócrata”, cosa que
no hizo. Por si fuera poco, el tema ético, quedó erosionado por escándalos como
el del “cementazo”.
Pese a ello, el PAC gana las
elecciones de 2018, esto en el marco de la “complejidad de la agenda política”;
en la segunda ronda, Carlos Alvarado, enfrenta a Fabricio Alvarado, en ese
momento, candidato del Partido Restauración Nacional (PRN); el primero se
desempeñó mejor en la campaña, se colocó como: “un defensor del Estado de
Derecho” y defensor de los valores patrios (Encuesta de opinión CIEP – UCR,
abril 2018).
La complejidad de la agenda
política, se ve reflejada, ya no solo en temas de política económica, sino,
también, en temas que pueden ser calificados “del ámbito cultural”: en el caso
de los votantes del PAC, otros factores que influyeron en el voto a ese partido
fueron: el miedo a mezclar religión y política; así como los derechos de la población
LGBTI.
En el caso de los votantes de
Restauración Nacional, los factores que más influían su voto eran: la posición
opuesta de su candidato al pronunciamiento de la Corte Interamericana de los
Derechos Humanos, sobre el matrimonio homoafectivo, la visión conservadora de
la fe cristiana y la defensa de la familia.
Por su parte en 2022, el PLN
presentó como candidato, al ex presidente José María Figueres Olsen: ya desde
su primera candidatura en la campaña de 1993 – 1994, este político, era señalado
por diversos cuestionamientos.
Inclusive, algunos analistas,
llegaron a expresar que, Figueres Olsen y el PLN, recibieron apoyo de medios de
comunicación conservadores, que, en el pasado, se habían opuesto a lo que el ex
presidente Luis Alberto Monge, llamaba “el Liberación histórico” (1951 – 1978).
A esto debe sumarse que, durante
la administración Alvarado Quesada (2018 – 2022), la fracción del PLN, le ayudó
en la creación de impuestos y, “la reforma a la reforma procesal laboral” (Que
prácticamente elimina las acciones directas de los grupos de presión); de ahí,
que el PAC y el PLN, “comparten desprestigio”.
Todo lo anterior alimenta la
erosión del PLN, un partido que, viene perdiendo elecciones presidenciales
desde 2014. Lo que ya hemos expuesto, lo respaldamos con cifras:
a) Arias le gana a Ottón Solís en
2006, con una diferencia porcentual de 1. 12 %.
b) Chinchilla le gana al PAC en
2010, con un 46. 91 %.
c) Johnny Araya, se retira “de
hecho”, de la segunda ronda electoral en 2014: Luis Guillermo Solís del PAC,
gana con un 78 % en números redondos.
d) En 2018, Álvarez Desanti, no
pasa a la segunda ronda.
e) En 2022, Figueres Olsen, cae
derrotado a manos de Rodrigo Chaves.
En suma: los partidos políticos
como estructuras del sistema, presentan una crisis, que tiene entre sus
factores, el desprestigio de los partidos que han gobernado: ante esto, como es
propio del neo – populismo, se apuesta a la polarización, tal evento sumado a
que, el “Chavismo”, usó un partido franquicia o “taxi”, para llegar al poder.
Por si fuera poco, en un momento
de la campaña, los asesores del hoy Presidente, le hicieron girar en su imagen:
“del tecnócrata que nadie entendía”, al que “estaba dispuesto a comprarse la
bronca”, esa bronca ciudadana, acumulada frente a la continuidad de los
problemas.
Desde el derecho (Mientras
redactábamos este análisis, estábamos releyendo las memorias de don Alberto
Cañas Escalante), tal parece que se ha dejado de lado, el ideal de alcanzar la
justicia, para acentuar las “formas” de su actuar (Lo que, por ejemplo, don
Rolando Araya, ha denominado: “la dictadura de los incisos”).
Este razonamiento, es aprovechado
por “el simplismo neo – populista”, para acentuar que: “el problema del país,
es la existencia de controles en el ejercicio del poder” (El Poder Legislativo,
la Sala Constitucional, la Contraloría General de la República).
Lo que está sucediendo en Costa
Rica, es que este tipo de sobre simplificación, permite al oficialismo, “el que
pase el tiempo mientras se polariza”, entretanto, la oposición, va del
desconcierto a la ausencia de propuestas para el ejercicio del gobierno.
Frente a los ataques a la
democracia por parte del Ejecutivo, el Presidente del Legislativo (Rodrigo
Arias Sánchez), se ha constituido en un contrapeso en defensa de la democracia
política (Y en algunas ocasiones, de lo que nos queda de la democracia social).
Esto es tan claro, que, hasta intelectuales de izquierda, se han visto
obligados a reconocer, que don Rodrigo, ha cumplido esa función.
Ahora bien, en términos teóricos,
la solución a los problemas, implica dos dimensiones:
a) La acción de los expertos.
b) Concertaciones entre sectores
(Para minimizar la polarización: el maestro en Ciencias Políticas: Maurice
Duverger, hablará de las dos facetas de la política: la integración y el
conflicto).
Pero estas dos dimensiones, se
complementan, de nuevo:
a) Con visiones ideológicas (Las
propias de la derecha, el centro – derecha, el centro – izquierda y la
izquierda).
b) Los planes y programas
derivados de esas visiones.
Entre tanto, el gobierno de
Rodrigo Chaves, se mueve por el resentimiento y no por ideales. Esto, empeora
las crisis en materias de educación, salud y seguridad (La evidencia de ello,
la encontramos, en el más reciente Informe sobre el Estado de la Nación, en
Desarrollo Humano Sostenible).
He aquí una clara dualidad: al
oficialismo, lo que le interesa es, la polarización (“un pleito que se extienda
hasta las elecciones de 2026, para poder sostener el apoyo, que les permita
como mínimo, aumentar su fracción legislativa en el periodo 2026 – 2030). Por
otro lado, los problemas de Costa Rica, se profundizan.
Si alejamos el lente de análisis,
es evidente, que la época reformista (De Calderón Guardia a Daniel Oduber), fue
altamente exitosa para el país (Esto lo detallaremos más adelante). Las crisis
comienzan a agudizarse con la implementación del modelo de desarrollo
economicista.
A esto, debe sumarse el deterioro
educativo, que ha sustentado el que importantes sectores del electorado, caigan
en la dinámica “de la sociedad del espectáculo” (Mario Vargas Llosa), lo que, a
su vez, favorece el neo – populismo.
Aquí de nuevo, el comentario de
ciertos políticos, carece de exactitud y veracidad: ellos, se lanzan
apresuradamente, a hablar de Costa Rica, como un Estado fallido, cosa que
aplauden los defensores del monetarismo.
Para ellos, por ejemplo, las Garantías
Sociales, concretadas durante el gobierno de Calderón Guardia, son “cargas
sociales” (Repasando obras de don Eugenio Rodríguez Vega, el argumento de la
derecha de aquel tiempo, decía que esas “garantías”, iban a llevar a la quiebra
a los comerciantes).
Hoy, cuando se insiste en “cargas
sociales”, se trata de colocar la meta – idea, de que, “para que haya una mayor
gobernabilidad (En realidad gobernanza)”, las Garantías deben ser eliminadas.
Si se contrasta la historia con la realidad política presente, no puede
olvidarse, que, en los cuarentas, los entonces dueños del periódico “La
Nación”, le propusieron a don José Figueres Ferrer, el que se quedase en el
poder con su apoyo, a cambio de derogar las Garantías Sociales: don José, se
niega (Para decirlo claramente: “los manda al carajo”).
Desde la Junta Fundadora de la
Segunda República, se sostiene la obra social y educativa (La Universidad de
Costa Rica), de Calderón Guardia; además se abole el ejército (Hace un tiempo,
nos parecía indignante que, un presunto “ideólogo” libertario, hablara de
restituir el cuerpo castrense).
Además, se crean instituciones
como el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y se nacionaliza la banca
(Obra golpeada por los gobiernos de José María Figueres Olsen y de Luis
Guillermo Solís Rivera).
Una vez más: desde la ejecución
de los Programas de Ajuste Estructural (PAES), hasta el momento presente, la
derecha más recalcitrante, ha propugnado que los capitalistas, adquieran las
empresas estatales que producen ganancias a precio de quema.
Del mismo modo, se insiste en
reducir el aparato Estatal, a cualquier precio, esto, sin tomar en cuenta, las
consecuencias sociales que esto traería. Solo para poner una ilustración, esas
consecuencias, se pueden ver en otros países Centroamericanos y
Latinoamericanos.
Mientras realizábamos este
análisis, se publicaba la noticia en el sentido que, los jefes de fracción de
la Asamblea Legislativa, se quejaban ante el Fondo Monetario Internacional
(FMI), por los recortes en la inversión social, realizados por la
administración de Rodrigo Chaves Robles.
El tema es que, con este
señalamiento, partidos como el PUSC y el PLN, caen en una contradicción
histórica: cuando ellos, ejercieron el poder, también intentaron y tramitaron
el recorte del gasto público (Lo que nutre la bronca en la que se basa Chaves).
Regresando a la categoría de
“Estado fallido”, cuando se observa la región centroamericana, en los casos de
El Salvador, Guatemala y Honduras, parecen encajar en esa categoría: en esos
países, el centro del embone, sería la derrota de las políticas de seguridad
ante las maras o pandillas.
Desde la derecha y su neo –
populismo, el problema es de los componentes de esos grupos. Para la izquierda
y su neo – populismo, el problema es de los grupos oligárquicos, que,
impidiendo la inversión social, impusieron las acciones de los ejércitos.
En el caso costarricense, el
retiro de la intervención del Estado en las áreas económicas y sociales, no ha
dejado de fortalecer otras estructuras, por ejemplo, las iglesias de corte neo
– pentecostal, que, a su vez, han sustentado las bases sociales del voto de
partidos como Nueva República.
Además, desde la perspectiva del
narcotráfico, se va creando “una especie de Estado paralelo”, con prácticas
represoras y terroristas, controlando amplios territorios. Entonces, el
rompimiento del tejido social, se complementa entre el modelo de desarrollo
neoliberal y, el tráfico de drogas. Súmese, que, el libre mercado, juega en
materia de seguridad: ante la ineficiencia de la seguridad pública, se
fortalece la seguridad privada, lo que tiene consecuencias políticas,
económicas y sociales.
Una vez más: la búsqueda de
soluciones a los problemas de Costa Rica, en el marco de la democracia
política, pasa por la realización de concertaciones y negociaciones; pero,
repetimos, el tema de la “concertación nacional”, también está erosionado:
a) Ya hablamos de lo sucedido en
el gobierno de Miguel Ángel Rodríguez.
b) En el periodo de Laura
Chinchilla, ella, optó por la conformación “de una Junta de Notables”, cuyo
informe de reformas, “duerme el sueño de los justos”.
c) Al no darle Luis Guillermo
Solís, “fondo ideológico” a su gobierno, el PAC, pierde una valiosa
oportunidad.
d) Carlos Alvarado Quesada,
abraza una visión de tipo “socio liberal”, donde la política social, está
acentuada por el “marxismo cultural” y, la política económica, de corte
liberal.
e) El actual gobierno, es claramente neo
populista de derecha y, por tanto, enfatiza más el conflicto, que la
integración (De hecho, en la ya citada reunión de jefes de fracción con el FMI,
también señalaron que, el Ejecutivo, no propiciaba el diálogo, con los actores
políticos y sociales, con lo que se profundizaba la fragmentación política)
f) Pese a la erosión, la Mesa de
Trabajadores del Banco Popular, ha insistido en concertar.
Como puede verse, el concertar,
requiere de una gran habilidad política (La “virtú, de la que hablaba
Maquiavelo), pero ella, no se encuentra presente, en las clases gobernante y
política de Costa Rica. He aquí, uno de los grandes problemas políticos del
país.
De igual modo, ya hemos visto
que, desde el derecho (Mientras redactábamos este análisis, estábamos releyendo
las memorias de don Alberto Cañas Escalante), tal parece que se ha dejado de
lado, el ideal de alcanzar la justicia, para acentuar las “formas” de su actuar
(Lo que, por ejemplo, don Rolando Araya, ha denominado: “la dictadura de los
incisos”).
Frente a esta realidad, se habla
de una urgente reforma del Estado: de este tema, se viene hablando desde hace
muchos años. Aquí reseñaremos algunos momentos:
-
Ya, desde 1982, se impulsaba con más fuerza, la
apertura económica.
-
Desde el gobierno de Luis Alberto Monge (1982 –
1986), se implementaban las medidas de Ajuste Estructural (PAES), para la baja
del gasto público.
-
La línea se continuó, durante la primera
administración Arias (1986 – 1990).
-
En los gobiernos de Calderón Fournier a Miguel
Ángel Rodríguez (1990 – 2002), se trata de acelerar el modelo economicista: Se
critica el gasto público, se concreta un programa de movilidad laboral,
asimismo, ya hemos hablado del “pacto Figueres – Calderón” y el “Combo del
ICE”.
-
También ya hemos referido al tópico del DR –
CAFTA, en la segunda administración Arias (2006 – 2010).
-
Los gobiernos de Laura Chinchilla y Luis
Guillermo Solís (periodo del 2010 al 2018), trataron de implementar medidas
para sustentar la eficacia en el sector público, pero sus resultados fueron
variados, dada la presión social.
En el caso del actual gobierno,
el eje de algunas de sus propuestas, giran en torno a la centralización, esto,
sin participación de la ciudadanía: desde su discurso, de lo que se trataría,
es de recuperar rectorías y responsabilidades. El problema, es el
debilitamiento de los contrapesos.
El tema es que ciertos
especialistas, dicen que estas tesis, más que profundizar una reforma del
Estado, buscaría una reforma administrativa. Otro defecto, es que se parte de
la idea: “de que, los jerarcas resolverán todos los problemas”.
Como puede verse, este tema,
parece ir en movimiento de péndulo: por momentos, se buscaba la
descentralización. Y por momentos, se busca la centralización (es el caso de la
actual administración).
Sin embargo, uno de los problemas
en el presente gobierno, es que, “la centralización, debería llevar al
fortalecimiento de los instrumentos de control, pero el neo – populismo (de
izquierda y derecha), repudia el control”. Así: “a mayor centralización, mayor
peso, de instancias como la Contraloría General de la República”, pero, para el
Ejecutivo, ésta, es su enemiga.
A falta de controles, parece que,
“la idea implícita del gobierno Chaves”, es disponer de alta discrecionalidad
política. Con ello, los criterios técnicos, quedarían subordinados a criterios
políticos.
Como puede verse, de nuevo,
estamos ante la imperiosa necesidad de “la habilidad política”, para no dar
excesivo poder, por encima de criterios técnicos. Para esto, es clave la
planificación, pero la respuesta monetarista es: “el mercado, se regula a sí
mismo”.
El punto es que, a esta altura
del gobierno: ya el tema no es una reforma del Estado o tan si quiera, una
reforma administrativa: lo que interesa es que el Presidente sea popular,
mientras esto suceda, en el marco “de una sociedad alienada”, los problemas
nacionales ya no importan. Entonces: “el gobernante es popular” (Que no es lo
mismo, que tener confianza); pero en casi 4 años, el oficialismo, ha demostrado
que no sabe gobernar, con lo que se ha perdido el tiempo.
Así las cosas, ante la presente
campaña electoral, se abre la tentación de seguir el camino neo – populista
para alcanzar el poder. Por ejemplo, se dice que, en el PLN, esta sería la
estrategia de postulantes como Gilberth Jiménez (Mientras escribíamos este
análisis, este precandidato, era suspendido en su militancia, por el Comité de
Ética de su partido. Para combatir la medida, el precandidato, ha presentado un
amparo electoral ante el TSE, ese amparo lo ha ganado.).
Otros, están más interesados en
lo que técnicamente, se conoce como “la carrera de caballos” (El
posicionamiento en las encuestas) y, como se dice exóticamente: “esperar el
‘momentum’”, para alcanzar el poder.
Por otra parte, hemos dicho que:
la búsqueda de soluciones a los problemas de Costa Rica, en el marco de la
democracia política, pasa por la realización de concertaciones y negociaciones;
pero, repetimos, el tema de la “concertación nacional”, también está
erosionado.
Adicionalmente, el oficialismo,
al no interesarle esos procesos, ha venido planteando la necesidad de alcanzar
grandes mayorías legislativas, de cara a llevar adelante en el periodo 2026 –
2030, su “programa político”, esto, inclusive, sin descartar la posibilidad de
concretar una Asamblea Nacional Constituyente.
III
Gracias al historiador, Oscar
Aguilar Bulgarelli, podemos hacer un breve repaso histórico, de los intentos de
convocar una Constituyente:
-
En 1966, la idea era recobrar algunos de los
planteamientos, del proyecto de Constitución Política, de la Junta Fundadora de
la Segunda República, que fue rechazado en 1949. Esta idea, ni siquiera llegó a
votarse en primer debate.
-
Al año siguiente, el mismo presidente José
Joaquín Trejos, impulsó otra iniciativa, esto con el objeto de cambiar desde
sus raíces, el Estado paternalista. Esa propuesta, fue llevada al seno de la
Asamblea Legislativa, pero, terminó siendo archivada.
-
En 1976, se vuelve a la idea de la convocatoria,
bajo el razonamiento, de que, en el fondo, la Constituyente del 49, fue
conservadora; se decía que, a mediados de los 70, ya el peso de izquierdas y
derechas, era sustituido “por una actitud costarricense”.
-
Dos años después, el ex presidente Trejos,
insiste en la convocatoria, el 23 de febrero de 1977, empezando el año
electoral para las justas de 1978, se determina en la Comisión Hacendarios, el
proyecto de 1976, el entonces precandidato, Rodrigo Carazo, se opuso al
proyecto. Éste, fue archivado el 6 de septiembre de 1978.
-
El 7 de septiembre de 1982, el diputado
liberacionista, Jorge Luis Villanueva Badilla, presentaba una moción, para que
un proyecto, presentado en 1981, fuera puesto a despacho. Esta idea, recibió
señalamiento negativo, del Departamento de Servicios Técnicos. En esto, hubo coincidencias
del TSE, pero el Tribunal, sí estaba de acuerdo, con que, se nombrase una
Comisión Redactora. Se decía (Y aun hoy se dice, que, en esos momentos, lo que
se buscaba, era abrir la puerta de la relección de Daniel Oduber Quirós).
-
Esto
generaba que Oduber estuviese de acuerdo y el entonces presidente, Luis Alberto
Monge, se expresara en contra. El tema fue llevado a la Asamblea Plenaria del
PLN, el 15 de mayo de 1983. También para ese momento, el entonces Secretario
General, Oscar Arias S. también se oponía a la Constituyente. La Asamblea
Plenaria, apoyó la tesis de Oduber; pero ya en la Asamblea Legislativa, se
había rechazado el proyecto. Los opositores dentro del PLN, dijeron que el
acuerdo de la Plenaria, no era vinculante con los diputados de la fracción.
-
En la década de los 90, el entonces dirigente
liberacionista, José Miguel Corrales, hablará de la necesidad de la
convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente; siendo candidato en 1998,
plantearía esa idea.
Demos un salto en el tiempo:
-
En 2017, un Comité Nacional Ciudadano por una
Nueva Constituyente, cabildearía esa idea: la tesis era que la convocatoria, se
hiciese por medio de un referéndum.
-
Para el 2020, la Sala Constitucional, anulaba
dos resoluciones del TSE, que autorizaban la recolección de firmas con el
objetivo antes dicho. La tesis central, era que, por referéndum, solo se pueden
hacer reformas parciales a la Carta Magna.
Como puede verse, este tema,
implica varios tópicos de los que debe hablarse:
1) El tema del modelo de
desarrollo: una Constitución, lleva la impronta de la defensa del modelo de
desarrollo, de quienes vencen en la Constituyente: en el caso de la de 1949, no
fue así, el proyecto de la Junta Fundadora de la Segunda República, fue
rechazado; y la base de discusión, fue la Constitución de 1871. En la década de
los 60, hubo dos motivaciones opuestas para intentar una convocatoria: en la
primera, el rescate de las ideas reformistas de avanzada, del proyecto de la
Junta Fundadora; la segunda, para combatir, la presunta distorsión del modelo
reformista: el Estado paternalista (Desde una visión histórica neoliberal: en
nombre de la introducción de la técnica, lo que sucedió fue, que, por medio del
paternalismo estatal, se alimentó el clientelismo político, en favor en ese
momento, del PLN).
2) El tema ideológico: véase que,
a mediados de los 70, se hablaba de la sustitución de las izquierdas y las
derechas: esta falacia, se acentuará, con la caída del Muro de Berlín,
alimentada por tesis como la del politólogo estadounidense, Francis Fukuyama.
La refutación de estas ideas, se concreta en la respuesta a esta pregunta:
¿Será lo mismo una Constitución, promovida por una mayoría del “grupo del
Presidente”, que una Carta Magna, promovida por una mayoría, digamos, del
Frente Amplio?: la respuesta es: “no”.
3) El tema de los intereses
políticos: en la década de los 80, era claro que, las ideas de Constituyente,
buscaba el retorno al gobierno de Daniel Oduber Quirós.
4) La falacia de la presunta
neutralidad: de ahí viene la idea de que una Constituyente, “puede limitarse”:
“que no toque las Garantías Individuales y Sociales”; pero en la acción
política, “a la hora buena”, ese cuerpo deliberativo, dependiendo del resultado
electoral, puede “darse la autoridad, de hacer los cambios en los tópicos, en
los que, en principio, estaba limitado”.
Así las cosas, en el presente
momento histórico, los objetivos que se buscan alcanzar con un cambio profundo
en la Carta Magna, tienen que ver, indudablemente, con la profundización del
modelo economicista. Esto, requiere de la redefinición de las competencias del
Estado, de modo que, el mercado, sea: “el gran organizador social”.
En la línea de las tesis del
oficialismo, esto, permitiría la centralización del poder político y económico.
Esto afectaría instituciones como la CCSS, el ICE y, las universidades
públicas. Súmese, que ese proceso, se vería alimentado por la polarización
extrema. En esa lógica, discursivamente, hablar de reestructuración, en el
discurso monetarista, en realidad es hablar de: “debilitamiento institucional”.
Del mismo modo, ya hemos dicho
que, desde la Junta Fundadora de la Segunda República, se sostiene la obra
social y educativa (La Universidad de Costa Rica), de Calderón Guardia; además
se abole el ejército (Hace un tiempo, nos parecía indignante que, un presunto
“ideólogo” libertario, hablara de restituir el cuerpo castrense).
Precisamente, sobre el tema de la
abolición del ejército, se han venido dando “ataques desmitificadores”: nos
parece increíble, que se insista en que ese acto de la Junta (Para no hablar de
don José Figueres Ferrer), era para evitar golpes de Estado, olvidan esos
historiadores, que, pese a esa eliminación, se dieron intentos de
derrocamiento:
a) La invasión Calderonista de diciembre
del 48.
b) “El Cardonazo” de abril del
49.
c) La invasión Calderonista del
55.
Es interesante, que se trate de
colocar a Figueres Ferrer, en el rol de “querer permanecer en el poder”,
tomando en cuenta que, inclusive se daría la entrega del poder a don Otilio
Ulate Blanco, en 1949.
Por otra parte, no se puede
negar, aunque historiadores, socialcristianos y de izquierda lo hagan, que hay
un componente revolucionario en la fundación de la Segunda República:
-
La abolición del ejército, que tiene un impacto
fundamental, en la realidad política económica y social del país (Solo como
ilustración, véase: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-46407922)
-
El tratar de dar al país, una nueva Constitución
Política: pese al rechazo del proyecto de la Junta, la fracción del Partido
Social Demócrata, liderada por Rodrigo Facio Brenes, descompone esa propuesta
en mociones, lo que permitió reformas vitales.
-
La meta del reformismo (Desde Calderón Guardia a
Daniel Oduber Quirós), de identificar el bien común y trasladarlo al bienestar
del mayor número.
A esto hay que sumar, las cuatro
orientaciones de la Segunda República: de seguido, hablaremos de las primeras
tres y más adelante, abordaremos la cuarta:
1) El restablecimiento de la
moral: en sus memorias, don Alberto Cañas, expondrá, las primeras visiones al
respecto y cómo, luego fueron cambiando.
2) La introducción de la técnica
en la administración y la eliminación de la politiquería: esto, llevó al
nombramiento de verdaderos profesionales en las diversas ramas de la
administración.
3) Progreso social sin comunismo,
es decir, justicia social con libertad (“Pan con libertad”, se diría luego, en
las corrientes de izquierda democrática); desarrollo con justicia social: esta
tesis, permitirá lo que los historiadores Iván Molina y Steven Palmer,
denominarán: la edad de oro de la clase media: veamos algunas cifras,
presentadas por estos autores:
-
Los indicadores sociales, eran mejores que los
de cualquier país del Tercer Mundo.
-
Entre 1950 y 1973, se dio una explosión
demográfica.
-
La esperanza de vida promedio era de 70 años.
-
La mortalidad infantil, era de 20, por cada 1000
nacimientos.
-
La alfabetización de los mayores de 10 años, era
del 90 %.
-
3 / 4
partes de la fuerza laboral, estaba cubierta por la CCSS.
-
El desempleo no alcanzaba el 5 %.
-
Entre 1944 y 1952, la exportación del banano,
creció de tres y medio, a 18 millones de cajas, anuales.
-
Entre 1940 y 1956, el precio del quintal de
café, subió de 9 a 68 dólares.
-
La nacionalización bancaria, permitió el
financiamiento del avance tecnológico y la diversificación agrícola e
industrial.
-
Entre 1950 y 1970, la producción cafetalera, se
triplicó.
-
Entre 1956 y 1965, se autorizó un aumento de la
competencia en el mercado del banano.
-
La visión socialdemócrata de distribución de la
riqueza, permitió un aumento del ingreso, que aumentó el consumo de: arroz,
leche, azúcar y carne.
-
En la década de los 50, la diversificación, se
centró en la agricultura.
-
La industrialización, se profundizó después de
1963.
-
De 1963 a 1975, se establecieron en el país, más
de 100 compañías de capital extranjero.
-
Las
empresas químicas y metal – mecánicas, ampliaban su espacio de acción.
-
Entre 1948 y 1979, se multiplicó el empleo
público (18 % de la fuerza laboral).
-
Se dio un fuerte proceso de descentralización,
por medio de las instituciones autónomas.
-
La inversión Estatal en obras de infraestructura
educativa, así como de obras públicas, se multiplicó.
-
La formación de capital humano, generó una
pujante clase media, que se encargó de la administración del Estado.
Con estos datos, es evidente que,
de los gobiernos de Calderón Guardia a Daniel Oduber, se dio una mejora en las
condiciones de vida de la población. Así se fortaleció la clase media, tanto
urbana como rural.
Esta fue la base de la
consolidación democrática, pero esto, en el corto plazo, generó dificultades:
-
Ya hemos mencionado las invasiones Calderonistas
y el “Cardonazo”.
-
De 1949 a 1975, por dos décadas, el PRN, quedaba
fuera del sistema. Por tres décadas, fue el caso del PVP.
-
La Junta
Fundadora, encarceló y no evitó el asesinato de algunos dirigentes políticos y
sindicales del PVP (“el asesinato del Codo del Diablo”).
-
La exclusión del PVP, quedará consagrada en la
Constitución Política (El párrafo segundo, del artículo 98); en un intento de
“esquivar” la prohibición, los comunistas, buscaron reestablecer la alianza de
los cuarentas, con los Calderonistas. Pero esto, no se logró.
-
Por ello, intentó participar de manera indirecta
o por medio del apoyo de candidatos no comunistas.
-
El periódico de los comunistas, circulaba
clandestinamente.
-
El historiador Gerardo Contreras (Comunista),
nos dirá que el PVP, entró en acuerdos con el candidato de oposición al PLN,
Mario Echandi Jiménez: producto de esas negociaciones, se llegaron a una serie
de acuerdos:
a) El PVP, llamaría a su
militancia, a votar por Echandi.
b) De llegar al poder, no
desarrollaría ninguna política de persecución contra los marxistas.
c) El gobierno apoyaría las
demandas de estructuras comunistas, llamadas: Juntas Progresistas.
d) Se permitiría al PVP, la
apertura de locales, pero no a nombre del partido, para evitar choques con el
TSE.
Por su parte, el historiador,
Vladimir de la Cruz de Lemos, nos expone lo siguiente:
a) Será en el gobierno de
Echandi, que Manuel Mora, después del conflicto del 48, pudo dirigirse por la
radio, a la ciudadanía nacional.
b) Los derechos laborales y
sindicales, fueron fortalecidos.
c) Para las elecciones de 1962,
se toleró la inscripción del Partido Acción Democrática Popular (PAD), que
eligió por San José, a Julio Suñol (Contreras recuerda que: el Lic. Enrique
Obregón Valverde, deja las filas del PLN, y funda el partido político mencionado).
Nos dice el Lic. Contreras que,
para las elecciones de 1966, el PVP, inscribió al Partido Acción Popular
Socialista (PAPS); pero el TSE, basado en el artículo 98 constitucional, lo
proscribió. Es así, cómo, los comunistas entran en negociaciones con el PLN. La
negociación principal, era que, la militancia y base social del PVP, votaría
por el candidato Daniel Oduber; y el gobierno, promovería una reforma
constitucional, para cambiar el artículo 98.
La decisión de la Comisión
Política del PVP, fue muy criticada por las bases, pese a ello, fue obedecida,
eso sí, con poco entusiasmo: a Daniel Oduber, se le acusó de comunista. La
propaganda de sus opositores, quería establecer que: “Daniel, era como Fidel”
(Castro); el ganador de esas elecciones, fue el profesor: José Joaquín Trejos
Fernández.
El ya citado de la Cruz de Lemos,
expondrá que: para 1969, se proscribiría el Bloque de Obreros, Campesinos e
Intelectuales. La crisis internacional del café y luego del azúcar, provocó
que, el gobierno de Trejos y el mismo José Figueres Ferrer, le solicitaran a
Manuel Mora Valverde, actuar como agente comercial ante los gobiernos
socialistas, esto facilitó la inscripción del Partido Acción Socialista en 1969
(En sus memorias, don Jaime Cerdas Mora, dirá, que, durante esas negociaciones,
tuvo la oportunidad, de reclamar a don Pepe, el asesinato del Codo del Diablo).
Ahora bien, hemos dicho que, hay
un componente revolucionario en la fundación de la Segunda República; y, hemos
hablado ampliamente de las tres primeras orientaciones, de la Junta Fundadora
de la Segunda República. También, hemos dicho, que más adelante, hablaríamos de
la cuarta. Ese momento ha llegado.
La cuarta orientación de la Junta
Fundadora de la Segunda República, fue: una mayor conciencia de solidaridad con
los otros pueblos del mundo, especialmente de América: precisamente, nos dice
el internacionalista e historiador, Manuel Araya Incera, que, dos aspectos
generales sintetizan la política exterior costarricense de los años posteriores
a 1948: la necesidad de hacer de las relaciones internacionales, un instrumento
que velara por la seguridad externa del país y
que, al mismo tiempo hiciera de ella, un instrumento que contribuyera a
promover el desarrollo de la economía nacional.