El reformismo: base de un movimiento de Esperanza.
El reformismo: base
de un movimiento de Esperanza.
Ocean Castillo Loría.
Si lo que se quiere, es alimentar
la esperanza nacional, debemos volver a nuestra historia y no olvidarla. Esto
es clave, si no queremos caer en los extremos, extremos que hoy están
representados por las agrupaciones más de izquierda y más de derecha.
Hoy, esos extremos están
representados por el Socialismo del siglo XXI y el Neoliberalismo. Por cierto,
que es risible, que algunos simpatizantes del monetarismo, digan que no se
puede considerar al neoliberalismo como una corriente ideológica y ni siquiera
se puede definir.
Asimismo, en el momento presente,
estamos en manos de partidos políticos esquizofrénicos, tal es el caso del
Partido Acción Ciudadana (PAC), quien en campaña electoral, se presenta como
una agrupación de centro – izquierda, pero a la hora de llegar al poder, se
entrega a las fuerzas del monetarismo, esto en materia económica.
La esquizofrenia del PAC, también
está relacionada con la existencia de elementos de izquierda, que pululan
sobre todo, en lo que se denomina “el
sector social” y que resultan afines a la restricción extrema de la libertad
individual.
Conforme a este escenario
(Descrito someramente), hay dirigentes políticos que insisten en la imperiosa
necesidad de conformar una coalición de partidos políticos, que crean en la
Democracia, la República y el Humanismo.
Estos principios, en términos
generales, parecen adecuados para un partido político o para una coalición de
partidos, pero el asunto está en los detalles: no basta creer en la democracia
política, no basta creer en una democracia formal, debe reconstruirse una
democracia social.
No basta creer en un gobierno
Republicano, si artificiosamente se une este concepto al de “Capitalismo
Salvaje” o al de una especie de “República Tutelada”, porque (Como diría un
político suramericano, ya fallecido): “los pueblos son como niños, por tanto,
deben ser vigilados y su libertad restringida”.
No basta con hablar de humanismo,
porque humanismos hay muchos: en esto hay que ser más específicos y plantear
una visión reformista, humanista – liberadora. Solo de esta manera, el objetivo
de la paz, puede lograrse construyendo la justicia (Por medio de la democracia
social)
A su vez, esta democracia social,
debe tener como pilar fundamental la solidaridad, pero no una solidaridad
teórica, sino, una racional, que parta del bienestar del mayor número, sin
olvidar el bien común.
Lo antes dicho, debe sumar la
transparencia, unida a un efectivo control ciudadano, que solo puede darse con
una efectiva organización de la sociedad civil. Este es uno de los principales
retos, dado que la colectividad costarricense, no es gustosa de organizarse.
Los estudios de cultura política
de la Universidad de Vanderbilt en Estados Unidos, desde hace años, nos vienen
reflejando esa realidad de nuestro país. Es más, en los mejores tiempos del
modelo reformista socialdemócrata, cuando el socialcristianismo ganaba las
elecciones, refería mucho al tema de la organización de la sociedad, pero a la hora
de llegar al poder, no era muy efectivo en esta meta (Basta mirar los
resultados en esta materia, de las administraciones Trejos Fernández y Carazo
Odio)
Por si fuera poco, hoy, la
organización del sector trabajo, tiene como obstáculo, que de hecho (Más no de
derecho), los grupos de presión se encuentran debilitados, pues la protesta
social de tipo sindical, prácticamente está prohibida (Punto aparte, del tema
pandémico que afecta al mundo)
En el lado opuesto, las
organizaciones de los poseedores de los medios de producción, gozan de
excelente salud: uniones de cámaras que prácticamente son asesoras económicas
del gobierno de turno; federaciones que toman como parapeta al sector
emprendedor, para defender los intereses de los grandes comerciantes; Cámaras
que sin decirlo, promueven la desobediencia civil, al expresar que no acatarán
medidas de política pública de salud en el momento presente.
Así las cosas, tampoco basta
decir que urge una coalición política de partidos o que uno o varios partidos
de oposición, se tornen defensores de la verdad. Recuérdese que estamos en la
era de la posverdad.
Las ideas falaces y las noticias
falsas pululan. Ddesde el reformismo, reconocemos que la transformación en el
campo de las comunicaciones, genera a su vez cambios en la cultura y en la
sociedad.
Hoy, como siempre, los cambios en
los contenidos de los valores (Que comienzan por lo general en la palestra de
la reflexión filosófica), impactan luego en los escenarios políticos y
económicos. Hoy, lo que hace muchos años se discutía en las escuelas de
filosofía, es una realidad.
De esto se ha aprovechado el
resurgir de una especie de neo marxismo, que (Para decirlo en palabras de Pablo
de Tarso): llama a lo malo bueno y a lo bueno malo. Entonces:
-
En nombre de la defensa de los derechos
fundamentales de la ciudadanía, el gobierno de la República, buscaba fundar una
Unidad Presidencial para el Análisis de Datos (UPAD), que hoy sabemos, buscaba
atacar esos derechos fundamentales.
-
En nombre de la verdad, se ataca la naturaleza
de la misma (Hoy, un sector de nuestra población cree que la COVID – 19, es un
invento de sociedades secretas. Conste que este manipuleo, no es solo de las
izquierdas, las derechas encubren sus intereses, diciendo que defienden al
sector trabajador en pro de una reactivación económica, cuando en realidad, lo
que les interesa es su propio bienestar, sin importar: “cuantos trabajadores
tengan que morir para activar la economía”)
-
En esta línea, el defensor de esta cultura de la
muerte (Que va más allá del tema del aborto o la eutanasia y que implica la
violencia estructural o pobreza), se torna en el “bueno” y el que busca el
bienestar del mayor número, que implique el bien común, es el “malo”, ya sea
por comunista o por fascista (Dependiendo del gusto del atacante)
-
En esta dinámica, se comienzan a caer las
“caretas”: en Costa Rica, los medios de comunicación hegemónicos, acuerparon
implícita o explícitamente, la continuidad del partido en el poder, por medio
de sus líneas editoriales. Hoy, que después de mucho tiempo, “despiertan” a las
restricciones a las libertades a las que han sido sometidos, reclaman, que ni
siquiera pueden preguntar con amplitud en las conferencias de prensa.
-
Se cumple el “Teorema de Thomas”: a causas
irreales (Las propias de la posverdad), consecuencias reales (en los campos:
político, económico y social)
Como puede verse, no basta decir
que un grupo de partidos políticos, coligados o no, defiendan la verdad. Pero
el reformismo, puede plantear su verdad:
-
Debe construirse una política para el servicio.
-
Una economía para la solidaridad.
-
Una cultura para la verdadera libertad, que no
es solo la libertad (¿Libertinaje?) de mercado, sino, la libertad “del y en” el
servicio a los demás (Esto tienen en común, un verdadero “revolucionarismo”
liberal como el del ex presidente Julio Acosta García; el reformismo
socialcristiano, el socialdemócrata y es uno de los objetivos del socialismo
científico, interpretado por el pensamiento costarricense)
Estas deben ser las metas de un
Movimiento de Esperanza Nacional. Todo enmarcado en el respeto a la dignidad
humana…
Con lo antes dicho, no podemos
cerrar los ojos a una realidad (La política es ciencia de realidades), con o
sin pandemia, seremos convocados a las urnas para elegir Presidente y
Vicepresidentes de la República y legisladores, en el 2022.
Por nuestra parte, en este
momento, más que hablar de una coalición de partidos, optamos por exponer una
síntesis ideológica de corte reformista, que debe cubrir:
a)
El respeto al marco jurídico del país en materia
política, económica y social (No se puede olvidar, que el país fue más
jurídico, desde los tiempos de don Cleto González Víquez y de don Ricardo
Jiménez Oreamuno)
b)
Como ya lo hemos dicho, una visión humanista
cristiano – liberadora. Ésta debe cubrir el pensamiento y obra del Dr. Rafael
Ángel Calderón Guardia, unido a una visión propia de la Doctrina Social de la
Iglesia, junto al pensamiento social del Papa Francisco.
c)
Las tesis fundamentales de la socialdemocracia
costarricense: planificación económica, intervención del Estado en la economía
y justicia distributiva (José Figueres, Rodrigo Facio, Daniel Oduber)
d)
Defensa de la soberanía nacional tal y como lo
planteaba el socialismo costarricense, de la mano de personalidades como Manuel
Mora Valverde o Rodolfo Cerdas Cruz.
La síntesis de este pensamiento,
nos garantizará la paz social, la estabilidad social, el equilibrio político y
el desarrollo humano integral. Esta es la garantía de la verdadera libertad: la
cívica, la cultural, la social, la educativa, la política. Esto, por cuanto, la
libertad, no es solo la económica, como nos lo plantea la visión economicista.
Claro está, de esta síntesis, deriva una ética, que ya hemos
visto es una libertad “del y en” el servicio a los demás, los partidos que
dicen venir de la tradición socialcristiana, de la tradición socialdemócrata y
de la tradición del socialismo costarricense, deberían defender y representar
esta ética.
Lo lamentable, es que desde la década de los ochentas:
1)
Las agrupaciones dizque socialdemócrata y
socialcristiana, se han entregado al neoliberalismo.
2)
La izquierda, en su partido fundacional
(Vanguardia Popular), asumió un marxismo dogmático, lo que junto a otros
factores, lo ha llevado a la decadencia, de la que está tratando de levantarse,
cuando menos, tratando de volver a inscribirse ante el Tribunal Supremo de
Elecciones (TSE)
En lo que refiere a otras agrupaciones:
3)
El otro partido de izquierda, el Frente Amplio,
que antes parecía más cercano a la visión del socialismo costarricense, hoy
abraza por muchos momentos, el socialismo del siglo XXI y es aliado oficial en
el gobierno del PAC.
4)
Del partido oficialista ya hemos hablado.
5)
Los mal llamados partidos evangélicos, enfatizan
su oposición al pseudo progresismo en el campo social (Conservadurismo) y en el
campo económico, defienden el neoliberalismo.
6)
La derecha está muy dividida, con Otto Guevara
(Quien fuera sempiterno candidato del Movimiento Libertario), “relanzando” su
imagen; Unidos – Podemos, al parecer con claro pensamiento monetarista, pero
con serias debilidades de estructura y comunicación y el Partido Liberal
Progresista, por el que apuestan, algunos medios de comunicación, con el serio
problema, de que Eli Feinzaig, apoyó la reforma fiscal y en materia de derechos
humanos, muestra un pensamiento “progre” (Que nosotros consideramos pseudo
progre), olvidando que mucho de su nicho electoral, es liberal en lo económico
y conservador en lo social.
A esto hay que sumar, que muchas de estas agrupaciones,
están carcomidas explícita o implícitamente, por el electoralismo…
Por nuestra parte, compartimos la tesis que desde hace
tiempo ha sustentado el ex presidente Miguel Ángel Rodríguez, en el sentido
que, nuestro sistema de partidos, debe volver a tener claras opciones del
centro hacia la izquierda y el centro hacia la derecha.
El asunto es:
-
¿Podrá el PLN, volver a ser un partido
reformista de centro – izquierda?
-
¿Podrán las corrientes socialcristianas, hacer
dominar tesis del corte de la Doctrina Social de la Iglesia, fruto del Concilio
Vaticano II?
En este escenario, los mal llamados partidos evangélicos,
podrían asumir una posición más cristiano – histórico crítica y liberadora,
pero es imposible, pues, estos partidos están ligados a una visión monetarista
(Ligada a una teología de la prosperidad), en lo cual están muy afirmados.
De todo lo anterior, se deduce que se requiere una
alternativa reformista, de centro – izquierda, lo que es lo mismo decir
socialdemócrata, ideológica y sustentada en la síntesis de pensamiento
costarricense, que ya hemos expuesto.
Solo así se podrán atender verdaderamente los problemas
nacionales.
Solo así, se podrán abordar esos problemas con una clara
visión pluriclasista.
Solo así, nos alejaremos de los extremos socialistas o
economicistas.
Esto es impostergable: construcción de justicia social, en
lugar de asfixia de la libertad o darwinismo social. Equidad, en lugar de
concentración de la riqueza, que nos lleve a una profunda plutocracia.
Bienestar del mayor número, teniendo como fondo el bien común, en lugar de
individualismo económico. Una clara opción radical y liberadora, por los
pobres, en lugar de su triste manipulación electorera.
Solo de este modo, escaparemos del socialismo del siglo XXI
o del totalitarismo del capitalismo salvaje…
El reformismo, debe ser la base de un Movimiento de
Esperanza Nacional (Así con mayúsculas) Un movimiento libre, con la misión de
denunciar lo incorrecto que sucede en nuestro país y anunciar la esperanza del
servicio y la solidaridad social.
Un movimiento capaz de derrotar al neo marxismo y al
neoliberalismo.
Por eso creemos que los socialdemócratas, estamos llamados a
construir y hacer triunfar un movimiento de este tipo, por el bien del país…