Del PVP al FA: ¿Del camino del socialismo científico a la senda de lo Woke? II parte y final.
Del PVP al FA: ¿Del camino del socialismo científico a la senda de lo Woke? II parte y final.
Ocean Castillo Loría
IV
Una interpretación del FA, desde el pensamiento de algunos dirigentes
de izquierda: Rodolfo Cerdas Cruz, Gerardo Contreras Álvarez, Vladimir de la
Cruz de Lemos, Rodrigo Gutiérrez Sáenz, Álvaro Montero Mejía y Humberto Vargas,
Carbonell.
Ante la realidad política
presente, el FA, debería abanderar la democracia como un valor en sí mismo,
ella como motor, de cualquier proyecto transformador (Económico – cultural);
esto lo tenía claro, José Merino, al igual que otros dirigentes de la
izquierda, como el Dr. Álvaro Montero Mejía.
Cuando se lee al Dr. Montero, es
claro, que él no cierra los ojos a la palestra cultural, pero insiste en una
síntesis ideológica, con base en el tema socio económico. Cuando se ve la
crítica de Montero al economicismo, se observa:
-
La precarización laboral.
-
La pérdida de soberanía nacional.
-
La erosión del Estado Social.
En esos términos, podemos decir que,
mientras el periódico “La Nación”, de manera hipócrita, muestra preocupación
por “el descuido de los sectores populares, por parte del FA”; Montero,
verdaderamente, habla de los sectores populares, golpeados por el modelo
monetarista.
De lo dicho hasta aquí, podemos
decir:
-
En lo que refiere al PVP, Cerdas y Montero,
fueron críticos, de la obediencia de ese partido a la URSS.
-
Contreras y Montero, presentan en sus trabajos
intelectuales, el ámbito de acción de la izquierda, especialmente, en términos
de sus bases sociales de voto y, los movimientos sociales.
-
Merino del Río y Montero, coincidían en que, la
izquierda debe ser democrática (Montero Mejía, inclusive, ha propuesto una
síntesis ideológica para lograrlo); ambos, insisten en que el “socialismo
costarricense”, no puede perder de vista, el eje económico, en pro de la lucha
contra la desigualdad.
Así, intelectuales como Montero
Mejía, no desprecian el que la izquierda, haya abrazado agendas culturales,
pero esto, no puede ocultar o menospreciar la agenda social, y menos, no tener
propuestas, para regiones periféricas.
Asimismo, tanto Cerdas como
Montero, criticaron la obediencia ciega del PVP a la URSS. En el caso de la
izquierda actual, el segundo, insistiría en que, no se puede depender exclusivamente,
de corrientes internacionales: el pensamiento ideológico, debe traducirse al
espacio y tiempo histórico costarricense.
Desde esa lógica, partidos como
el FA, deberían evitar prácticas y pensamientos elitistas, de tipo cultural.
Recordando de nuevo a Cerdas Cruz, el FA, debería preocuparse por tratar de
encarnar, “una izquierda a la tica”, democrática, con base en la cultura
política costarricense.
Regresando de nuevo, las
investigaciones de Gerardo Contreras Álvarez, el FA, debería consolidar su
presencia organizativa, fuera del Gran Área Metropolitana, respondiendo a las
desigualdades territoriales del país.
En el caso de las investigaciones
de De la Cruz de Lemos, los ideólogos del FA, deberían buscar, profundizar la
institucionalización partidaria, esto, fortaleciendo la credibilidad dentro de
sus bases. Lo antes dicho, nos debe hacer recordar que José Merino del Río,
fundó el FA, con la idea de ser democrático, y capaz de articular agendas
económicas y culturales.
Ante experiencias como las del
PVP y otras estructuras partidarias, Merino, tuvo claro que, la izquierda,
debía actualizar su lenguaje, así como sus alianzas para enfrentar el
neoliberalismo. Es decir, el ideal, sería, mantener la diversidad de agendas
como fortaleza, pero equilibrando éstas, con el socialismo científico.
Pasando esta página:
-
En efecto, el periódico “La Nación”, deja claro
que el FA, presenta un déficit territorial que debe superar.
-
Tal parece, que, en el FA, se puede presentar
una tensión entre las agendas globales progresistas y la autonomía ideológica.
-
De igual manera, dentro de esa tensión, se
presenta el peligro de la dilución de las luchas económicas, a costa de “las
luchas culturales”.
-
Si se toman las lecciones de Cerdas Cruz y
Montero Mejía, el FA, debería poner su centro, en la democracia política y
social; indudablemente, Merino del Río, trató de “operativizarla”, en el plano
electoral.
Por otro lado, no puede dejar de
hablarse de la tensión, que creemos aún existe entre el PVP y el FA: en el
primero, se ha destacado como dirigente, el Lic. Humberto Vargas Carbonell: él,
ha mantenido, posiciones “marxistas ortodoxas”.
Desde esa visión, quizás, algunas
de las temáticas del marxismo cultural, sean consideradas blanduras,
moderaciones o vacilaciones. Esto, unido a lo que dice Rieff, resultaría que,
“en el fondo, el FA, estaría jugando a favor del capitalismo”.
Por su parte, ya, un ex candidato
como Rodrigo Gutiérrez Sáenz (Ex candidato presidencial, por “Pueblo Unido”, en
1978 y 1982; y por “Alianza Popular”, en 1986), hablaba de la imperiosa
necesidad de no olvidar la desigualdad y la injusticia nacional en Costa Rica.
Esto, sobre todo, en las zonas rurales y las costas.
Entonces, de la senda entre el
PVP y el FA, se pueden extraer varias tesis:
1) Una izquierda, que se queda en
el marxismo cultural, corre el riesgo de perder legitimidad territorial: en el
caso costarricense, en las zonas pobres, costeras y rurales.
2) Se requiere de la comprensión
sociológica de los símbolos, pero esto, no debe y no puede, hacer olvidar la
praxis (Que en el marxismo es lo primero); es decir, si vamos por la vía de la
“alianza de clases” (“Manuel Morismo”), se deben buscar: políticas públicas
redistributivas, mejora de infraestructura y servicios, así como presencia institucional
(Estatal), donde más se necesita.
3) No basta con permanecer en el
tiempo (Lo que se conoce como Institucionalización, desde las Ciencias
Políticas); no basta con obtener éxitos electorales (Que, en el caso de la
izquierda, implica aumentar sus fracciones legislativas).
4) El tema de la coherencia
ideológica es central: es estar conectado a las bases sociales.
5) La izquierda, debe definir con
claridad sus referentes ideológicos, sin repetir discursos importados.
De ahí, el FA, podría establecer
una estrategia que implica (Usando el sentido común, que es el menos común de
los sentidos):
-
El fortalecimiento de la base territorial del
Gran Área Metropolitana.
-
Articular el discurso del socialismo científico
con el marxismo cultural.
-
Mantener la autonomía ideológica y clarificar la
identidad.
-
Coherencia interna e institucional.
-
¿Permitir estrategias de coalición?
-
No perder la capacidad de la innovación
política.
V
Un segundo abordaje comparativo entre el PVP y el FA, incluida una
interpretación desde autores posmarxistas.
Desde las teorías de los partidos
políticos, el Frente Amplio, tiene el desafío del que hemos hablado al citar el
ejemplo del PSOE: equilibrar una política económica y una economía política,
con una agenda de tipo cultural.
Desde la comunicación política,
los adversarios del FA, encarnados, por ejemplo, en el periódico “La Nación”,
tratan de encuadrar esa agrupación, con una etiqueta (El “wokismo”), para
influir en el electorado. La idea es golpear la aceptación de ese partido,
sobre todo, entre las clases medias y un empresariado, que podría ser
calificado de “nacionalista”.
Así, el desafío o uno de los
desafíos estratégicos del FA, tiene dos sentidos:
-
Reconectar el discurso del marxismo cultural,
con memorias y prácticas sociales históricas (Es decir, con el acervo del PVP).
-
Debe evitar ser etiquetado de “woke”, lo que lo
marginaría, como proponente: “del socialismo costarricense”.
Y de nuevo: ese socialismo
costarricense, como un abanderado de proyectos redistributivos, como un actor
central en la denuncia del neoliberalismo, un socialismo costarricense, capaz
de incidir en el sistema político.
Para dejar muestra de evidencia
empírica en este sentido, presentamos las fracciones legislativas de la
izquierda marxista desde 1932:
-
1932: 2 escaños.
-
1934: 2 escaños.
-
1936: 2 escaños.
-
1938: 2 escaños.
-
1940: 3 electos (4 propietarios).
-
1942: 1 electo.
-
1944: 4 electos.
-
1946: 2 electos.
-
1970: 2 curules.
-
1974: 2 curules.
-
1978: 4 curules.
-
1982: 4 diputaciones.
-
1986: 2 diputaciones.
-
1990: 1 escaño.
-
1994: 2 escaños.
-
1998: 3 escaños.
-
2002: 0 electos.
-
2006: 1 electo.
-
2010: 1 electo.
-
2014: 9 electos.
-
2018: 1 electo.
-
2022: 6 electos.
En suma: el hablar del FA o de la
izquierda marxista, solo como “woke”, implica el cercarla, lo que impediría
discutir lo esencial: la desigualdad económica, el poder de las élites y la
necesidad de democratizar el modelo económico.
Por lo pronto, el PVP, presenta
un claro declive institucional; pese a ello, mantiene cierta actividad en redes
sociales. Para el presente análisis, hemos hecho una rápida revisión de las
publicaciones en su página de Facebook del 1 al 22 de septiembre:
-
Pronunciamiento, sobre la Cumbre de la
Organización de Cooperación de Shanghái.
-
Pronunciamiento, sobre el 50 aniversario del
triunfo de Vietnam, sobre los Estados Unidos.
-
Mensaje del PVP, sobre las amenazas de Estados
Unidos, contra Venezuela.
-
Publicación sobre la toma de la dirección del
partido, por parte del nuevo Comité Central.
-
Recordatorio de la Juventud Vanguardista, sobre
el golpe de Estado en Chile, del 11 de septiembre de 1973.
-
Publicación, en el aniversario de la muerte del
defensor de los derechos humanos, Steve Biko.
-
Publicación sobre el genocidio de Israel en
Gaza.
-
Pronunciamiento, sobre lo que denominan el saqueo
neoliberal y el desplazamiento de los costarricenses.
-
Comunicado, sobre la crisis Estados Unidos –
Venezuela.
-
Pronunciamiento, sobre el bloqueo de Estados
Unidos a Cuba.
-
Pronunciamiento, sobre la precarización laboral
en Costa Rica.
-
Pronunciamiento de apoyo a la posición del
Movimiento de Países no Alineados, sobre la crisis Estados Unidos – Venezuela.
-
Artículo breve de Humberto Vargas Carbonell,
sobre esta crisis.
Ahora bien, el declive
institucional antes mencionado, tiene que ver con las siguientes razones:
-
La crisis estructural, fruto de “la caída del
Muro de Berlín”.
-
Su presencia mínima: ya para 1994, obtuvo
legislativamente, un poco más de 20 000 votos. En 1998, su resultado fue de un
poco más de 15 000 sufragios.
-
La fragmentación del sindicalismo.
-
Por lo visto, el PVP, tiene poca capacidad de
mediación y poquísima capacidad de movilización partidaria.
-
Ha pasado a ser un actor marginal y testimonial.
En síntesis: el PVP, ha sido
eclipsado por el FA. Por ello, el primero, trata de mantener su memoria
histórica, así, mientras el segundo, trata de mantener equilibrios entre el
marxismo clásico y el cultural, el PVP, mantiene un discurso clásico del
socialismo científico (Lucha de clases, combate al capitalismo).
Por su parte, se han dado
momentos, en los que se ha presentado una tensión por la herencia política
comunista entre el FA y el PVP (Solo como ejemplo: en la revisión de redes
sociales, realizada para este trabajo, encontramos una publicación del 27 de
agosto de 2023, en la que, la Juventud del Frente Amplio, celebraba la vida y
obra, de Manuel Mora Valverde).
En otro orden de cosas, cuando se
leen autores como David Harvey, éste dice que el modelo monetarista, va más
allá de lo económico: este modelo, reconfigura el poder global. En esta línea,
tanto el PVP, como el FA, denuncian:
-
La precarización laboral.
-
La privatización de bienes públicos.
-
La mercantilización de la vida.
En el caso de Nancy Fraser, en
efecto, el FA, estaría enfrentando, la tensión de los equilibrios, entre marxismo
clásico y marxismo cultural. Por su parte, por ejemplo, en el caso del PAC, los
sectores de izquierda, abrazaron la “agenda cultural, dejando a los
monetaristas “la agenda económica” (“social liberalismo” o como lo denomina
Fraser: “izquierda progresista neoliberal”).
Pues bien, si leemos a Erik Olin
Wright, en un momento determinado, tanto el PVP como el FA, construyeron
espacios alternativos de poder popular.
Ambos, apostaron por la institucionalidad democrática y la ampliación de
derechos dentro del sistema, dejando de lado: “el concepto clásico de
revolución marxista – leninista” (El PVP por medio del “Caldero comunismo” y el
FA, por alianzas, por ejemplo, contra el “Combo del ICE”, el DR - CAFTA o la
“reforma fiscal de Carlos Alvarado”).
En el caso de Slavoj Žižek,
podríamos decir que, el PVP, está de acuerdo, con criticar el posmarxismo y el
énfasis excesivo en la política identitaria, pues en el fondo, funge como
“cortina de humo”, respecto a la división: capital / trabajo. Desde esta perspectiva,
el FA, estaría atrapado en las contradicciones propias del “marxismo cultural”,
lo que le lleva a una debilidad organizacional, “en términos de clase”. Para
Žižek, sin proyecto económico radical, se puede convertir en un “ala moral del
capitalismo” (He aquí un punto de encuentro con Rieff).
Otros dos autores, que vale la
pena citar son: Michael Löwy y Boaventura de Sousa Santos, ellos, permiten el
entendimiento de la izquierda marxista como defensora de la ecología (Tendencia
que se acentuó después de “la caída del Muro de Berlín”. Evidencia de ello, son
las obras del teólogo de la liberación, Leonardo Boff).
En el caso del FA, hay evidencia,
en el sentido de la defensa de la ecología, en oposición a proyectos
extractivistas, y, si desde el marxismo, es claro que el capitalismo es
defensor “de la extracción indiscriminada”, entonces, esta parte de la agenda
del FA, lo respalda como marxista. Pero además (De Sousa Santos), lo liga a
redes internacionales de izquierda, marcadas por el “marxismo cultural”.
VI
El Partido Vanguardia Popular y el Frente Amplio: tensiones en torno a
la herencia comunista costarricense.
Si se observa el accionar
legislativo del FA, no se puede negar, que hay por importantes momentos, un
peso de “una visión económica de izquierda”: bastan dos ejemplos para probarlo:
“la lucha contra el Combo del ICE” y la “firme oposición al DR – CAFTA”.
Valga decir que, este tipo de
acciones, generaron los resultados electorales de gran éxito, en el ámbito
legislativo, en el 2014. De ahí que, algunos investigadores en ciencias
políticas, lanzaran la pregunta de si: ¿El FA es un partido – movimiento?:
conteste a investigaciones propias del Centro de Investigaciones y Estudios
Políticos (CIEP), de la Universidad de Costa Rica (UCR), responde a esta
interrogante, afirmativamente.
En el caso del PVP, tal parecería
que, este partido, se habría quedado atrás, frente a la diversificación de las
demandas e intereses sociales, en esta lógica, cabe la afirmación: “si se asume
el marxismo como una receta política (Que parece es el caso del PVP), la
resultante es, la aparición de problemas, para responder de manera coherente, a
una sociedad compleja y plural.
Por esa complejidad y pluralidad,
es que se dan dinámicas: horizontales, deliberativas, “institucionalmente
flexibles”, quizás frente a esta realidad, el clásico “centralismo
democrático”, queda rezagado.
En otro orden de cosas, en
efecto, durante la década de los 90, se dieron gran cantidad de protestas
contra el economicismo, pero por movimientos “de la fortuna”, para decirlo en
términos maquiavélicos, paralelamente, en esos momentos históricos, se caía la
estructura “del socialismo real”, lo que ya hemos dicho, afectó directamente al
PVP.
Por otro lado, tanto en los casos
del PVP y el FA, sus estructuras con las semejanzas y diferencias del caso,
lograron mantener independencia, por ejemplo, con los sindicatos (Caso
contrario, a la fundación del Partido Laborista Inglés).
Incluso, en el caso del PVP,
podríamos decir, que nunca o casi nunca, hubo desconfianza entre sus dirigentes
y sus facciones sindicales. En el caso de este partido, sus candidaturas,
venían por lo general, de los cuadros propios de la agrupación, en tanto, el
FA, ha presentado un poco más de apertura a la sociedad civil organizada.
En este segundo caso, no se
pueden olvidar, el marco de una serie de movilizaciones contra el modelo de
desarrollo economicista, diríamos desde las oposiciones al “Combo del ICE” y el
DR – CAFTA. Pero, sin perder de vista las acciones de:
-
La población LGTBIQ +.
-
Los pequeños productores agrícolas.
-
Los sectores indígenas.
Entonces, también podríamos decir
que, desde la década de los 70, la izquierda marxista, se plantea frente a las
organizaciones que terminarían desembocando en el bipartidismo: el PLN y los
grupos liberales y socialcristianos, que pasarían por:
-
La Coalición Unidad.
-
La Coalición Unidad Social Cristiana.
-
El Partido Unidad Social Cristiana.
A la larga, sectores de esa
izquierda, se moverían en ciertos cuadros, hacia el PAC; otros, fortalecerían
el FA. En el caso del fundador de este partido, su biografía, nos permite ver
en mucho, la evolución de la izquierda costarricense.
Merino fue:
-
“Militante clásico del PVP”.
-
Partidario de la apertura y el pluralismo de
tipo: “Manuel Morista”, siendo parte de “Fuerza Democrática”.
-
Fundador del FA.
Aquí no puede olvidarse que
Fuerza Democrática: fue un ensayo de la izquierda, para adaptarse al nuevo
orden mundial, esto, tras la caída del bloque de la URSS. En esa línea, buscó
el pluralismo, al aceptar ex comunistas, disidentes socialdemócratas, así como
intelectuales y líderes de movimientos sociales.
Merino, llega por primera vez a
una curul por ese partido, en el periodo 1998 – 2002. Allí, se observará, la
ampliación de la agenda de la izquierda:
-
Defensa de la ecología.
-
Defensa de la democracia.
-
Protección de los derechos humanos.
-
Crítica al neoliberalismo.
Es en Fuerza Democrática, donde
Merino se constituirá como líder. Es en ese espacio, donde logra su autonomía
política. Eso sí, por ello, en algún momento, este partido, será marcado por el
personalismo.
Fuerza Democrática, se desintegra
a los inicios del nuevo milenio. Como consecuencia de ello, Merino, funda con
otros activistas de izquierda, el Foro de Acción Política: “Otra Costa Rica es
Posible, Otro Mundo es posible”, éste, evolucionará al “Movimiento Alternativa
de Izquierdas” (MAIZ), de ahí vendrá el Frente Amplio (FA).
El FA, participará por primera
vez en las elecciones, en las justas del 2006, esto, en la esfera provincial. De
este modo, llegará Merino, a su segunda diputación (2006 – 2010). En ese
periodo, el partido se consolidará, por ejemplo, por su oposición al DR –
CAFTA.
Para las elecciones del 2010,
pasa a ser partido a escala nacional. En ese proceso, quien llega a una curul,
es José María Villalta; cuatro años después, el FA, tendrá su mejor
participación electoral, pues, en la primera ronda de la elección presidencial,
tendrá una votación de 17. 25 %; en el ámbito legislativo, tendrá 9 escaños.
Estos diputados, cumplirían con
el perfil “implícito”, que pide ese partido: liderazgo en organizaciones
sociales, experiencia política previa, carisma personal. Es interesante que,
cuando se le consultó a la hoy ex diputada y ex ministra, Patricia Mora, la
razón de la creación del FA, ella expresó que, la idea es liberar a los
oprimidos, es decir, que el FA, es un instrumento de emancipación.
En esa lógica, uno de los
objetivos, es la relación con sindicatos, pero como puede verse, en el contexto
discursivo, de sus diferencias con el PVP. Desde los primeros documentos del
“Foro de Acción Política”, era claro que sus componentes, buscaban, unir la
experiencia de la izquierda tradicional, con las nuevas interpretaciones de
ella, después de la “Caída del Muro de Berlín”.
En este sentido, se buscaba
superar la categoría clásica marxista, del “centralismo democrático”. Es decir,
las organizaciones sociales afines al FA, no son, estrictas correas de
trasmisión de las tesis de ese partido, es decir, “el partido, no impondría
agendas”.
En el II Congreso Ideológico:
“José Merino del Río” (2015), se propone, que, en materia sindical, debe
trabajarse más, con criterio geográfico. En este Congreso, se trató el tema de
la relación del partido, con la sociedad civil organizada: pero de nuevo: no se
estableció documentalmente, una estrategia uniforme (Una vez más: esto, se
opone al concepto de: “centralismo democrático”).
¿Cuál es la desventaja de esta
estrategia?: no hay una política clara, de vinculación con las organizaciones
sociales. Esto sería clave: debe buscarse “una zona intermedia”, entre: las
diversas actividades de los movimientos sociales y, la acción electoral propia
de cualquier partido político.
Así las
cosas, tal parece, que, para muchas organizaciones sociales, el FA, es interpretado
como un partido “marxista leninista tradicional”, pero, con “una base social
desorganizada”. Pese a ello, para muchos dirigentes del partido, “las cosas
están bien”.
En este sentido, de nuevo, el
tema ideológico es fundamental. Quizás, con la acción de ideólogos dentro del
FA, se buscarían caminos de mejor articulación entre el partido y la sociedad
civil organizada.
Asimismo, en esta línea, se
vuelve a un concepto que, en el sistema de partidos costarricense, se planteaba
desde principios del siglo XX: la vinculación entre permanencia e ideología en
los partidos políticos.
Para ello, el FA, debería ejercer
influencia y recibir retroalimentación, de las organizaciones sociales, por
medio de análisis de coyuntura política, realizado de manera conjunta; generar
la formación de cuadros (En el caso específico del momento actual del FA,
conteste al marco del marxismo cultural, pero sin olvidar las tesis “Manuel
Moristas”).
Además, deben fortalecerse las
estructuras locales (Distritales, cantonales y provinciales); esto, en relación
a los movimientos sociales, tiene cierta complejidad: por experiencia política,
sabemos que, muchos de esos movimientos, “tienen auge coyuntural”, es decir,
luego de la etapa de la lucha social, muchos se disuelven o bajan sobremanera
su acción. De ahí, que, solo como ilustración, en algún momento, luego de la
lucha contra “el Combo del ICE”, se proponía mantener vigentes los comités
patrióticos, esto no fue posible. Lo mismo se planteaba en redes sociales a
finales del 2022, de nuevo, tal objetivo, no se logró.
Por otro lado, algunos analistas,
recomendaban tener un programa nacional de comunicación. Sabemos que, por ejemplo,
el PVP, tuvo en su momento, un programa de televisión, en una estación
alternativa (Donde prácticamente el director, era un dirigente del sindicato
del INS). En el caso del FA, tuvieron un programa de radio, en Amplitud
Modulada.
En otro orden de cosas, todo
parecía indicar que, en 2014, el FA, podría construir un plan nacional de
lucha, pero al aumentar su cuota de poder en la Asamblea Legislativa, se dio la
fragmentación interna. La hipótesis, es que se dieron roces, entre diversas
corrientes dentro del partido (Marxistas clásicos, marxistas culturales etc.);
además, la falta de una estructura territorial fuerte, más allá del Gran Área
Metropolitana, se hizo sentir.
En el periodo 2014 – 2018, se
impulsaron temas claves:
-
Defensa del medio ambiente (Combate a la minería
a cielo abierto).
-
Defensa de los derechos humanos y el feminismo.
-
Combate a las privatizaciones; y recortes
presupuestarios.
Pero por otro lado, la bancada
perdió cohesión, solo como ejemplo, está el caso del ex legislador, Ronal
Vargas, quien tuvo que abandonar la Asamblea en 2015, tras enfrentar una queja
de acoso sexual, aunque en principio, dijo, que estaba padeciendo problemas de
salud.
Luego, Carlos Hernández, quien
terminaría siendo independiente, fue detenido por la Fuerza Pública en
Puntarenas, específicamente, por un presunto caso de violencia doméstica, la
mañana del 19 de marzo de 2015.
Valga decir que, entre los
diputados, que llegaron a sustituir a los elegidos, la que duró más en su
escaño, fue la Frenteamplista, Suray Carrillo. Ese mismo año, comentaristas
afines al FA, hablaban de las bondades del acuerdo político – partidista; y
social – sindical, entre el PAC, el FA, y el colectivo sindical: “Patria
Justa”.
Pues bien, con lo hechos antes
descritos como “telón de fondo”, podemos hablar del periodo 2018 – 2022. En ese
lapso, como fruto de los resultados de las elecciones del 2018, el FA, bajó de
9 diputaciones a 1; José María Villalta, asumió como vocero único, su
visibilidad fue alta, pero su fuerza política, era evidentemente insuficiente,
para impulsar un plan nacional de lucha política.
Así, la estrategia de Villalta,
fue la de mantener el FA, en la palestra política, conservando banderas de
luchas ambientales y defensa de los derechos humanos, pero, sin ofrecer una
estrategia integral de país. Entre tanto, los movimientos y las organizaciones
sociales, parecen haber operado, sin coordinación con el FA.
Ahora bien, en una de las más
recientes encuestas del CIEP (abril 2025), entre los que dicen simpatizar con
un partido político, el 1 %, dicen hacerlo por el FA. Entre tanto, en lo que
refiere a la intención de voto, de cara a las elecciones de 2026, ese mismo
porcentaje, votaría por el candidato presidencial, Ariel Robles.
Podría plantearse la hipótesis en
el sentido que: el oficialismo, ha escogido como “enemigo electoral” al PLN (No
cometiendo el error liberacionista del 2014, de escoger al FA, y hacerlo crecer
estadísticamente).
Con este marco, podemos decir
que, desde ciertos sectores de la oposición al comunismo (Esto, conteste a un
sondeo realizado en redes sociales), el FA, representaría a “progres zurdos con
billetera a la derecha”. También, para muchos de ellos, partidos como el FA y
el PUSC, han traicionado la herencia del “Calderocomunismo”.
Para el 2016, algunos militantes
del PVP, inclusive, llegaron a publicar que, los diputados del FA, querían
apoyar un proyecto de ley, que presuntamente, daba facilidades a
transnacionales y a sectores de la burguesía, para explotar fuentes de agua.
Otros, más bien resaltaban, cómo el FA, denunciaba el caldo de cultivo, de las
estrategias de la derecha pro oligárquica y pro – imperialista en Venezuela.
En febrero de ese año, el Lic.
Humberto Vargas Carbonell, criticaba el que el FA, votara por la magistratura
de Celso Gamboa. En esa línea, Vargas, decía que, con esos votos, el FA,
favorecía los deseos del PLN, de dominar el Poder Judicial.
Hacia abril del 2016, mujeres
vanguardistas, señalaban que la fracción del FA, no cumplía con el acuerdo
realizado por diputados de todas las fracciones, de nombrar a mujeres, como
jefes y subjefes de fracción. Pero, el 21 de abril, el FA, nombraba como jefe
de bancada, a Edgardo Araya.
Al año siguiente, otros decían
que el FA, había tenido una posición dubitante de apoyo al régimen venezolano,
hasta que, este pueblo apoyó el proceso constituyente. Por otra parte, otros ex
dirigentes del PVP, criticaban cierta propaganda del FA, en las elecciones del
2022, donde se reflejan tintes populistas: por ejemplo, que, en una potencial
presidencia de José María Villalta, Costa Rica, sería el primer país
latinoamericano sin pobreza.
Para esos ex dirigentes, se
podían resaltar de esta propaganda varias cosas:
1) El tema de la pobreza, no se
resuelve poniendo a alguien honesto en la presidencia, sino atacando la base
material del capitalismo (Marxismo clásico).
2) Olvidar ese marxismo, lleva a
equivocaciones, que conducen a planteamientos socialdemócratas: para ello, los
críticos apuntaban la presunta debilidad de los gobiernos de Tabaré Vázquez y
José Mugica en Uruguay.
3) En el caso de la
administración Alvarado Quesada (2018 – 2022) y las ofertas (Para octubre del
2021), del candidato del PLN, lo importante, era ganarse el apoyo de la
burguesía, por ello, en el primer caso, buscaban profundizar la reforma fiscal,
sin combatir la evasión. Y en el segundo, prometiendo “re balancear las cargas
sociales.”.
4) Paralelamente, aunque
relacionado a otro tema, se decía que, el FA, apoyaba un sistema de justicia
que, generaba presunta impunidad, en ciertos casos judiciales.
5) Asimismo, otros dirían, que,
para octubre de ese año, ya el FA, apoyaría el proyecto de ley, 22179, que
buscaba, reducir el gasto en salarios y pensiones. Esto, evidenciaba, lo
utópico del presunto objetivo del FA, de “generar colaboración de clases”, para
reformar el sistema capitalista, esto, en ese momento, junto al PAC. Así las
cosas “los socialdemócratas de los años 40, eran más avanzados de lo que en
2021, presentaba el FA”. Sin embargo, otros ex dirigentes del PVP, defendían el
accionar de los Frenteamplistas, sobre todo, de José María Villalta. Ellos, son
lo que, luego, propondrían, la candidatura presidencial del entonces diputado,
pero, en la lógica, de la búsqueda de una coalición.
6) Desde la SUPEN, Rocío Aguilar,
decía que los recursos para ese “re balanceo de las cargas sociales”, antes
mencionado, podía salir del 8 % del PIB, que se destina a la educación. Esto
implicaba la exclusión de una gran cantidad de estudiantes pobres.
7) Con esta lógica, la estrategia
de “colaboración de clases”, es irracional: el FA, terminaba colaborando con la
burguesía, fuertemente monetarista.
8) Un ejemplo de esto fue, cómo el
FA, condenó las fuertes movilizaciones de lo que fue el movimiento “Rescate
Nacional”, esto, demostraría dos cosas: la primera, en efecto, la desconexión
del FA, con las bases sociales. Y segundo, su alianza, con el proyecto
neoliberal de la burguesía. Esto, para decirlo en términos gruesos: “es anti
leninista”.
Incluso, en 2020, algunos
académicos, estos, de “corte anarquista”, llamaban la atención, en el sentido
de cómo, algunos diputados del PAC, se decían de “izquierda”, pero se
derechizaban, lo mismo que el FA, apoyando el gobierno de Alvarado.
Ahora bien, parte de ese apoyo,
era la presencia de Patricia Mora Castellanos, en el gobierno del PAC, para
algunos militantes del PVP, esto era parte de los objetivos del FA: tener
cuotas de poder en el Estado Burgués.
Otros comentaristas de la
izquierda, al terminar la segunda ronda del 2022, hablaban del FA, como uno de
los ganadores del proceso electoral en general (Primera y segunda ronda); eso
sí, llamaban la atención, de la necesidad de que ese partido, radicalizase su
oposición, esto, sin dejar de ser propositivos.
Pero las críticas durante la
campaña del 2022, no solo se dirigieron al FA: por ejemplo, para este análisis,
encontramos una publicación, en la red social de Facebook, la cual, criticaba
al candidato a quinto lugar, para la diputación en San José, de “Pueblo Unido”:
la crítica, expresaba que, ese candidato, tenía un estilo político, como el de
los universitarios militantes del FA y del PAC. Según la publicación, ellos
generaban pocas luchas y, lo que deseaban, era convertirse en asesores de
burócratas. En esa línea, presuntamente, ese candidato, era capaz de apoyar la
“dictadura Ortega – Murillo”, en Nicaragua.
Por su parte, algunos partidarios
del FA, sostenían que ese partido, no mantenía posiciones de “una izquierda
anacrónica”, estalinista y trotskista (Con esto se atacaba al Partido de los
Trabajadores (PT) y a Pueblo Unido, cuya columna vertebral, era el PVP). Para
ellos, el FA, no es marxista – leninista. En esa línea: “habría una izquierda
para todos los gustos”, el FA, “no ofendería a otras izquierdas”.
Asimismo, el 2023, algunos
marxistas críticos de la línea de apoyo al régimen cubano, publicaron que,
cuando el Frente Amplio (FA), rechazaba mociones legislativas, lo que estaba
haciendo, era apoyar la corrupción, en la que actualmente está convertido ese
régimen.
Paralelamente, en otro orden de
cosas, algunos comentaristas políticos, decían que, los diputados del FA y
otras fracciones legislativas, eran insultadas por el oficialismo “Chavista”,
pues, para esos comentaristas, debía lanzarse “una cortina de humo”, frente a
la realidad económica del país. Entre mayo y junio, se informaba que:
-
Un tercio de las familias del país, no tuvo
dinero para la comida, en el último mes.
-
En mayo, 139 productos subían de precio.
-
De acuerdo a la “encuesta de la confianza del
consumidor”, por primera vez, se reflejaban opiniones negativas, sobre las
políticas económicas del gobierno de Chaves.
-
Para finales de mayo, la popularidad del
Presidente, seguía cayendo.
A esta altura, ex dirigentes del
PVP, reconocían que, solo el FA, tenía una línea de oposición independiente,
ante el gobierno. En otro escenario, por ejemplo, en diciembre del 2024,
sectores del PVP, criticaron que, diputados del FA, votaran por el ingreso de
tropas estadounidenses al país. De hecho, se presentaba la hipótesis en el
sentido que, diputados del PVP o Pueblo Unido, no hubieran votado ese permiso.
Esta crítica fue aprovechada,
para recordar: “la entereza moral” de diputados como:
-
Arnoldo Ferreto.
-
Manuel Mora.
-
Humberto Vargas Carbonell.
-
Freddy Méndez.
-
Mario Devandas.
-
Sergio Erick Ardón.
-
Álvaro Montero Mejía.
-
Rodrigo Ureña.
-
Eduardo Mora.
-
José Merino.
Valga decir, que, en ese momento,
estos sectores, hacían la excepción de la diputada, Rocío Alfaro, quien votó en
contra del permiso respectivo, esto, siendo coherente con: “su militancia de
izquierda”.
Dos meses antes, el FA, en
materia de política tributaria, propuso cambios en la regla fiscal de la
reforma de la administración de Carlos Alvarado (2018 - 2022), para tratar de
descongelar los salarios del sector público. Pero, esta tesis fue rechazada por
el resto de fracciones legislativas. Asimismo, se le rechazó la tesis de
aumentar los días de vacaciones de los trabajadores de los sectores privados y
públicos.
Así las cosas, para dirigentes
del PVP, hay recelo cuando considera que el FA, se aleja de los postulados del
marxismo clásico, pero también hemos encontrado publicaciones de defensa de
diputados como Ariel Robles o Sofía Guillén. En la línea crítica, el FA, sería
un partido eminentemente electoral, de nuevo: no hay arraigo en los movimientos
y organizaciones populares.
Una vez más, desde la memoria
histórica y testimonial, el PVP, abandera un marxismo clásico, mientras el FA,
lo hace desde el marxismo cultural y posmoderno. Pese a ello, hay un núcleo
común entre PVP y FA:
-
Defensa del Estado Social de Derecho.
-
Anti economicismo.
-
Memoria militante: el FA, no deja de reconocerse
heredero de etapas históricas del PVP.
Si vemos el tema, desde una
perspectiva histórico – política, lo que sucede es que estamos en presencia de
dos etapas históricas distintas de la izquierda costarricense:
-
Una izquierda marxista clásica, centrada en la
lucha de clases y en importantes sectores del movimiento obrero.
-
Una izquierda cultural y posmarxista.
Para algunos, hay ruptura, para
otros, hay una reinterpretación de la herencia marxista: el FA, conservaría y
ya hemos dicho, requiere del legado del PVP, pero la resignificaría en clave
contemporánea.
Ahora bien, en ese proceso, el
FA, tiene luces y sombras en ese camino, está por verse, cuando el marxismo
cultural subordina al clásico, y viceversa. Por otro lado, al momento de
escribir este análisis, no se sabe si hay un programa interno, sobre
movimientos sociales en el partido.
Finalmente, antes de pasar a otro
acápite, vale la pena referir al triunfo en la esfera municipal, en 2024, de
Diego Miranda, como Alcalde de San José; con ello, un dirigente que había
estado en la izquierda, había derrotado un feudo del PLN y del ex edil y
candidato presidencial, Johnny Araya Monge (Quien hace muchos años, militara en
el MRP).
Es interesante, que, ex
dirigentes del PVP, hablaran del triunfo “de un partido progresista en San
José”; además, resaltaban (Lo que era cierto), el que Miranda, se había
enfrentado a las estrategias y tácticas de Araya Monge, dentro de la
municipalidad.
Por entrevistas de campo,
realizadas en aquel momento, sabemos que mucha dirigencia del PVP en la
capital, apoyó a Miranda. Asimismo, los ex dirigentes citados, escribían que el
FA, estaba obligado a apoyarlo. De ahí (Decían), podía nacer alguna esperanza
para la elección presidencial del 2026.
VII
¿Se puede dialogar entre socialistas y socialdemócratas?
Primero, para que exista ese
diálogo, los socialdemócratas, deberían volver a su senda original o en su
defecto, el que aparezcan opciones partidistas, que retomen el camino del
reformismo socialdemócrata.
En esta lógica, no puede
olvidarse que los representantes de la socialdemocracia (De Figueres Ferrer a
Oduber Quirós), no “lanzaron por la borda”, la herencia del “Caldero –
comunismo”. Bajo este contexto, los socialdemócratas y los socialistas, podrían
generar diálogos, sobre la recuperación de la legitimidad de la democracia
social, esto frente a la crisis del economicismo.
Por su parte, en efecto, José
Merino, defendía el tema de las políticas redistributivas, eso sí, articuladas
a derechos globales. Aquí, la cosa se complica: será o podrá ser: ¿El FA, un
partido socialdemócrata renovado?; ¿Lo será el PLN? (No lo creemos, basta
observar su giro sobre el proyecto de ley de “las jornadas 4 x 3”. De hecho,
para comentaristas políticos del FA, esto demuestra que el PLN – monetarista,
es su adversario).
En este marco, más bien apostamos
(Permítasenos esta subjetividad en el análisis), por la aparición y
consolidación, de verdaderas opciones reformistas de centro – izquierda. Si
tratamos de tender puentes, estos tendrían que ver con:
-
Una política económica, que tenga que ver con la
articulación de mercado interno con mercado externo, además de, protección del
medio ambiente.
-
Una política internacional, basada en la
globalización de la solidaridad.
Con base en lo anterior,
estaríamos hablando de una superación del modelo neoliberal. Entonces: una
izquierda reformista (Socialdemócrata o “Manuel Morista”), debería priorizar
una agenda que, revierta la concentración de la riqueza, fortaleciendo los
derechos sociales universales.
Nos atrevemos a decir: lo
primero, deben ser las estrategias de redistribución y justicia económica;
luego, integrar las luchas culturales legítimas (Tenemos claro que, el tema de
esa legitimidad, es todo un debate).
Asimismo, desde la perspectiva
educativa, se debe actualizar la memoria del Estado Social, pero, además,
destacar sus amenazas desde las derechas, los populismos y los neo populismos
(Esto, nos recuerda de nuevo: a Rodolfo Cerdas, Vladimir de la Cruz y el
economista: Luis Paulino Vargas Solís).
Seamos claros: sin justicia
económica, lo cultural, se vuelve superficial y como dice Rieff: “el marxismo
cultural, se vuelve funcional al monetarismo dizque progresista”. Además, se
debe enfrentar los liderazgos populistas o neo populistas, de corte carismático
(M. Weber).
En el caso de la socialdemocracia
clásica, no se puede olvidar la tesis del “espacio y tiempo histórico”, esto
permitiría, la construcción de un pacto redistributivo, idealmente, en clave
latinoamericana.
Si el FA, es capaz de articular
la base obrera y sindical con “un progresismo ambiental y cultural”, puede
ampliar la agenda de diálogo con los socialdemócratas clásicos, los que, a su
vez, deben buscar la legitimidad popular.
Como puede verse, el caso
costarricense, no es ajeno a los eventos que suceden en la esfera
internacional:
-
El enfrentamiento populismo versus
“progresismo”: el primero, dice “que la izquierda, se desconecta del pueblo,
por medio del marxismo cultural”.
-
Los socialistas y los socialdemócratas, son
capaces de dialogar, esto, basados en un punto común (Independientemente de las
diferencias en los medios), ese punto es: el equilibrio entre justicia social y
libertad cultural (Tesis del politólogo Alberto Salom). Aparte, tienen un
adversario común: el economicismo, que busca la división de “los socialismos”.
VIII
Balance final.
Desde 1932, hay presencia
comunista; primero en el Congreso y luego, con la fundación de la Segunda
República, posterior a la rehabilitación del Partido Vanguardia Popular (PVP);
de ahí, que se puede concluir, que, hay un sector del electorado, “que nunca le
ha tenido miedo al comunismo, en la esfera legislativa”.
Entre 1934 y 1948, los comunistas
logran elegir, 8 congresistas, ellos van alternándose y sumándose en el
Congreso; pero será hasta el 2014, que logre elegir en una sola votación, una
buena cantidad de diputados de manera compacta. Ya hemos hecho ver que, entre
1934 y 1948, los congresistas que llegaron por el comunismo, eran: abogados,
educadores y zapateros.
De 1948 a 1970, en términos
generales, la sociedad costarricense, se encontraba rota, en las diversas
facciones:
-
Calderonistas.
-
Caldero – Comunistas.
-
Figueristas.
-
Comunistas.
En ese contexto:
-
Los Calderonistas, tenderían a votar por la
oposición al PLN (Castro Cervantes, Mario Echandi, Calderón Guardia, Otilio
Ulate, JJ Trejos).
-
Los
Figueristas, votarán por el PLN (De hecho, en su libro: “Cartas a un
Ciudadano”, Don Pepe, hablaba de la imperiosa necesidad, de abandonar el
personalismo en la política, y dejar de hablar de “Figuerismo”, para comenzar a
hablar de “liberacionismo”.).
-
Los comunistas, no tendrían “partido propio”
hasta el 70.
Con este escenario, en muchas
ocasiones, los comunistas, tuvieron que escoger entre el PLN y sus adversarios.
Asimismo, Manuel Mora Valverde, lideraba a la izquierda, a la lucha dentro de
los marcos democráticos.
Entre 1949 y 1975, el PVP, dedicó
sus actividades, para retomar la legalidad dentro del sistema de partidos
políticos. Para Abarca V., esto generaría, que penetrara poco en las clases
medias. En el periodo 60 – 70, este partido, pareció olvidar el tema de la
“revolución”. Para este historiador, el PVP, se dedicaría: “al desarrollo del
capitalismo”, por medio de: “la vía pacífica al socialismo”.
De 1950 a 1990, hay todo un
sector del electorado, que recibió el discurso en el sentido que, había que
escoger entre capitalismo y socialismo (Guerra Fría), esto asustaba a mucha
gente, en este contexto, socialismo y comunismo, significaban:
-
Pérdida
de libertades políticas.
-
Nacionalización forzada de actividades
económicas y propiedades.
Puede decirse que, entre 1980 y
1990, ya no se vive con intensidad la Guerra Fría, de ahí, que, para el sector
del electorado nacido en ese periodo, ya el tema del comunismo no le asusta
tanto o no entiende mucho, de campañas “anticomunistas”.
Ahora bien, dentro del sistema de
partidos políticos, los partidos más antiguos, son el PVP y el PLN. Para el
2011, ya se decía que el PVP, estaba prácticamente desaparecido, incluso, no
estaba activo en el registro electoral del TSE.
Aquella historia, de los
diputados comunistas de 1934 y vanguardistas de 1943 a 1948, fueron importantes
en el país. Ya es sabido y hemos repasado que, desde el 1943, los congresistas
del PVP, fueron parte del cogobierno con el Dr. Calderón Guardia y con Teodoro
Picado.
De esa década, quedan escritos
con letras de oro, los nombres de:
-
Calderón Guardia.
-
Manuel Mora.
-
Monseñor Sanabria.
-
José Figueres Ferrer.
Por otra parte, ya hemos hablado
del desarrollo del “foco guerrillero”, en Costa Rica: los movimientos que
intentaron abrazar esa tesis, fueron el PRA y el MRP. Miembros de estos grupos,
colaborarán con el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), en la suelta
dela cárcel, de Carlos Fonseca Amador, quien estaba preso en Alajuela. Después
de ese evento, el PRA, desapareció.
Luego el MRA y, el MRP, crecerían
entre 1970 y 1976, ellos se financiaron “por actividades selectivas, no
comprendidas por el pueblo”. La prensa burguesa, lo llamaría de manera más
directa: por robos bancarios (Por ejemplo) o secuestros. Tales fueron los casos
de la retención de “Cuco Arrieta”. Después de su secuestro, él le daría dinero
al MRP.
En el caso del PSC, al igual que,
otras estructuras de la izquierda, también reflejaron la descomposición
política, pero, además, creemos que, fueron capaces de conectar con
preocupaciones de la clase madia – alta. Las divisiones del PSC, no
robustecieron al PVP.
Precisamente, con la división de
1983, ese partido, sufría el segundo golpe más fuerte, desde su derrota en
1948, como lo hemos visto, con la creación del puesto de “presidente del
partido”, prácticamente, se derrocaba el liderazgo de Manuel Mora Valverde,
quien se había destacado desde 1931.
La salida de Mora, llevará la
tesis de “alianza de clases”, desde el: “Partido del Pueblo Costarricense”
(PPC), hasta lo que será el FA. Y el PVP, que bajo la fórmula: Carbonell – Ferreto,
irá perdiendo espacio político.
Pero yendo más allá: el tema
político de si Costa Rica, presentaba las “condiciones objetivas” para una
revolución, era obviamente esencial: por cierto, esa tesis era aguijoneada, por
el triunfo de la revolución sandinista y el apogeo de los movimientos
insurgentes en El Salvador y Guatemala.
En este marco, podríamos decir
que, desde 1983 hasta ahora, se viene dando una serie de golpes, al Estado
Benefactor, de tipo Keynesiano, con el objeto, de que vaya perdiendo base
jurídica e institucional.
La idea era o es, que el mercado
como organizador social, fomente la competitividad en el país, lo que le
permita insertarse en el mercado mundial, ella, marcada por la
transnacionalización de la banca, del comercio, de la industria. Más adelante,
vendrá la lógica conservadora en lo cultural.
Con Reagan y Monge, se inicia “el
régimen de zonas francas”; ese “régimen”, muchos años más adelante, será “uno
de los motores de la economía costarricense”, ese, con mayor salud, que el
motor, vinculado con el mercado interno.
En este tema es interesante, que,
como hemos visto, con la administración Carazo, hay una lectura (Compartida por
la izquierda), en el sentido que, este ex presidente, asumió una posición
nacionalista, al rechazar las imposiciones del FMI. Pero si acercamos el lente
histórico, podríamos decir que, la visión economicista, inicia con Carazo, por
medio del arranque de la privatización de las empresas de la: “Corporación
Costarricense de Desarrollo” (CODESA).
Además, se reprimió al movimiento
sindicalista, sobre todo, en materia de convenciones colectivas. En la
disyuntiva, sindicalismo / solidarismo, el gobierno optó por el segundo.
Además, se comienza a dar más fuerza, a la inversión privada en salud pública.
Luego se entregaría mucha de la infraestructura de transportes, a la
administración de consorcios internacionales, así, de algún modo, se renunciaba
a la obra pública, construida entre 1935 y 1975.
Para algunos autores marxistas,
el principal programa de Monge Álvarez: “volvamos a la tierra”, era un eslogan
demagógico, con el que, la burguesía empresarial – agrícola, sin distinción,
disfrutó de importantes privilegios. Fue el inicio, para esos autores, de la
crisis del Consejo Nacional de Producción (CNP). En ese momento, muchos nuevos
capitales, emigraron o se acumularon en “paraísos fiscales”, fuera de nuestras
fronteras.
Desde 1983 hasta el 2010, la
dinámica de los gobiernos del bipartidismo, fue la siguiente:
-
Luis Alberto Monge (PLN).
-
Oscar Arias (PLN).
-
Rafael Ángel Calderón (PUSC).
-
José María Figueres Olsen (PLN).
-
Miguel Ángel Rodríguez (PUSC).
-
Abel Pacheco (PUSC).
-
Oscar Arias (PLN)
-
Laura Chinchilla (PLN).
De un modo u otro, estos
gobiernos, atacaron al sindicalismo clasista (Entiéndase a los sindicatos
marxistas); desde la perspectiva de dirigentes del PVP y el FA, esto, ha
llevado a la alienación de las clases medias y altas. Para ellos, una política
hacendaria voraz, ha golpeado la vivienda, el salario y las jubilaciones.
Es interesante, que, en muchas
ocasiones, cuando los costarricenses sienten “que les aprietan el bolsillo”,
hablan del viejo concepto de “la canasta básica”, sin saber que esa categoría,
perdió toda efectividad, sobre los precios y mercados, que para muchos son
considerados primordiales. Por si fuera poco, en sectores como el Magisterio
Nacional, el impacto del “Pacto Figueres – Calderón”, fue impresionante.
En otro orden de cosas, en sus
investigaciones, el historiador Vladimir de la Cruz de Lemos, observa que, a
mayor cantidad de partidos, mayor abstención. Un ejemplo de ello, fueron las
elecciones de 1998, 2002 y 2006.
Por otro lado, la tasa de
homicidios, de la administración Monge (1982 – 1986) a la segunda
administración Arias (2006 – 2010), subió de: 3. 98 a 9.98 (Por cada 100 000
habitantes); es decir, durante el gobierno de Monge y los primeros años
posteriores, las tasas eran relativamente bajas y estables.
Pero a partir de los 90, se da un
aumento acelerado y sostenido, que se acelerará en los 2000. Del periodo
presentado (1982 – 2010), la segunda administración Arias, es la que registra
el mayor promedio, en el periodo analizado, las cifras generales, muestran que
hubo picos en 2008 y 2009 (11.1 y 11. 4 respectivamente). Ahora, durante la
administración de Laura Chinchilla (2010 – 2014), los homicidios dolosos
disminuyeron. El reporte indica: de 11.8 por cada 100 000 habitantes en 2009 a
8.7 en 2013.
En lo que refiere a la pobreza de
1990 a 2012, podemos exponer lo siguiente: de los gobiernos de los noventas,
posteriores a Monge y a la primera administración Arias, la pobreza, pasó por
valores elevados, por ejemplo, en los inicios del gobierno de Calderón
Fournier, en 1991, llegó al 30 %, luego fue bajando del 25 al 20 %.
En los años previos al gobierno
de Laura Chinchilla, se observa una mejora, de alrededor del 16 al 17 %, de
hogares en pobreza total en 2007. En la propia administración de doña Laura,
los datos muestran una pobreza cercana a 21 al 22 %; hacia el 2012, tendía a la
baja: cerca del 21 % en 2012.
Si hacemos referencia al tema del
desempleo y subempleo, en 1982, la tasa de desempleo abierto rondaba, el 9.4 %;
entre 1983 y 1984, hubo tasas de subutilización de mano de obra, altas: en
1982, se estimaba en cerca del 24 %; que incluye subempleo visible y otras
formas.
En 1990, la tasa de desempleo
abierto, era cercana al 4.6 %, para 2005, una cifra aproximada era del 6.6 %;
para 2010, al final del periodo de Laura Chinchilla, la tasa de desempleo
abierto nacional, estaba alrededor de 7. 3 %.
Con algunas de estas cifras, algunos
sectores del electorado joven, interpretaban los gobiernos del PUSC y el PLN,
como generadores del aumento del costo de la vida, y tópicos como la
corrupción. El FA, asimilaría ese descontento, pero más con propuestas que con
discursos de arenga política.
Ahora bien, con el surgimiento
del FA, se insiste “en una izquierda constructiva”, ya hemos hablado de la
crisis de la izquierda, conforme a algunos autores, para el periodo de 1984 a
1995, esa crisis, comienza a revertirse. Ese último año, la Coalición Pueblo
Unido, pasa a ser partido político, en ese evento, no participó el PPC. Éste es
el que fundará Fuerza Democrática.
Asimismo, es interesante que pese
a la lucha contra “el combo del ICE”, en el año 2000 y contra el “DR – CAFTA”,
en 2006 – 2007, la izquierda no sale fortalecida ni en 2002 ni en 2010, esto,
pese a la presencia de la izquierda en esas luchas.
Por otra parte, para las campañas
del 2006 y el 2010, quedaba claro que, la izquierda tenía un electorado
pequeño, eso sí, en el 2014, el crecimiento electoral del FA, no pude
atribuirse a ninguna coyuntura particular (Como pudo ser en el pasado: la lucha
contra “el Combo del ICE” o contra “el DR – CAFTA”).
Para autores como Vladimir de la
Cruz de Lemos, uno de los eventos que generó el crecimiento del FA, fue el
error que cometiese el PLN, en el sentido de escogerlos como “enemigos
electorales”, junto al ML. Al final, el objetivo del PLN, que era apropiarse
“del centro de espectro ideológico”, lo termina realizando el PAC y, su
candidato, Luis Guillermo Solís Rivera.
Ya para el 2014, algunos autores,
dicen que la preferencia que obtuvo Villalta, en algún momento de la campaña,
era fruto del despertar de la conciencia inter – clases sociales, lo cierto es,
que independientemente de esto, hay tensiones históricas que, pueden rastrearse
desde la historia misma del PVP, eso ha quedado claro, al ver los aportes de
Cerdas, Contreras y De la Cruz (Entre otros).
Precisamente, aportes como los de
Cerdas y Montero Mejía, han probado que, una izquierda dogmática, pierde
legitimidad (Lo hemos visto en el caso del PVP), en esta línea, esos dos
pensadores, en efecto, llevan razón al plantear que, la izquierda, debe tener
una adaptación local, una independencia intelectual y una coherencia moral.
Es claro que, el FA, no es una
extensión del PVP, por ello, tampoco se pueden descartar los señalamientos de
“wokismo”, en efecto, se ha probado, que estos señalamientos, tienen cuando
menos, “algo de realidad” (Para decir lo menos). Pero, esas acusaciones, no
deberían inmovilizar a este partido. Quizás, hay sectores del PVP, que, quieren
mirar hacia atrás para no adaptarse, pero el FA, no puede caer en ese error.
Como hemos visto, por medio de
los aportes de Cerdas, Contreras, De la Cruz y Merino, se brindan importantes
lecciones:
-
Crítica radical cuando se requiere.
-
Sistematización, institucionalización y,
adaptación a los contextos (Espacio y tiempo históricos).
-
Debe buscarse un equilibrio, entre: “marxismo
clásico” y “marxismo cultural”.
Por otro lado, se ha visto que, tanto
el PVP, como el FA, han tenido deudas territoriales, ya Montero Mejía, había
leído este problema, como el tema “de una izquierda demasiado urbana e
ilustrada”. Quizás en el caso del FA, esto ha sido más marcado, por lo que, les
distancia de las bases trabajadoras.
Incluso, al ver el pensamiento de
Vargas Carbonell, Gutiérrez Sáenz y Alberto Salom Echeverría, se confirman, que
muchos de los señalamientos hechos al FA, tienen raíces históricas; es decir:
tanto el PVP como el FA, han tenido problemas de vínculos entre práctica y
teoría; entre ciudad / periferia; entre radicalismo y moderación.
Desde lo dicho, el reportaje del
periódico “La Nación”, que ha motivado este amplio trabajo, debe verse más allá
de la línea editorial del periódico: hay en efecto, un trasfondo de problemas
históricos.
Pero, además, el tema de la
corriente “woke” dentro del FA, le coloca en la esfera de los debates
internacionales, esto, en el marco de los temas identitarios, los populismos,
la redistribución de la riqueza y el transnacionalismo. Pese a que, hay autores
que recomiendan en estos casos, construir una especie de: “populismo
democrático”, esto no nos parece recomendable.
Por su parte, cuando se revisa el
pensamiento del economista, Luis Paulino Vargas Solís, es claro que, se vuelve
al tema central o uno de los temas centrales de la lucha contra el
economicismo, monetarismo o neoliberalismo. Y de ahí, la lucha contra la
desigualdad, como eje articulador de todas las luchas sociales. En esa visión,
no deja de retornarse a una tesis del “marxismo clásico”: “volver a la economía
política”. Ese retorno, debería subordinar, “el marxismo cultural”.
Ahora: esto no significa que se
dejen de lado las luchas de tipo cultural, pero con un proyecto económico
alternativo al neoliberalismo, esto de cara atraerse a las clases medias, como
a sectores obreros y rurales.
Así las cosas, lo que podría
denominarse la distancia entre “marxismo clásico” y “marxismo cultural” no
sería insalvable. Es decir, deberían establecerse estrategias comunicacionales
(Habermas), para unir ambas visiones.
Incluso, un puente posible entre
ambas, puede ser de arranque, un imaginario cultural que levante la dignidad de
obreros y campesinos. Una de las cosas, que el FA debería aprender del PVP, es
que, no se puede elegir entre cultura y economía.
De lo contrario, corre el riesgo
de diluirse en un mosaico cultural, dejando de lado, la lucha de clases (Harvey
y Žižek); Desde Fraser, se entiende como un actor que debe articular
redistribución con reconocimiento para no caer en la fragmentación.
Así las cosas, partiendo del PVP,
yendo hacia el FA, nos encontramos: dos épocas de la izquierda costarricense:
-
Una izquierda marxista clásica, centrada en la
lucha de clases, luego “en la alianza de clases” y en el movimiento obrero.
-
Una izquierda posmarxista y cultural, que
integra: derechos humanos, diversidad, ecología y feminismo.
Así, donde algunos dirigentes del PVP ven
ruptura, el FA, puede asimilar una reinterpretación marxista. En esta lógica,
contrario a lo que piensan los primeros, el FA, pude asumir la memoria del PVP
(De hecho, en muchas ocasiones lo ha hecho), pero resignificando esa herencia
en clave contemporánea.
Por otro lado, cuando se analiza
la categoría politológica de: partido – movimiento, encontramos que, puede
darse una interpretación en sentido positivo, pero, otros autores, más bien,
hablan del FA, como un partido con representación dentro de los movimientos
sociales, pero el FA, seguiría bajo una lógica, electoral e institucional.
Bajo esta óptica, este partido,
no habría logrado incorporar plenamente, a los movimientos sociales, esto
representaría fortalezas y debilidades. Por lo pronto, el FA, tendría más
marcadas, las características de un partido parlamentario – reformista.
En esta línea, en los diputados
del PVP, habría pesado más, la militancia partidaria, ella ligada al
campesinado y al sindicalismo. En el caso del FA, parecen pesar más los
dirigentes de la sociedad civil organizada, esto sería evidencia, de la
transformación de la izquierda costarricense: en términos de la teoría de los
partidos políticos, el PVP, es un partido de cuadros; el FA, sería más, una
especie de plataforma de los movimientos sociales.
En este contexto, un político
como José Merino del Río, encarnaría una especie de síntesis, de esa
transformación:
-
Su
militancia en el PVP, le dio raíces ideológicas y disciplina organizativa.
-
Al impulsar el PFD, quizás, observó la necesidad
de apertura y pluralismo.
-
Con el FA, logra incorporar las agendas del
siglo XXI.
Aún desde antes, el FA, incluso
puede verse como heredero parcial de experiencias como las del: PSC y el MRP:
por ejemplo, en el primero, se veía cierta apertura cultural y con las
diferencias del caso, en el MRP, se veía una impronta juvenil.
En
alguna medida, desde una lectura marxista clásica “al estilo costarricense”, el
“Chavismo”, está encerrado en una incapacidad, revestida de pachuquismo; además
el PLN y el PUSC, siguen matriculados en profundizar el modelo economicista.
De ahí, para algunos o muchos que
hacen esa lectura, por lo pronto, solo el FA, con sus limitaciones, sería una
verdadera opción de cambio, de cara a las elecciones del 2026: ellos, proponen
eso sí, el que el FA, trabaje en una coalición.
Por otra parte, desde esa visión,
de limitarse a ganar elecciones, se estaría perdiendo el objetivo
revolucionario. En otro orden de cosas, si el tópico es ganar elecciones, ello
requiere:
-
Imaginación.
-
Ambición.
-
Una clara y decidida política de alianzas
políticas.
Para otros, el FA, en vez de ser
un partido de izquierda, es un partido de centro: así lo declaró el actual
diputado y secretario general, Antonio Ortega. Eso sí, el argumento del
diputado es altamente relativista:
-
Ante el neo populismo de derecha del gobierno,
los de izquierda, se corrieron al centro.
-
Los partidarios de una derecha tradicional,
también fueron hacia el centro.
Desde esta perspectiva, para
tratar de entenderlo de manera más precisa, desde el centro – derecha (PUSC) y un
presunto centro – izquierda (PLN), el FA, se iría encontrando con ellos, “en el
centro”. para mayor precisión, si el bipartidismo tradicional, ha ido desde los
ochentas, “menos a la izquierda y más a la derecha”, esa derecha, ahora es “más
relativa”, pues el gobierno de Chaves, es “de una fuerte diestra”. Es tan
relativa, que puede ser interpretada como “centro” y la izquierda del FA
(Cultural), también puede ser interpretada como centro.
Ahora, ya, desde el 2014, con la
coyuntura de aquel momento y las cifras que arrojaban las encuestas, José María
Villalta, decía que, el FA, era un partido socialdemócrata, pero si entramos
“en el bosque ideológico”, se abría la pregunta: ¿Es o era el FA, un partido
socialdemócrata clásico?: los elementos de marxismo cultural, no son propios de
la visión clásica del reformismo. Por otro lado, también hubo comentaristas
políticos que, decían que, si bien, atacaban “a la clase política tradicional”,
no hablaban de “cambiar el modelo de desarrollo”.
Así, desde el marxismo clásico,
al decir que el FA es socialdemócrata, está renunciando a los principios
marxistas – leninistas revolucionarios. Por parte del presente análisis, se
postula que, debe ponerse el lente, en la presente campaña electoral, para
observar las acciones y tesis del FA, ante el gobierno de Chaves.
Para ciertos comentaristas del
PVP, lo que sucederá es, que el “FA, transitará a la derecha”, según ellos, la
prueba de ese camino, es la ausencia de crítica a políticas que, desde el PVP,
son consideradas como imperialistas (Ingreso de tropas norteamericanas al país,
apoyo de medidas imperialistas, en otros países de América Latina).
Desde la política económica, los
comentaristas del PVP, hablan de la debilidad del FA para exigir, que las
grandes empresas transnacionales paguen impuestos; el cese de presión, para
luchar contra la evasión fiscal; la autorización para invertir dineros de los
fondos de pensiones en el exterior y abandono del apoyo a pequeños y medianos
productores.
En oposición, “en buena teoría”,
el marxismo clásico, nunca se correría al centro, siempre se mantendría
combativa, siempre se mantendría solidaria, sin deseos de ser vencida. Por su
parte, diputadas como Sofía Guillén, insisten en inspirarse en Manuel Mora
Valverde, en María Isabel Carvajal (Carmen Lyra).
Pero la legisladora, también
habla de antecedentes de la socialdemocracia, como Alfredo González Flores; de
igual manera, no niega las tesis de corte feminista, afines al marxismo
cultural. Por otra parte, si ensayamos un poco de prospectiva heterodoxa: podemos
decir que, si algún día la izquierda del tipo PVP o FA (Con las semejanzas y
diferencias ya establecidas), llegase al poder, se establecería una estrategia
del siguiente tipo:
-
Los medios de comunicación poderosos, ligarían
al hipotético oficialismo, con la izquierda y el neo populismo de izquierda
(Maduro, Ortega).
-
Los militantes, partidarios y simpatizantes de
ese gobierno, serían “satanizados” (De toda suerte, hoy, cualquier énfasis en
“la cuestión social”, es considerada comunismo).
-
Si se optase por políticas de nacionalización,
como, para decir lo menos, lo hiciera la socialdemócrata, “Junta Fundadora de
la Segunda República”, entonces, para decirlo en términos de “marxismo
clásico”: la burguesía, se uniría en oposición al gobierno. Esto, podría llevar
a escasez de bienes básicos y problemas en la prestación de servicios
fundamentales.
-
¿Volvería a ver el gobierno de Trump,
Centroamérica, observando la tensión ideológica, para poner una ilustración:
entre los gobiernos de El Salvador y Costa Rica?
-
El gran capital trasladaría sus dineros, a países
defensores de un modelo de desarrollo, economicista.
-
El gobierno, sería calificado de “comunista” y,
por tanto, antidemocrático”.
-
Se reforzaría la estrategia propagandística, que
le aplicó en el 2014, el ML al FA.
-
No faltarían, liberales, socialcristianos,
socialdemócratas y libertarios, que proclamen “a los cuatro vientos”: bloqueos
económicos, desabastecimiento de bienes: “cayendo la economía, cae el
gobierno”.
Por lo pronto, si vemos con todo
lo dicho, la estrategia y táctica que debe seguir el FA, podemos concluir:
1) Estrategia de fuerte
reclutamiento, sobre todo, fuera del Gran Área Metropolitana.
2) Presencia en los medios
comunicación, sin despreciar los de tipo tradicional.
3) Decidir ideológicamente, si
será ligado a gobiernos de izquierda en la esfera internacional o abrazar la
tesis de: “la libre determinación de los pueblos y la soberanía”.
4) También deberán decidir, si
como lo dicen algunos de sus cuadros: “no se puede confiar del todo en el TSE”,
esto los uniría discursivamente al oficialismo (¿Se cumpliría el postulado de
la unión de los extremos, del que hablan muchas teorías de las ciencias
sociales?).
5) ¿En qué consistirá la claridad
ideológica del FA: marxismo cultural con socialdemocracia?; ¿Marxismo clásico
con marxismo cultural?
6) Muy posiblemente la campaña
del FA, será austera: su estrategia de mercadeo deberá decidir sus equilibrios,
entre una campaña tradicional y una digital.
7) Debe tenerse claro un
cronograma de giras en zonas fuera del Gran Área Metropolitana.
8) El FA, debería llevar a la
realidad, la teoría de la acción ciudadana.
9) Más a largo plazo, este
partido, debe instalar, verdaderas instancias de formación política.
Por otro lado, pese a que muchos
militantes, esperan de un potencial gobierno del FA, un ejercicio del poder del
tipo:
-
Hugo Rafael Chaves Frías.
-
Rafael Correa.
-
Lula da Silva.
-
Evo Morales.
Es poco
posible que esto se concrete; de igual manera, viendo a los presidentes
mencionados: ¿Cuántos cambiaron los modos de producción en sus respectivos
países?; del mismo modo, valga ver el ejemplo de Colombia, donde Gustavo Petro,
está pidiendo la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente (La Carta
Magna vigente es de 1991).
Pasando esta
página, es interesante que, el criterio generalizado es: “el marxismo es ateo”:
pero tal cosa no es real, basta observar, por ejemplo, los vínculos entre
marxismo y teología de la liberación: en el caso costarricense:
-
La iglesia institucional, recibió con prudencia
este modelo teológico.
-
Pero pastorales obreras, rurales y
universitarias, se alimentaron de ella.
-
Para algunos autores, estructuras como el Centro
Dominico de Investigaciones (CEDI), ha generado investigaciones, dentro de la
Teología de la Liberación.
-
Para otros, hubo sectores cercanos a la
Democracia Cristiana, que se sustentaban en ese modelo. Incluso,
costarricenses, formados en él, fueron parte de experiencias como la
nicaragüense.
-
La visita de Juan Pablo II a Centroamérica,
implicó un señalamiento a ciertos movimientos eclesiales, en el sentido de que,
la Opción Preferencial por los Pobres, no podía ser mediada por el marxismo.
Hay evidencia de documentos de la iglesia, que reflejan esa tensión en el país,
aunque no, con el mismo grado de territorios como El Salvador o Nicaragua.
-
La institución de la iglesia, al estar entregada
a una “pastoral de clases medias”, optó por lo general, a “una
espiritualización de la pobreza”.
-
En la esfera universitaria, la teología de la
liberación, incidió en la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión, de la
Universidad Nacional (UNA) y en el Seminario Bíblico Latinoamericano (SBL, hoy
universidad).
-
En Costa Rica, por ejemplo, el teólogo chileno –
costarricense, Pablo Richard, desarrolló muchísima de su obra. De igual modo,
en el país, tiene su sede el Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI).
-
No se puede perder de vista que, el FA, tuvo dos
diputados, ex sacerdotes.
Ahora bien, en 2014, hubo gente
que, en las encuestas, decía adherir al FA, pero al final, cuando decían esto,
se limitaban a dar el voto para las elecciones legislativas. En suma: mucha
gente, estaba de acuerdo con el mensaje de este partido, contra el PLN y la
corrupción; el tema es que, para el 2022, los que sostuvieron ese mensaje (El
Chavismo), sí obtuvieron el poder.
Y con esto, para el 2026, podrían
comenzar a verse escenarios distintos: si partimos de un balance de la
administración Chaves Robles (2022 – 2026), tenemos los siguientes hallazgos:
-
Ataques a la institucionalidad.
-
Tendencias autoritarias crecientes.
-
Discurso polarizante.
-
Favoritismo a partidarios en la gestión
gubernamental.
-
Uso de estructuras paralelas para promoverse.
-
Falta de claridad en su agenda.
-
Debilidad en el enfrentamiento de conflictos
internos.
-
Fuerte política hacendaria.
-
Fracaso en “la ruta del arroz”.
-
Deficiencias en educación.
-
Buen papel en política internacional, en los
casos de Guatemala y Venezuela.
-
Desacoples entre promesas y resultados.
Pese a las sombras del gobierno,
conteste a la encuesta del CIEP, del mes de septiembre, un 12 % de la población
general, votaría por la candidata oficialista; un 5 %, lo haría por Ariel
Robles, candidato del FA.
En materia legislativa, esta
misma encuesta, expone que, la intención de voto para el FA, es de un siete por
ciento; para algunos autores, este porcentaje, le podría llevar a elegir a
cuatro legisladores (Otros, hablan de 6 o 7 diputados). Bajo esa lógica, habrá
que observar, la calidad de esos potenciales legisladores. Por lo pronto, para
agosto de este año, se publica una nota en la que, se dice que, los ex
candidatos presidenciales, José María Villalta y Edgardo Araya, serían
diputados en el 2026.
El primero, ocupará la
candidatura 1, por la provincia de San José; Araya, lo hará por el primer
lugar, en la provincia de Alajuela. De acuerdo a los datos preliminares, Villalta,
habría obtenido un 84 %, Araya, habría obtenido un 64 % de los votos de la
consulta interna del FA.
Es interesante que, con estos dos
ejemplos, la izquierda explícita o implícitamente, estaría turnando a
candidatos presidenciales con candidaturas legislativas, con lo que se
fortalecería, el desarrollo de estas figuras. En esta línea, también habría que
esperar, cuál va a ser el futuro de Robles. Esto, haría retornar a una práctica
que, en el PVP, se tenía con Manuel Mora Valverde.
Esto es importante, porque
políticamente, los liderazgos políticos no se improvisan. El problema es, que,
en Costa Rica, estamos retornando a la dinámica que vivíamos en la época
liberal: altamente personalista; por si fuera poco, con rechazo a todo lo que
parezca tradicional. Para la presente campaña, repiten en la candidatura
presidencial:
-
Fabricio Alvarado (PNR).
-
Natalia Díaz (Unidos – Podemos).
-
Eliecer Feinzaig (PLP).
-
Claudio Alpízar. (Esperanza Nacional) (Esto,
basado en los que puntúan en la encuesta del CIEP, de septiembre del 2025).
Por su parte, el Partido de los
Trabajadores (PT), eligió a David Hernández Brenes, profesor de secundaria y
sindicalista, como candidato presidencial. Lo acompañan, Obeth Morales
Barquero, dirigente agrícola y abogado; y Jeimy Valverde, activista sindical de
Puntarenas, como vicepresidentes. Las listas de aspirantes a diputados,
incluyen dirigentes sindicales y militantes socialistas de varias provincias.
Pues bien, como lo dicen diversos
especialistas, desde el 2004 hasta ahora, el FA, es claramente un partido, en
el que confluyen diversas corrientes. Eso sí, hay diversidad de criterios sobre
la influencia o poder del comunismo en él.
Por otro lado, si bien hay un
sector cansado con las políticas economicistas, en 2022, gana Rodrigo Chaves
Robles, un claro populista de derecha: ¿No hay en esto una contradicción?: para
responder esta pregunta, debemos repasar algunas de las razones del triunfo
Rodrigo Chaves Robles:
-
Una esperanza por la mejoría económica, después
de la pandemia.
-
Simpatía de cierto sector masculino, que ve en
él: “a un hombre fuerte”.
-
Su adversario, llevaba una fuerte imagen de
corrupción y “tradición”: José María Figueres Olsen.
-
Si bien, Chaves fue traído por el PAC, en
política, era un desconocido. Entonces, más que sus posiciones en política
económica, lo que importó más es su imagen de “hombre fuerte”.
Con esta diversidad de razones,
no es extraño que, para la segunda ronda del 2022, Chaves, atrajo, a más de un
tercio de los que habían votado por el FA; cerramos este amplio análisis,
mencionando elementos de la acción política, del FA, este año:
-
En algún momento, se mencionó que la diputada
Sofía Guillén, podía ser precandidata presidencial.
-
De cara a las elecciones del 2026, algunos
comentaristas simpatizantes del FA, expresan que, en ese partido, hay
conciencia de la imperiosa necesidad de defender la democracia liberal.
Incluso, esto, por medio de alianzas partidarias.
-
Por su actuar político, el FA, se ha consolidado
como verdadera oposición al gobierno.
-
Una evidencia de ello, ha sido su coherencia en
la oposición, por ejemplo, en el proyecto conocido como: “las jornadas 4 x 3”.
-
Los liderazgos como los de José María Villalta,
abren la posibilidad de que, el FA, aumente su fracción legislativa en el 2026.