Algunas palabras sobre Ucrania: geopolítica, relaciones internacionales y teología.

 

Algunas palabras sobre Ucrania: geopolítica, relaciones internacionales y teología.

Ocean Castillo Loría.

 

Escribimos en medio de la invasión rusa a Ucrania.

 

Escribimos cuando ya hay heridos y muertos.

 

Escribimos cuando imaginamos el entierro de las víctimas de la guerra.

 

Escribimos en medio de la carencia de bienes.

 

Escribimos en medio de ese axioma de los conflictos: las mayorías empobrecidas y las minorías, las de siempre, enriquecidas.

 

Comenzamos a escribir, en medio del desconocimiento de las conversaciones sobre el conflicto, y terminamos, informando sobre la primera ronda de negociación, de las partes en conflicto.

 

Escribimos en medio de la clásica pregunta que se nos hace a analistas políticos y a los internacionalistas: ¿Cómo puede terminar el trance?

 

Escribimos como analistas políticos y teológicos, recordando aquel relato de Génesis 3, en el que Adán, le echaba la culpa a Eva de la caída, y ella, señalaba a la serpiente. Es interesante como las narraciones míticas, encierran una fuerza más allá de las narrativas racionales: ya Adán, Eva y la serpiente, nos anunciaban los desastres que habrían de venir.

 

Rusia ha invadido Ucrania, y no podemos dejar de pensar en Génesis 4, donde Caín y Abel, terminan hundidos en el desastre del asesinato. Todo, por querer dominar el conocimiento, el bien y el mal, sin Dios ni ley.

 

En nuestro programa en Facebook, hablamos de este conflicto, desde la Geopolítica y desde las Relaciones Internacionales. Pero desde los pensadores, desde los escritores, se sabe que las guerras involucran a los desconocidos, obligados a combatir (Hoy alimentados por la Inteligencia Artificial y las armas hipersónicas), con el objeto de satisfacer una geo – estrategia, en la que Rusia (O el zar – Putin), se siente amenazada por la Unión Europea y la OTAN. Es decir, esto debe ser tomado en cuenta, más que decir (Desde una perspectiva conservadora): “Ucrania es la niña de los ojos de Putin”. Independientemente de ello, en efecto, el origen del “espíritu ruso”, está en Kiev (No se olvide la historia: el Rus de Kiev, fue fundado por el príncipe Oleg de Nóvgorod, en el 882)

 

Lo cierto es que hoy, lo que algunos analistas geopolíticos e internacionalistas, creían improbable en digamos, abril del año pasado (Una guerra en Europa), es una realidad. Pero el ser humano que Aristóteles definía como “animal político”, hoy muestra el terrible rostro que dibujaban de él, Maquiavelo Y Hobbes: el sapiens, deja de serlo, para volver a tomar: “la piedra de la guerra”.

 

Después de la I Guerra Mundial, se buscó la humillación de la Alemania vencida. De allí surgió Hitler (El “inicio del mal”, como lo calificara un filme que abordaba sus principios o verdaderamente, un “anticristo”); para algunos geopolíticos, internacionalistas y hasta teólogos, hoy, eso está pasando con Rusia.

 

Estados Unidos, se burló de Gorbachov y se burló de Yeltsin. Pero Putin no es, ni Gorbachov, ni es Yeltsin. A esto hay que sumar, que la escuela realista de las Relaciones Internacionales, aconseja la humillación del vencido; pero el idealismo y digamos, el pensamiento cristiano, aconseja lo contrario. Valga decir, que en este “juego de máscaras”, Putin, que se mira a sí mismo, como “defensor de los valores cristianos frente a occidente”, hoy es lo más anticristiano que hay (Y en tanto anticristiano, también: “anticristo”); además de tesis como las anteriores, es que algunos analistas, hablan en el fondo de una guerra entre Rusia y Estados Unidos.

 

Aquí, de nuevo: el “animal político” aristotélico, se enfrenta al “hombre como lobo del hombre” de Hobbes: desde el idealismo político: si la OTAN, había nacido para defenderse militarmente de la amenaza que significaba la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), cuando desapareció la URSS y, por tanto, el Pacto de Varsovia, debió desaparecer la OTAN, pero de nuevo, estamos en la escuela idealista.

 

Aquí es donde la escuela realista saca ventaja: si hay vacíos de poder en términos militares, los tales se llenan: la estructura de defensa militar, ya no tiene contraparte (URSS – Pacto de Varsovia), se convierte pues, la OTAN, en una organización imperial y pierde mucho de su sentido defensivo. A esto debe adherirse, que las potencias: China, Estados Unidos y Rusia, tienen en sí, un “espíritu imperial”. En ese “espíritu”, los halcones norteamericanos se frotan las manos. En ese “espíritu”, China, Estados Unidos, Rusia y la Unión Europea, siguen en la carrera armamentista.

 

En esa tesis, algunos diplomáticos estadounidenses, llegaron a expresar que, una expansión de la OTAN hacia el este europeo, era un error de política exterior, pero no cualquier error, sino, uno inmenso, después de terminada la Guerra Fría. Como antítesis, las administraciones estadounidenses, se burlaban de Gorbachov y Yeltsin. Yendo más allá en la historia, en 1997, la OTAN, instaló misiles en Europa del Este. Unos 6 años después, esa misma organización, juega un papel clave en la invasión a Irak.

 

En otro orden de cosas, por el contrario, después de la caída de la URSS, la situación de Ucrania como Estado, entraba en debilidad: en 1994, se firma un acuerdo en el que se comienza a transferir el armamento nuclear ucraniano a Rusia. A cambio, se respetaría su integridad territorial y su independencia. Además, se haría un reparto equitativo de la flota en el mar Negro.

 

Por otro lado, al hablar de Ucrania, estamos hablando de un país dividido (Esto lo olvida una visión conservadora en el análisis): hay un sector rusófilo (Donbás) y un sector rusófobo (Kiev): esa ruso fobia, tiene una razón histórica para decir lo menos: en la época estaliniana, una docena de millones de ucranianos, murieron de hambre, en el genocidio conocido como: “Holodomor” (Que significa: “morir de hambre”)

 

¿Por qué se da el “Holodomor”? (Esto lo resalta una visión conservadora de análisis): por el rechazo de los ucranianos, a la colectivización marxista de las tierras, la policía iba de casa en casa, requisando comida. Súmese que, en ese momento, Stalin, necesitaba divisas, por lo que, vendía el grano producido en Ucrania.

 

Hoy, Rusia ha invadido Ucrania.

 

Para los analistas conservadores, Rusia equivocó su lectura: según ellos, Putin veía a la OTAN dividida, esto, porque Estados Unidos tenía sus ojos puestos en el pacífico y en su competencia – conflicto con China; por su parte Europa, estaba golpeada por la pandemia. El supuesto error, radica en que Biden (Contrario a Trump), apoya al viejo continente, “frente a la amenaza del oso ruso”.

 

Ahora bien, desde la geopolítica, Rusia lo que está concretando es su estrategia de: “periferia inmediata”, desde el análisis conservador, para cumplir esa estrategia, Putin necesita “gobernantes títeres”, que sirvan a sus intereses, entre ellos, obviamente, la seguridad. Ella, está presuntamente amenazada por la OTAN y la Unión Europea (Desde abril del año pasado el zar – Putin, le dijo a occidente, que: “no se metiera en su zona de influencia”)

 

Así las cosas, desde la lectura geopolítica rusa, el que países cercanos a “su periferia inmediata”, quieran abrazar la OTAN, es un riesgo, un ejemplo de ello, fue el de Kazajistán: en cuanto allí hubo revueltas, tropas rusas las sofocaron. El mismo principio, es aplicado a Georgia y Moldavia.

Una vez más, desde la visión conservadora, Rusia lo que quiere es tener “Estados de contención” (Ucrania uno de ellos), para proteger sus fronteras del avance de la OTAN y de la Unión Europea. Desde la narrativa geopolítica rusa, esos “Estados de contención”, son “de hecho”, parte de su zona de influencia (Y en esta línea, de un modo u otro: “de su pertenencia”); esto, sin olvidar que, la principal frontera rusa es con China, pero de nuevo, desde los lentes de la geopolítica, la relación ruso – china es tranquila, de hecho, ambos países están colaborándose en programas espaciales que buscan poblar la luna al 2040.

 

Por otro lado, los analistas conservadores – pro estadounidenses, al hablar del arsenal de armas, dicen que Rusia, está por detrás de Europa y los Estados Unidos en esta materia: sin embargo, solo para hablar de armamento nuclear, esos mismos analistas, deben reconocer que, Estados Unidos y Rusia, están en un estadio de: “equilibrio armado”.

 

El escenario cambia cuando hablamos de armas hipersónicas: por ejemplo, submarinos silenciosos. Pero vamos más allá: a finales de julio del año pasado, el ejército ruso, presentó el avión hipersónico “CheckMate” (El nombre es muy significativo: “jaque mate”); esto, para hacer la comparación, frente al fracaso del avión F – 35, de los Estados Unidos y el retraso ya patente de los aviones FC – 31, de China. A esto, debe sumarse que, económicamente, el avance militar, le está saliendo muy caro a los Estados Unidos.

 

Pero volviendo al avance armamentístico, Rusia también cuenta con el misil hipersónico Zircon (3M22 Zircon) a esto, hay que adherir el poderío de los misiles S 500, que fueron probados en julio del año pasado.

 

Todo este arsenal, desde la perspectiva geopolítica, es útil para la defensa de sus salidas al mar Báltico, al Océano Glaciar Ártico, al Océano Pacífico y al mar Mediterráneo y por ende, al mar Negro…

 

Ahora bien, es interesante que: los analistas conservadores, subrayan algo que los especialistas (O ciertos especialistas) en geopolítica, minimizan: los conflictos de Rusia:

 

-          Con Japón (Islas Kuriles)

-          Estados Unidos y Canadá (En el Ártico)

-          Europa (El mar Negro)

-          Suecia, Dinamarca y Alemania (Báltico)

-          Conflictos fronterizos con varios países.

 

Por otro lado, en lo que refiere a los escenarios de resolución, las lecturas son diversas: los conservadores, dicen que las cosas se podrían calmar, si se le concede dominio a Rusia, de Crimea. Desde la geopolítica, ya Rusia tiene ese dominio.

 

Por otro lado, es interesante, que para los internacionalistas conservadores y los geopolíticos, antes de la invasión, el escenario más potable era la: “Finlandización” de Ucrania. Es decir, que este país, fuese neutral respecto a Rusia y a la OTAN.

 

Con esto dicho, lamentablemente, nos parece que estamos lejos del escenario que desde la perspectiva de una racionalidad cristiana (Y digámoslo sin miedo), reformista, parece la mejor: establecer puntos de neutralidad hacia el este (Para evitar el avance de la OTAN) y el compromiso diplomático de Rusia, del respeto a la autonomía relativa y soberanía de los Estados limítrofes; esto con aceptación de los arbitrajes y las mediciones respectivas.

 

Aquí es donde vemos el mayor choque entre la lectura de la geopolítica y la de las Relaciones Internacionales:

 

-          Desde las segundas, los Estados deben ser libres, para elegir a sus socios comerciales y en materia de seguridad (Autonomía relativa de los Estados)

-          Desde la primera, por encima de la libertad y la autonomía relativa, está la defensa de la “periferia inmediata” y, por tanto: “Ucrania es libre, mientras, no afecte los límites de Rusia”.

 

Para explicarlo en una jerga latinoamericana, valga la paráfrasis: “Pobre Ucrania, tan lejos de Dios y tan cerca de Rusia” …

 

Por otro lado, en términos de la “palabra gastada libertad”, se habla de la violación a la libertad de Ucrania, pero no se dice, que en el sustento democrático (Por ejemplo, de los acuerdos de Minsk), zonas como: Donestk y Lugansk, podrían abrazar el instrumento de la consulta popular, para decidir si siguen perteneciendo al país invadido o se adhieren a Rusia (Ambas zonas son rusófilas); claro está, esto debilitaría la capacidad de integración del Estado Ucraniano, lo que para el Presidente de ese país, es inadmisible.

 

Hemos dicho que la palabra “libertad”, es palabra gastada. Lo mismo sucede con la palabra “Democracia” (Recordamos aquí a don Pepe Figueres): ¿Cuántas veces las potencias han apoyado a genocidas y tiranos?: vienen a nuestra mente, los casos de Cuba, República Dominicana, el Congo, Nicaragua, en su momento, el régimen sudafricano, Guatemala, El Salvador, Bolivia, el mismo sionismo israelí.

 

Además, pasando esa página, se observa la condena a la invasión, por parte de los Estados Unidos y la Unión Europea, pero ellos, también han aplicado una geopolítica y unas relaciones internacionales realistas, por medio de invasiones militares.

 

En otro orden de cosas, a todo lo antes dicho, hay que sumar las posiciones de Francia, Inglaterra y Alemania: el primero, expresó el pasado 23 de febrero, que, Francia y sus aliados decidirían sanciones contra Rusia: “a la altura de la agresión de la que es culpable”.

 

Inglaterra, por su parte, luego del Brexit, trata de no parecer subordinada a las directrices de los Estados Unidos, y, ha venido encabezando, según algunos especialistas, un conjunto de ayudas hacia Ucrania.

 

Alemania, mantiene la dualidad de su visión sobre Rusia y ha pasado, de un enfoque idealista, subrayando el papel de la diplomacia, a anunciar (26 de febrero), una política de mano dura con el Kremlin.

 

Rusia ha invadido Ucrania.

 

Aquí han fallado algunos comentaristas pro – rusos, que, hasta el 23 de febrero, tachaban al presidente Biden de mentiroso: Rusia no invadirá Ucrania, decían, es la misma mentira que dijeron sobre Irak, que tenía armas químicas, decían.

 

Hoy la preocupación sobre el tema nuclear es patente: continuando con los comentaristas pro – rusos, ellos no han olvidado que: Rusia tuvo en algún momento, una actitud muy particular en el oriente próximo y medio, lo que favoreció que Estados Unidos, intentara reducir el poderío de los misiles chinos y rusos. Además, en el ámbito político, desde el 2001, los Estados Unidos, promovieron gobiernos rusófobos, en Georgia y Ucrania, para decir lo menos.

 

Hoy, es evidente lo que ya se sabía: la superioridad del ejército ruso sobre el ucraniano. De hecho, desde días antes de la invasión, sectores de la sociedad civil ucraniana, estaban realizando prácticas militares. Y en lo que refiere a la OTAN, se dice que hay un cerco militar sobre Rusia, pero la parálisis de ese cerco, está relacionada con el hecho de que Rusia es una potencia nuclear.

Precisamente ese tema, también justifica el discurso y las acciones rusas: el Kremlin ha dicho que, de pertenecer Ucrania a la OTAN, ellos colocarían misiles nucleares a 5 minutos de Moscú. Aquí, de nuevo, se vuelve sobre la pregunta de los objetivos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte: miembros como Inglaterra, insisten en sus objetivos defensivos; Rusia señala sus trastoques ofensivos. Como puede verse, he aquí un punto de semejanza con la crisis de los misiles en Cuba, en 1962. Esto, por no hablar de que, en aquel momento, fue el que se estuvo más cerca de una III Guerra Mundial.

 

A esto debe sumarse, para decirlo de algún modo, el papel de la OTAN en Ucrania: volvemos al tema de la geopolítica: en julio del año pasado, un destroyer HMS defender, británico, entró en aguas de Crimea, los rusos le hicieron disparos de advertencia, frente a ello, un avión de Estados Unidos, viajó desde Creta, para proteger el barco.

 

Pero las cosas no quedan allí: resulta que, en esa nave, Ucrania y Gran Bretaña, estaban firmando un tratado de asesoría inglesa al ejército ucraniano, con el que los primeros, manejarían elementos de la armada de Ucrania.

 

Ante estos eventos, la escuela idealista de las Relaciones internacionales, lo que propone es que los actores que buscan un mundo sin guerras y sin violencia, hablen del peligrosísimo riesgo que tiene a la humanidad en incertidumbre.

 

Desde un cristianismo histórico – crítico, lo que se dice es: que los actores involucrados, al subordinar a una economía y a una política egoístas, la seguridad humana del mundo, arrebatan a la humanidad su derecho a vivir en paz.

 

Ahora bien, mirando a algunos analistas internacionales en televisión, han dicho que hemos retornado a la época de la Guerra Fría. Pero esto hay que mirarlo con cuidado: así como en el pasado, otras áreas del quehacer humano, estaban permeadas por una especie de “ética de la responsabilidad” (Weber), lo mismo sucedía con las relaciones internacionales. Esto independientemente, del “manejo realista”, que de ellas se hacía: ¿Hoy vemos evidencia de esa: “ética de la responsabilidad”?

 

Esa “ética de la responsabilidad”, en muchas ocasiones, era cínica, pero ese cinismo tenía por objetivo, el no caer en una guerra nuclear. Hoy ese cinismo, es sustituido por una actitud “egocentrada”. Hasta comentaristas pro – rusos, han dicho que, Putin es loco y orgulloso; y ese orgullo, se asienta sobre “el espíritu imperial ruso”, es decir, que es compartido por mucho del pueblo.

 

Por otra parte, esos mismos comentaristas, muestran una importante ignorancia geopolítica: en el caso de los Estados Unidos, la idea es contener a China, más que buscar imponerse a Rusia, sobre todo, tomando en cuenta que, los geo estrategas estadounidenses, son conscientes de sus desventajas en el campo de las armas hipersónicas.

 

Ahora, una antítesis en esta línea, es la posición de los Republicanos (Y de Trump con ellos), en el sentido de que, cualquier percepción de debilidad de Biden y los Demócratas, será usada para alimentar la vieja idea de que: “los demócratas son débiles en política exterior” y lo que se requiere es: “el retorno de la fuerza Republicana”, comenzando con las elecciones de medio periodo.

 

Pero volviendo a la ignorancia de ciertos comentaristas pro – rusos: ellos tampoco toman en cuenta las diferencias que, en política exterior, distancian a los Demócratas y a los Republicanos, así como, la división entre: “halcones” y “palomas”.

 

De nuevo, desde la Teología Cristiana, no cabe duda que, los que pagan estos macabros “juegos de guerra”, son los pobladores civiles, a los que se les acompaña espiritualmente, en solidaridad. Desde el proyecto alternativo de Jesús y su título mesiánico de: “Príncipe de la paz”, solo se puede solicitar la detención de la escalada militar y los inicios inmediatos del diálogo (Como puede verse, la escuela idealista de las Relaciones Internacionales y la corriente de la irenología, tienen un fuerte sustento cristiano)

 

Desde la Teología Cristiana, lo que se puede clamar es por el cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario (Protección a niños y a infraestructuras civiles, escuelas, hospitales); tanto los cuerpos humanitarios de la ONU, como de las organizaciones cristianas que trabajan con la población local, deben tener garantizada su seguridad.

 

Desde el cristianismo, desde el idealismo de las Relaciones Internacionales, desde la irenología, solo podemos decir o repetir, que el axioma latino de: “si vis pacem para bellum”, es de las peores estupideces que se han dicho en el pensamiento social.

 

Desde esas mismas corrientes que ya hemos mencionado, solo podemos clamar: “si vis pacem, pacem opus” (“Si quieres la paz, trabaja por la paz”); por eso las diversas organizaciones del cristianismo, deben identificar y denunciar las causas estructurales de estos conflictos. Pero no solo ello, sino, que se debe usar el conocimiento propio de las ciencias sociales y la teología, para transformar estas realidades: solo de este modo, se trabajará en aquella tesis presentada en la Carta Constitutiva de la UNESCO: “…puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde debe erigirse los baluartes de la paz”. Y cuando hablamos desde la teología de: “la mente de los hombres”, estamos hablando de su espiritualidad, de “esa paz pequeña de nuestro corazón” (Como dice el sacerdote Toño Casado)

 

Del mismo modo, las estructuras del cristianismo, deben reivindicar su papel como sociedad civil organizada en el fomento de la paz y la convivencia (Es decir, de lado de la tesis aristotélica y no la de Hobbes)

 

Aquí debemos decir que organizaciones como “Cristianismo y Justicia”, han hecho un llamado a la Unión Europea (UE), para que, detengan el conflicto. Por su parte, la UE, ha propuesto “paralizar” los activos del Banco Central Ruso.

 

Hoy se ha concretado el último y terrible paso en una senda de crecientes conflictos (Lo que se conoce como: “la espiral de la violencia”): ¿La prevención, la convivencia y la cultura de paz, quedarán en un segundo o tercer plano en la agenda política internacional?

 

Estados como Costa Rica, deberían tener un papel protagónico en esta palestra: lamentablemente, tenemos casi 8 años, de para decir lo menos, no tener una clara política exterior y lamentablemente, tal parece que, ciertos cuadros del PLN, dan un giro para abrazar tesis polemológicas en materia de política interior (La tenencia de armas) y en el caso del PPSD, sus propuestas en esta y otras materias, son una especie de “caja negra”.

 

Una vez más, la sociedad costarricense debería defender la paz (es repudiable que los candidatos presidenciales que se enfrentarán en abril en la segunda ronda, lo que han hecho, son pronunciamientos demagógicos sobre el tema)

 

Precisamente, hablando de Costa Rica, y proyectando su experiencia en el conflicto ruso – ucraniano, debemos expresar que, nosotros sabemos que la construcción y consolidación de la paz, requiere mucha paciencia, esto por su complejidad y la imperiosa necesidad de transformaciones (Para sustentar esto, ejemplificamos con el proceso de paz en Centroamérica)

 

En este punto, es donde entramos en el tema de la efectividad de “la guerra económica”: hemos dicho que, la Unión Europea, ha propuesto “paralizar” los activos del Banco Central Ruso. Algunos especialistas, han dicho que la máxima sanción a Rusia, es la salida de ésta, de la red SWIFT.

Esto, porque esa salida, dificultaría sus exportaciones de petróleo y gas. Pero en política internacional, como en la física: “toda acción, genera una reacción”: y esta reacción, puede perjudicar a las empresas occidentales, que tienen negocios con Rusia, e inclusive debilitar el denominado: “patrón dólar”.

 

De nuevo, aquí caben las críticas desde el cristianismo histórico – crítico ya mencionadas o las de algunas organizaciones no gubernamentales cristianas, que expresan la poca efectividad de las sanciones económicas. Esto, sin detallar el aumento de las vulnerabilidades de las personas en materia de pobreza y desigualdades.

 

En otro orden de cosas: no se puede pasar por alto, el rol de los medios de comunicación colectiva: muchos de ellos, adheridos a líneas editoriales de corte polemológico y no, irenológico. Muchos operando, con una comunicación colectiva acrítica, que les hace caer en la propaganda, el lenguaje bélico y las narrativas sesgadas. Esto, sin tomar en cuenta, “la credulidad en las redes”, de muchos de sus usuarios.

 

En este punto, nos parece fundamental que los analistas, en la medida de nuestras posibilidades, podamos hacer uso de un método dialéctico, en el abordaje de la información, de los medios de comunicación colectiva y que, sepamos escoger medios envestidos en: rigurosidad, ética y honestidad, lo que a su vez (Cristianamente), nos permita empatizar con las víctimas del sufrimiento causado por la guerra.

 

Un ejemplo de esto que estamos diciendo, lo podemos relatar nosotros mismos: uno de nuestros seguidores en Facebook, literalmente, nos ha bombardeado con notas, sobre el discurso de “denazificar” Ucrania por parte de Putin.

 

Pero este usuario desconoce que, en el fondo, la estrategia es movilizar una memoria histórica. En esta narrativa: Ucrania sería un instrumento de fuerzas filo nazis, que rememoran el intento de invasión a lo que entonces era la Unión Soviética. En esa “memoria”, los ucranianos habrían optado en 1941, en colaborar con los nazis (Cosa que no es falsa del todo). Pero, allí, se “edita de la memoria”, que más de 5 millones de ucranianos, murieron combatiendo las fuerzas de Hitler. Asimismo, el nazismo, mató a gran parte de un millón y medio, de judíos – ucranianos.

 

Por otro lado, no se puede negar que la “facción colaboracionista nazi”, creía que Hitler podía derrotar Stalin y, por tanto, lograr la independencia de Ucrania. A este elemento, se une el episodio ya abordado del “Holodomor”. Valga decir que es interesante, que un análisis conservador desde las relaciones internacionales, subraye la hambruna, pero no el colaboracionismo pro nazi. Por otro lado, en las interpretaciones de la historia, para los independentistas ucranianos, no hubo colaboración, sino, deseos de autonomía de la Unión Soviética.

En suma, el argumento de la “desnazificación de Ucrania”, es como decir que, dado que en Alemania hay grupos de extrema derecha, el territorio teutón, debe ser “desnazificado”. El rollo se torna más falso, cuando se comprueba que el Presidente Ucraniano, es judío. Un judío, cuyos tíos, abuelos y otros miembros de la familia, murieron en el Holocausto.

 

Pero volvamos a la palabra teológica: abracemos de nuevo la tesis del cristianismo histórico – crítico:  el sistema de dominación, consiste en una política y una economía egoístas, así como una cultura opresiva. Frente a este proyecto, está el proyecto iluminador de Jesucristo, decimos adrede que es iluminador, puesto que, el sistema de dominación, puede ser ilustrado metafóricamente, como “de las tinieblas”.

 

Entonces, ante las tinieblas del sistema de dominación, está la luz del proyecto alternativo de Jesucristo, que está basado en su gracia y en su misericordia. El prólogo del Evangelio según San Juan, nos dice que ese proyecto no es solo de “Jesucristo, sino, que es Jesucristo mismo”.

 

En la cruz en la que Cristo es crucificado, se ciernen las tinieblas del sistema de dominación. Hoy no podemos negar que, el pueblo ucraniano, es crucificado, por las tinieblas de una visión “egocentrada”, de la cuestión política. Esa visión “egocentrada”, es la que nos lleva a desacuerdos, discusiones, crisis (Lo que la Teología tradicional católica ha denominado: el pecado original)

 

Pero en Jesucristo, esas tinieblas, quedan vencidas en la resurrección: hoy, desde una lectura teológico – política, vemos lejos ese proceso en el pueblo (Crucificado), ucraniano. Valga decir que, hoy, no es solo ese pueblo el crucificado. Hay muchos pueblos, muchas víctimas del sistema de dominación, que esperan (Como lo diría el Apocalipsis): “cielos nuevos y tierra nueva”, de paz, colaboración mutua y prosperidad.

 

Pongamos solo algunos ejemplos:

-          El Sahara Occidental, invadido por Marruecos.

-          Los saharauis, asesinados y reprimidos, con más de 200 000 refugiados en el desierto argelino.

-          El conflicto Palestino – israelí.

 

En este marco, es interesante cómo hay una clara diferencia en el modo en el que se asimila y se usa el término “apocalipsis”: para la geopolítica y las relaciones internacionales, esta palabra es sinónimo de hecatombe y caos.

 

Para la teología bíblica, el “Apocalipsis” o “los Apocalipsis” (En la Biblia hay más de uno), son un género literario, en el que el bien se enfrenta al mal, y termina venciendo el bien. De ahí que, teológicamente, si estamos en el “apocalipsis del conflicto ruso – ucraniano”, deberíamos enfatizar una lectura cristiana, de esperanza y esperanzadora.

 

Para esto, la teología se aleja de la geopolítica y de las relaciones internacionales, tal y como aquí, hemos usado mucho de su instrumental (La escuela realista, la polemología). Pero, además, la división fruto de la ilustración, nos ha llevado a una falsa privatización de la fe cristiana. Frente a esa falsedad, hemos visto aquí, cómo desde la escuela idealista de las relaciones internacionales y la escuela de la irenología, el cristianismo, tiene mucho que decir sobre la política y lo político, del escenario tanto en globalización, como en la palestra de los regionalismos.

 

Así, desde el cristianismo histórico – crítico, el proyecto alternativo de Jesucristo, tiene un impacto público (Político) y tiene mucho que decir, sobre el devenir del mundo. Ese proyecto alternativo, de arranque, no se deja arrastrar por imperialismos o por falsos nacionalismos. Es por eso, que hemos querido también incluir en este análisis, la palabra teológica: la de una teología que, no es reduccionista y menos “privada”, frente a la realidad política del mundo.

 

Esa realidad del mundo, nos refleja que, en el tablero de las grandes potencias: “no hay quien esté libre de pecado” (Para recordar a Jesucristo): que lo digan: Panamá (1989), Afganistán (2001), Irak (2003), la intervención de la OTAN en Libia y Siria (2011)

 

Mientras se desarrolló y se desarrolla esta macabra obra de la cultura de la muerte: dos tercios de la humanidad, están en la pobreza, no tienen acceso a la salud, a la educación o a una vivienda digna.

 

Es indignante y repudiable, que mientras 60 000 personas, sobre todo la niñez, mueren diariamente, la geopolítica y la escuela realista de las relaciones internacionales, se solazan en las “bellezas” de las armas sustentadas por la Inteligencia Artificial, y la capacidad de romper las barreras del sonido.

 

Frente a esta realidad, se alza la voz de un pobre: el de Asís: “¡Señor hazme un instrumento de tu paz! Que allí donde haya odio, ponga yo amor; donde haya ofensa, ponga yo perdón; donde haya discordia, ponga yo unión; donde haya error, ponga yo verdad; donde haya duda, ponga yo fe; donde haya desesperación, ponga yo esperanza; donde haya tinieblas, ponga yo luz; donde haya tristeza, ponga yo alegría.

¡Oh Maestro!, que no busque yo tanto ser consolado como consolar; ser comprendido, como comprender; ser amado, como amar.

Porque dando es como se recibe; olvidando, como se encuentra; perdonando, como se es perdonado; muriendo, como se resucita a la vida eterna.”

 

Es aquí, donde muchos medios de comunicación callan o quieren callar la voz del otro Francisco, el de Roma: es interesante, desde la laicidad, se lucha incesantemente, ya lo hemos dicho, por “la privatización de la fe cristiana”, pero a la hora de las crisis, cuando se requiere mediación: ¡Se acude a la Iglesia!

 

Sin duda Francisco, ha tratado de ser mediador global ante la invasión rusa. El 26 de febrero, el Papa se presentó ante la embajada rusa en el Vaticano, donde permaneció por más de una hora. Posteriormente, llamó por teléfono al Embajador de Ucrania, para mostrar su “profundo dolor”, por la invasión rusa. Del mismo modo, habló con el presidente ucraniano, Zelensky.

 

El Papa, inscrito en la escuela idealista de las relaciones internacionales, en la escuela de la irenología; ha intensificado lo que periodistas vaticanos han denominado: “la diplomacia del teléfono”, tanto con líderes políticos como religiosos, mientras públicamente, insiste en que: “callen las armas” y, se les de la voz, “a los artesanos de la paz”.

 

Ahora bien, hemos dicho que, el proyecto alternativo de Jesús: no se deja arrastrar por imperialismos o por falsos nacionalismos. Pero veamos la situación religiosa, ruso – ucraniana…

 

En el primer país: con cifras del 2020 (Fuentes: PEW, Levada):

 

-          Hay un 72 % de cristianos ortodoxos.

-          10 % musulmanes.

-          9 % agnósticos.

-          6 % ateos.

-          3 % otras religiones.

 

En el caso ucraniano, la mayoría son ortodoxos, pero aquí la iglesia ortodoxa, muestra sus divisiones:

 

-          La Iglesia Ortodoxa Ucraniana, depende del Patriarcado de Moscú.

-          La Iglesia Ortodoxa Nacional, que nació de la independencia de la URSS en 1991.

-          Una Iglesia, que se puede definir como autocéfala y que, nace tras la revolución rusa de 1917 y cuya grey, en su mayoría, vive fuera del país.

La Iglesia Ortodoxa Nacional, está encabezada por el Metropolita Epifanio, ello, ha llevado a una ruptura con los Patriarcados de Moscú y Constantinopla. Es triste, pero no se puede ocultar desde la perspectiva del análisis teológico (Historia de la Iglesia, eclesiología), que la división es clara y en términos de fieles, pareja: 34 % de la Iglesia nacional ucraniana y 30 % de los dependientes del patriarcado de Moscú.

 

Esta división, también tiene un rol en el conflicto: el Patriarca de Moscú, kirill, solo ha hecho un pronunciamiento en pro del fin de la violencia y, se ha posicionado a favor de Putin. La idea de Francisco, es poder conversar con Putin, con Kirill de mediador.

 

Con este escenario político – religioso descrito, hay que decir, que el programa de Putin es ultranacionalista y, por tanto, toma en cuenta, el renacimiento de la religiosidad popular. En esto hay pleno acuerdo con el Patriarcado de Moscú.

 

Es así, como desde los lentes de la eclesiología (La rama de la teología que estudia la organización de las iglesias), la iglesia Ortodoxa Rusa, es un claro caso de “régimen de cristiandad”, es decir, de unión entre el poder político y el poder religioso (“unidad entre el trono y el altar”); lo cual, a su vez, prueba fuera de toda duda razonable, que el marxismo – leninismo, no pudo derrotar la fe cristiana del pueblo ruso (Quizás algo semejante sucedió en Polonia, teniendo como prueba a San Juan Pablo II)

 

Pero también la realidad de la Iglesia Ortodoxa Rusa, muestra como los programas políticos, pueden subordinar palestras como la religiosa (La subordinación de los sub sistemas sociales, al sistema político, diríamos desde las Ciencias Políticas)

 

En el caso ruso, algunos comentaristas hablan de: “la subordinación de la religión al populismo” …

 

Por su parte, el Patriarca Epifanio, es conmovedor, duro y firme: él le ha dicho a Kirill, que, tiene la esperanza de que el Moscovita, encuentre los recursos espirituales que lo llenen de humanismo, y que, al menos, pueda ocuparse de sus conciudadanos.

 

Contrario a Francisco, Epifanio dice que es inútil pedirle a Kirill, que haga algo para que detenga la guerra…

 

Epifanio ha dicho que el gobierno de Ucrania, ya le ha solicitado ayuda a la Cruz Roja, para repatriar los cuerpos de soldados rusos, pero que, lamentablemente, la parte rusa no ha dado respuesta a estas acciones ucranianas.

 

Como puede verse, desde el proyecto alternativo de Jesús, los ortodoxos, “están lejos del Reino de Dios” …

 

PD: al momento de terminar de escribir este amplio análisis y comentario, se ha dado la primera ronda de negociaciones, entre rusos y ucranianos en Bielorrusia (Aliado de Moscú). Luego de varias horas de conversación, las delegaciones han regresado a sus respectivas capitales para hacer consultas.

 

Los ucranianos informaron de su tesis de negociación: el retiro de las tropas rusas y cese al fuego. Los rusos, no han querido adelantar nada de sus posiciones. Solo han dicho que, esperan llegar a un acuerdo en beneficio de las partes.

 

Una vez más, el tema geopolítico, juega un papel: se decía que Bielorrusia, como aliado de Rusia, enviaría tropas para apoyar a Putin. Entre tanto, Ucrania hacía un llamado a los soldados rusos para deponer las armas, y le ha solicitado a la Unión Europea, le otorgue la membresía en la OTAN.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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