Del PVP al FA: ¿Del camino del socialismo científico a la senda de lo Woke? II parte y final.

 

Del PVP al FA: ¿Del camino del socialismo científico a la senda de lo Woke? II parte y final.

Ocean Castillo Loría

IV

Una interpretación del FA, desde el pensamiento de algunos dirigentes de izquierda: Rodolfo Cerdas Cruz, Gerardo Contreras Álvarez, Vladimir de la Cruz de Lemos, Rodrigo Gutiérrez Sáenz, Álvaro Montero Mejía y Humberto Vargas, Carbonell.

 

Ante la realidad política presente, el FA, debería abanderar la democracia como un valor en sí mismo, ella como motor, de cualquier proyecto transformador (Económico – cultural); esto lo tenía claro, José Merino, al igual que otros dirigentes de la izquierda, como el Dr. Álvaro Montero Mejía.

 

Cuando se lee al Dr. Montero, es claro, que él no cierra los ojos a la palestra cultural, pero insiste en una síntesis ideológica, con base en el tema socio económico. Cuando se ve la crítica de Montero al economicismo, se observa:

 

-          La precarización laboral.

-          La pérdida de soberanía nacional.

-          La erosión del Estado Social.

 

En esos términos, podemos decir que, mientras el periódico “La Nación”, de manera hipócrita, muestra preocupación por “el descuido de los sectores populares, por parte del FA”; Montero, verdaderamente, habla de los sectores populares, golpeados por el modelo monetarista.

 

De lo dicho hasta aquí, podemos decir:

 

-          En lo que refiere al PVP, Cerdas y Montero, fueron críticos, de la obediencia de ese partido a la URSS.

 

-          Contreras y Montero, presentan en sus trabajos intelectuales, el ámbito de acción de la izquierda, especialmente, en términos de sus bases sociales de voto y, los movimientos sociales.

 

 

-          Merino del Río y Montero, coincidían en que, la izquierda debe ser democrática (Montero Mejía, inclusive, ha propuesto una síntesis ideológica para lograrlo); ambos, insisten en que el “socialismo costarricense”, no puede perder de vista, el eje económico, en pro de la lucha contra la desigualdad.

 

Así, intelectuales como Montero Mejía, no desprecian el que la izquierda, haya abrazado agendas culturales, pero esto, no puede ocultar o menospreciar la agenda social, y menos, no tener propuestas, para regiones periféricas.

 

Asimismo, tanto Cerdas como Montero, criticaron la obediencia ciega del PVP a la URSS. En el caso de la izquierda actual, el segundo, insistiría en que, no se puede depender exclusivamente, de corrientes internacionales: el pensamiento ideológico, debe traducirse al espacio y tiempo histórico costarricense.

 

Desde esa lógica, partidos como el FA, deberían evitar prácticas y pensamientos elitistas, de tipo cultural. Recordando de nuevo a Cerdas Cruz, el FA, debería preocuparse por tratar de encarnar, “una izquierda a la tica”, democrática, con base en la cultura política costarricense.

 

Regresando de nuevo, las investigaciones de Gerardo Contreras Álvarez, el FA, debería consolidar su presencia organizativa, fuera del Gran Área Metropolitana, respondiendo a las desigualdades territoriales del país.

 

En el caso de las investigaciones de De la Cruz de Lemos, los ideólogos del FA, deberían buscar, profundizar la institucionalización partidaria, esto, fortaleciendo la credibilidad dentro de sus bases. Lo antes dicho, nos debe hacer recordar que José Merino del Río, fundó el FA, con la idea de ser democrático, y capaz de articular agendas económicas y culturales.

 

Ante experiencias como las del PVP y otras estructuras partidarias, Merino, tuvo claro que, la izquierda, debía actualizar su lenguaje, así como sus alianzas para enfrentar el neoliberalismo. Es decir, el ideal, sería, mantener la diversidad de agendas como fortaleza, pero equilibrando éstas, con el socialismo científico.

 

Pasando esta página:

 

-          En efecto, el periódico “La Nación”, deja claro que el FA, presenta un déficit territorial que debe superar.

 

-          Tal parece, que, en el FA, se puede presentar una tensión entre las agendas globales progresistas y la autonomía ideológica.

 

-          De igual manera, dentro de esa tensión, se presenta el peligro de la dilución de las luchas económicas, a costa de “las luchas culturales”.

 

-          Si se toman las lecciones de Cerdas Cruz y Montero Mejía, el FA, debería poner su centro, en la democracia política y social; indudablemente, Merino del Río, trató de “operativizarla”, en el plano electoral.

 

 

Por otro lado, no puede dejar de hablarse de la tensión, que creemos aún existe entre el PVP y el FA: en el primero, se ha destacado como dirigente, el Lic. Humberto Vargas Carbonell: él, ha mantenido, posiciones “marxistas ortodoxas”.

Desde esa visión, quizás, algunas de las temáticas del marxismo cultural, sean consideradas blanduras, moderaciones o vacilaciones. Esto, unido a lo que dice Rieff, resultaría que, “en el fondo, el FA, estaría jugando a favor del capitalismo”.

 

Por su parte, ya, un ex candidato como Rodrigo Gutiérrez Sáenz (Ex candidato presidencial, por “Pueblo Unido”, en 1978 y 1982; y por “Alianza Popular”, en 1986), hablaba de la imperiosa necesidad de no olvidar la desigualdad y la injusticia nacional en Costa Rica. Esto, sobre todo, en las zonas rurales y las costas.

 

Entonces, de la senda entre el PVP y el FA, se pueden extraer varias tesis:

 

1) Una izquierda, que se queda en el marxismo cultural, corre el riesgo de perder legitimidad territorial: en el caso costarricense, en las zonas pobres, costeras y rurales.

 

2) Se requiere de la comprensión sociológica de los símbolos, pero esto, no debe y no puede, hacer olvidar la praxis (Que en el marxismo es lo primero); es decir, si vamos por la vía de la “alianza de clases” (“Manuel Morismo”), se deben buscar: políticas públicas redistributivas, mejora de infraestructura y servicios, así como presencia institucional (Estatal), donde más se necesita.

 

3) No basta con permanecer en el tiempo (Lo que se conoce como Institucionalización, desde las Ciencias Políticas); no basta con obtener éxitos electorales (Que, en el caso de la izquierda, implica aumentar sus fracciones legislativas).

 

4) El tema de la coherencia ideológica es central: es estar conectado a las bases sociales.

 

5) La izquierda, debe definir con claridad sus referentes ideológicos, sin repetir discursos importados.

 

De ahí, el FA, podría establecer una estrategia que implica (Usando el sentido común, que es el menos común de los sentidos):

 

-          El fortalecimiento de la base territorial del Gran Área Metropolitana.

-          Articular el discurso del socialismo científico con el marxismo cultural.

-          Mantener la autonomía ideológica y clarificar la identidad.

-          Coherencia interna e institucional.

-          ¿Permitir estrategias de coalición?

-          No perder la capacidad de la innovación política.

 

 

V

Un segundo abordaje comparativo entre el PVP y el FA, incluida una interpretación desde autores posmarxistas.

 

Desde las teorías de los partidos políticos, el Frente Amplio, tiene el desafío del que hemos hablado al citar el ejemplo del PSOE: equilibrar una política económica y una economía política, con una agenda de tipo cultural.

 

Desde la comunicación política, los adversarios del FA, encarnados, por ejemplo, en el periódico “La Nación”, tratan de encuadrar esa agrupación, con una etiqueta (El “wokismo”), para influir en el electorado. La idea es golpear la aceptación de ese partido, sobre todo, entre las clases medias y un empresariado, que podría ser calificado de “nacionalista”.

 

Así, el desafío o uno de los desafíos estratégicos del FA, tiene dos sentidos:

 

-          Reconectar el discurso del marxismo cultural, con memorias y prácticas sociales históricas (Es decir, con el acervo del PVP).

 

-          Debe evitar ser etiquetado de “woke”, lo que lo marginaría, como proponente: “del socialismo costarricense”.

 

 

Y de nuevo: ese socialismo costarricense, como un abanderado de proyectos redistributivos, como un actor central en la denuncia del neoliberalismo, un socialismo costarricense, capaz de incidir en el sistema político.

 

Para dejar muestra de evidencia empírica en este sentido, presentamos las fracciones legislativas de la izquierda marxista desde 1932:

 

-          1932: 2 escaños.

-          1934: 2 escaños.

-          1936: 2 escaños.

-          1938: 2 escaños.

-          1940: 3 electos (4 propietarios).

-          1942: 1 electo.

-          1944: 4 electos.

-          1946: 2 electos.

-          1970: 2 curules.

-          1974: 2 curules.

-          1978: 4 curules.

-          1982: 4 diputaciones.

-          1986: 2 diputaciones.

-          1990: 1 escaño.

-          1994: 2 escaños.

-          1998: 3 escaños.

-          2002: 0 electos.

-          2006: 1 electo.

-          2010: 1 electo.

-          2014: 9 electos.

-          2018: 1 electo.

-          2022: 6 electos.

 

En suma: el hablar del FA o de la izquierda marxista, solo como “woke”, implica el cercarla, lo que impediría discutir lo esencial: la desigualdad económica, el poder de las élites y la necesidad de democratizar el modelo económico.

 

Por lo pronto, el PVP, presenta un claro declive institucional; pese a ello, mantiene cierta actividad en redes sociales. Para el presente análisis, hemos hecho una rápida revisión de las publicaciones en su página de Facebook del 1 al 22 de septiembre:

 

-          Pronunciamiento, sobre la Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái.

-          Pronunciamiento, sobre el 50 aniversario del triunfo de Vietnam, sobre los Estados Unidos.

-          Mensaje del PVP, sobre las amenazas de Estados Unidos, contra Venezuela.

-          Publicación sobre la toma de la dirección del partido, por parte del nuevo Comité Central.

-          Recordatorio de la Juventud Vanguardista, sobre el golpe de Estado en Chile, del 11 de septiembre de 1973.

 

-          Publicación, en el aniversario de la muerte del defensor de los derechos humanos, Steve Biko.

 

-          Publicación sobre el genocidio de Israel en Gaza.

 

-          Pronunciamiento, sobre lo que denominan el saqueo neoliberal y el desplazamiento de los costarricenses.

 

-          Comunicado, sobre la crisis Estados Unidos – Venezuela.

 

-          Pronunciamiento, sobre el bloqueo de Estados Unidos a Cuba.

 

-          Pronunciamiento, sobre la precarización laboral en Costa Rica.

 

-          Pronunciamiento de apoyo a la posición del Movimiento de Países no Alineados, sobre la crisis Estados Unidos – Venezuela.

 

-          Artículo breve de Humberto Vargas Carbonell, sobre esta crisis.

 

Ahora bien, el declive institucional antes mencionado, tiene que ver con las siguientes razones:

 

-          La crisis estructural, fruto de “la caída del Muro de Berlín”.

-          Su presencia mínima: ya para 1994, obtuvo legislativamente, un poco más de 20 000 votos. En 1998, su resultado fue de un poco más de 15 000 sufragios.

 

-          La fragmentación del sindicalismo.

 

-          Por lo visto, el PVP, tiene poca capacidad de mediación y poquísima capacidad de movilización partidaria.

 

-          Ha pasado a ser un actor marginal y testimonial.

 

 

En síntesis: el PVP, ha sido eclipsado por el FA. Por ello, el primero, trata de mantener su memoria histórica, así, mientras el segundo, trata de mantener equilibrios entre el marxismo clásico y el cultural, el PVP, mantiene un discurso clásico del socialismo científico (Lucha de clases, combate al capitalismo).

 

Por su parte, se han dado momentos, en los que se ha presentado una tensión por la herencia política comunista entre el FA y el PVP (Solo como ejemplo: en la revisión de redes sociales, realizada para este trabajo, encontramos una publicación del 27 de agosto de 2023, en la que, la Juventud del Frente Amplio, celebraba la vida y obra, de Manuel Mora Valverde).

En otro orden de cosas, cuando se leen autores como David Harvey, éste dice que el modelo monetarista, va más allá de lo económico: este modelo, reconfigura el poder global. En esta línea, tanto el PVP, como el FA, denuncian:

 

-          La precarización laboral.

-          La privatización de bienes públicos.

-          La mercantilización de la vida.

 

En el caso de Nancy Fraser, en efecto, el FA, estaría enfrentando, la tensión de los equilibrios, entre marxismo clásico y marxismo cultural. Por su parte, por ejemplo, en el caso del PAC, los sectores de izquierda, abrazaron la “agenda cultural, dejando a los monetaristas “la agenda económica” (“social liberalismo” o como lo denomina Fraser: “izquierda progresista neoliberal”).

 

Pues bien, si leemos a Erik Olin Wright, en un momento determinado, tanto el PVP como el FA, construyeron espacios alternativos de poder popular.  Ambos, apostaron por la institucionalidad democrática y la ampliación de derechos dentro del sistema, dejando de lado: “el concepto clásico de revolución marxista – leninista” (El PVP por medio del “Caldero comunismo” y el FA, por alianzas, por ejemplo, contra el “Combo del ICE”, el DR - CAFTA o la “reforma fiscal de Carlos Alvarado”).

 

En el caso de Slavoj Žižek, podríamos decir que, el PVP, está de acuerdo, con criticar el posmarxismo y el énfasis excesivo en la política identitaria, pues en el fondo, funge como “cortina de humo”, respecto a la división: capital / trabajo. Desde esta perspectiva, el FA, estaría atrapado en las contradicciones propias del “marxismo cultural”, lo que le lleva a una debilidad organizacional, “en términos de clase”. Para Žižek, sin proyecto económico radical, se puede convertir en un “ala moral del capitalismo” (He aquí un punto de encuentro con Rieff).

 

Otros dos autores, que vale la pena citar son: Michael Löwy y Boaventura de Sousa Santos, ellos, permiten el entendimiento de la izquierda marxista como defensora de la ecología (Tendencia que se acentuó después de “la caída del Muro de Berlín”. Evidencia de ello, son las obras del teólogo de la liberación, Leonardo Boff).

 

En el caso del FA, hay evidencia, en el sentido de la defensa de la ecología, en oposición a proyectos extractivistas, y, si desde el marxismo, es claro que el capitalismo es defensor “de la extracción indiscriminada”, entonces, esta parte de la agenda del FA, lo respalda como marxista. Pero además (De Sousa Santos), lo liga a redes internacionales de izquierda, marcadas por el “marxismo cultural”.

 

 

VI

El Partido Vanguardia Popular y el Frente Amplio: tensiones en torno a la herencia comunista costarricense.

 

Si se observa el accionar legislativo del FA, no se puede negar, que hay por importantes momentos, un peso de “una visión económica de izquierda”: bastan dos ejemplos para probarlo: “la lucha contra el Combo del ICE” y la “firme oposición al DR – CAFTA”.

 

Valga decir que, este tipo de acciones, generaron los resultados electorales de gran éxito, en el ámbito legislativo, en el 2014. De ahí que, algunos investigadores en ciencias políticas, lanzaran la pregunta de si: ¿El FA es un partido – movimiento?: conteste a investigaciones propias del Centro de Investigaciones y Estudios Políticos (CIEP), de la Universidad de Costa Rica (UCR), responde a esta interrogante, afirmativamente.

 

En el caso del PVP, tal parecería que, este partido, se habría quedado atrás, frente a la diversificación de las demandas e intereses sociales, en esta lógica, cabe la afirmación: “si se asume el marxismo como una receta política (Que parece es el caso del PVP), la resultante es, la aparición de problemas, para responder de manera coherente, a una sociedad compleja y plural.

 

Por esa complejidad y pluralidad, es que se dan dinámicas: horizontales, deliberativas, “institucionalmente flexibles”, quizás frente a esta realidad, el clásico “centralismo democrático”, queda rezagado.

 

En otro orden de cosas, en efecto, durante la década de los 90, se dieron gran cantidad de protestas contra el economicismo, pero por movimientos “de la fortuna”, para decirlo en términos maquiavélicos, paralelamente, en esos momentos históricos, se caía la estructura “del socialismo real”, lo que ya hemos dicho, afectó directamente al PVP.

 

Por otro lado, tanto en los casos del PVP y el FA, sus estructuras con las semejanzas y diferencias del caso, lograron mantener independencia, por ejemplo, con los sindicatos (Caso contrario, a la fundación del Partido Laborista Inglés).

 

Incluso, en el caso del PVP, podríamos decir, que nunca o casi nunca, hubo desconfianza entre sus dirigentes y sus facciones sindicales. En el caso de este partido, sus candidaturas, venían por lo general, de los cuadros propios de la agrupación, en tanto, el FA, ha presentado un poco más de apertura a la sociedad civil organizada.

En este segundo caso, no se pueden olvidar, el marco de una serie de movilizaciones contra el modelo de desarrollo economicista, diríamos desde las oposiciones al “Combo del ICE” y el DR – CAFTA. Pero, sin perder de vista las acciones de:

 

-          La población LGTBIQ +.

-          Los pequeños productores agrícolas.

-          Los sectores indígenas.

 

Entonces, también podríamos decir que, desde la década de los 70, la izquierda marxista, se plantea frente a las organizaciones que terminarían desembocando en el bipartidismo: el PLN y los grupos liberales y socialcristianos, que pasarían por:

 

-          La Coalición Unidad.

-          La Coalición Unidad Social Cristiana.

-          El Partido Unidad Social Cristiana.

 

A la larga, sectores de esa izquierda, se moverían en ciertos cuadros, hacia el PAC; otros, fortalecerían el FA. En el caso del fundador de este partido, su biografía, nos permite ver en mucho, la evolución de la izquierda costarricense.

 

Merino fue:

 

-          “Militante clásico del PVP”.

-          Partidario de la apertura y el pluralismo de tipo: “Manuel Morista”, siendo parte de “Fuerza Democrática”.

 

-          Fundador del FA.

 

 

Aquí no puede olvidarse que Fuerza Democrática: fue un ensayo de la izquierda, para adaptarse al nuevo orden mundial, esto, tras la caída del bloque de la URSS. En esa línea, buscó el pluralismo, al aceptar ex comunistas, disidentes socialdemócratas, así como intelectuales y líderes de movimientos sociales.

 

Merino, llega por primera vez a una curul por ese partido, en el periodo 1998 – 2002. Allí, se observará, la ampliación de la agenda de la izquierda:

 

-          Defensa de la ecología.

-          Defensa de la democracia.

-          Protección de los derechos humanos.

-          Crítica al neoliberalismo.

 

Es en Fuerza Democrática, donde Merino se constituirá como líder. Es en ese espacio, donde logra su autonomía política. Eso sí, por ello, en algún momento, este partido, será marcado por el personalismo.

 

Fuerza Democrática, se desintegra a los inicios del nuevo milenio. Como consecuencia de ello, Merino, funda con otros activistas de izquierda, el Foro de Acción Política: “Otra Costa Rica es Posible, Otro Mundo es posible”, éste, evolucionará al “Movimiento Alternativa de Izquierdas” (MAIZ), de ahí vendrá el Frente Amplio (FA).

 

El FA, participará por primera vez en las elecciones, en las justas del 2006, esto, en la esfera provincial. De este modo, llegará Merino, a su segunda diputación (2006 – 2010). En ese periodo, el partido se consolidará, por ejemplo, por su oposición al DR – CAFTA.

 

Para las elecciones del 2010, pasa a ser partido a escala nacional. En ese proceso, quien llega a una curul, es José María Villalta; cuatro años después, el FA, tendrá su mejor participación electoral, pues, en la primera ronda de la elección presidencial, tendrá una votación de 17. 25 %; en el ámbito legislativo, tendrá 9 escaños.

 

Estos diputados, cumplirían con el perfil “implícito”, que pide ese partido: liderazgo en organizaciones sociales, experiencia política previa, carisma personal. Es interesante que, cuando se le consultó a la hoy ex diputada y ex ministra, Patricia Mora, la razón de la creación del FA, ella expresó que, la idea es liberar a los oprimidos, es decir, que el FA, es un instrumento de emancipación.

 

En esa lógica, uno de los objetivos, es la relación con sindicatos, pero como puede verse, en el contexto discursivo, de sus diferencias con el PVP. Desde los primeros documentos del “Foro de Acción Política”, era claro que sus componentes, buscaban, unir la experiencia de la izquierda tradicional, con las nuevas interpretaciones de ella, después de la “Caída del Muro de Berlín”.

En este sentido, se buscaba superar la categoría clásica marxista, del “centralismo democrático”. Es decir, las organizaciones sociales afines al FA, no son, estrictas correas de trasmisión de las tesis de ese partido, es decir, “el partido, no impondría agendas”.

 

En el II Congreso Ideológico: “José Merino del Río” (2015), se propone, que, en materia sindical, debe trabajarse más, con criterio geográfico. En este Congreso, se trató el tema de la relación del partido, con la sociedad civil organizada: pero de nuevo: no se estableció documentalmente, una estrategia uniforme (Una vez más: esto, se opone al concepto de: “centralismo democrático”).

 

¿Cuál es la desventaja de esta estrategia?: no hay una política clara, de vinculación con las organizaciones sociales. Esto sería clave: debe buscarse “una zona intermedia”, entre: las diversas actividades de los movimientos sociales y, la acción electoral propia de cualquier partido político.

 

  Así las cosas, tal parece, que, para muchas organizaciones sociales, el FA, es interpretado como un partido “marxista leninista tradicional”, pero, con “una base social desorganizada”. Pese a ello, para muchos dirigentes del partido, “las cosas están bien”.

 

En este sentido, de nuevo, el tema ideológico es fundamental. Quizás, con la acción de ideólogos dentro del FA, se buscarían caminos de mejor articulación entre el partido y la sociedad civil organizada.

 

Asimismo, en esta línea, se vuelve a un concepto que, en el sistema de partidos costarricense, se planteaba desde principios del siglo XX: la vinculación entre permanencia e ideología en los partidos políticos.

 

Para ello, el FA, debería ejercer influencia y recibir retroalimentación, de las organizaciones sociales, por medio de análisis de coyuntura política, realizado de manera conjunta; generar la formación de cuadros (En el caso específico del momento actual del FA, conteste al marco del marxismo cultural, pero sin olvidar las tesis “Manuel Moristas”).

 

Además, deben fortalecerse las estructuras locales (Distritales, cantonales y provinciales); esto, en relación a los movimientos sociales, tiene cierta complejidad: por experiencia política, sabemos que, muchos de esos movimientos, “tienen auge coyuntural”, es decir, luego de la etapa de la lucha social, muchos se disuelven o bajan sobremanera su acción. De ahí, que, solo como ilustración, en algún momento, luego de la lucha contra “el Combo del ICE”, se proponía mantener vigentes los comités patrióticos, esto no fue posible. Lo mismo se planteaba en redes sociales a finales del 2022, de nuevo, tal objetivo, no se logró.

Por otro lado, algunos analistas, recomendaban tener un programa nacional de comunicación. Sabemos que, por ejemplo, el PVP, tuvo en su momento, un programa de televisión, en una estación alternativa (Donde prácticamente el director, era un dirigente del sindicato del INS). En el caso del FA, tuvieron un programa de radio, en Amplitud Modulada.

 

En otro orden de cosas, todo parecía indicar que, en 2014, el FA, podría construir un plan nacional de lucha, pero al aumentar su cuota de poder en la Asamblea Legislativa, se dio la fragmentación interna. La hipótesis, es que se dieron roces, entre diversas corrientes dentro del partido (Marxistas clásicos, marxistas culturales etc.); además, la falta de una estructura territorial fuerte, más allá del Gran Área Metropolitana, se hizo sentir.

 

En el periodo 2014 – 2018, se impulsaron temas claves:

 

-          Defensa del medio ambiente (Combate a la minería a cielo abierto).

-          Defensa de los derechos humanos y el feminismo.

-          Combate a las privatizaciones; y recortes presupuestarios.

 

Pero por otro lado, la bancada perdió cohesión, solo como ejemplo, está el caso del ex legislador, Ronal Vargas, quien tuvo que abandonar la Asamblea en 2015, tras enfrentar una queja de acoso sexual, aunque en principio, dijo, que estaba padeciendo problemas de salud.

 

Luego, Carlos Hernández, quien terminaría siendo independiente, fue detenido por la Fuerza Pública en Puntarenas, específicamente, por un presunto caso de violencia doméstica, la mañana del 19 de marzo de 2015.

 

Valga decir que, entre los diputados, que llegaron a sustituir a los elegidos, la que duró más en su escaño, fue la Frenteamplista, Suray Carrillo. Ese mismo año, comentaristas afines al FA, hablaban de las bondades del acuerdo político – partidista; y social – sindical, entre el PAC, el FA, y el colectivo sindical: “Patria Justa”.

 

Pues bien, con lo hechos antes descritos como “telón de fondo”, podemos hablar del periodo 2018 – 2022. En ese lapso, como fruto de los resultados de las elecciones del 2018, el FA, bajó de 9 diputaciones a 1; José María Villalta, asumió como vocero único, su visibilidad fue alta, pero su fuerza política, era evidentemente insuficiente, para impulsar un plan nacional de lucha política.

 

Así, la estrategia de Villalta, fue la de mantener el FA, en la palestra política, conservando banderas de luchas ambientales y defensa de los derechos humanos, pero, sin ofrecer una estrategia integral de país. Entre tanto, los movimientos y las organizaciones sociales, parecen haber operado, sin coordinación con el FA.

 

Ahora bien, en una de las más recientes encuestas del CIEP (abril 2025), entre los que dicen simpatizar con un partido político, el 1 %, dicen hacerlo por el FA. Entre tanto, en lo que refiere a la intención de voto, de cara a las elecciones de 2026, ese mismo porcentaje, votaría por el candidato presidencial, Ariel Robles.

 

Podría plantearse la hipótesis en el sentido que: el oficialismo, ha escogido como “enemigo electoral” al PLN (No cometiendo el error liberacionista del 2014, de escoger al FA, y hacerlo crecer estadísticamente).   

 

Con este marco, podemos decir que, desde ciertos sectores de la oposición al comunismo (Esto, conteste a un sondeo realizado en redes sociales), el FA, representaría a “progres zurdos con billetera a la derecha”. También, para muchos de ellos, partidos como el FA y el PUSC, han traicionado la herencia del “Calderocomunismo”.

 

Para el 2016, algunos militantes del PVP, inclusive, llegaron a publicar que, los diputados del FA, querían apoyar un proyecto de ley, que presuntamente, daba facilidades a transnacionales y a sectores de la burguesía, para explotar fuentes de agua. Otros, más bien resaltaban, cómo el FA, denunciaba el caldo de cultivo, de las estrategias de la derecha pro oligárquica y pro – imperialista en Venezuela.

 

En febrero de ese año, el Lic. Humberto Vargas Carbonell, criticaba el que el FA, votara por la magistratura de Celso Gamboa. En esa línea, Vargas, decía que, con esos votos, el FA, favorecía los deseos del PLN, de dominar el Poder Judicial.

 

Hacia abril del 2016, mujeres vanguardistas, señalaban que la fracción del FA, no cumplía con el acuerdo realizado por diputados de todas las fracciones, de nombrar a mujeres, como jefes y subjefes de fracción. Pero, el 21 de abril, el FA, nombraba como jefe de bancada, a Edgardo Araya.

 

Al año siguiente, otros decían que el FA, había tenido una posición dubitante de apoyo al régimen venezolano, hasta que, este pueblo apoyó el proceso constituyente. Por otra parte, otros ex dirigentes del PVP, criticaban cierta propaganda del FA, en las elecciones del 2022, donde se reflejan tintes populistas: por ejemplo, que, en una potencial presidencia de José María Villalta, Costa Rica, sería el primer país latinoamericano sin pobreza.

 

Para esos ex dirigentes, se podían resaltar de esta propaganda varias cosas:

 

1) El tema de la pobreza, no se resuelve poniendo a alguien honesto en la presidencia, sino atacando la base material del capitalismo (Marxismo clásico).

 

2) Olvidar ese marxismo, lleva a equivocaciones, que conducen a planteamientos socialdemócratas: para ello, los críticos apuntaban la presunta debilidad de los gobiernos de Tabaré Vázquez y José Mugica en Uruguay.

 

3) En el caso de la administración Alvarado Quesada (2018 – 2022) y las ofertas (Para octubre del 2021), del candidato del PLN, lo importante, era ganarse el apoyo de la burguesía, por ello, en el primer caso, buscaban profundizar la reforma fiscal, sin combatir la evasión. Y en el segundo, prometiendo “re balancear las cargas sociales.”.

 

4) Paralelamente, aunque relacionado a otro tema, se decía que, el FA, apoyaba un sistema de justicia que, generaba presunta impunidad, en ciertos casos judiciales.

 

5) Asimismo, otros dirían, que, para octubre de ese año, ya el FA, apoyaría el proyecto de ley, 22179, que buscaba, reducir el gasto en salarios y pensiones. Esto, evidenciaba, lo utópico del presunto objetivo del FA, de “generar colaboración de clases”, para reformar el sistema capitalista, esto, en ese momento, junto al PAC. Así las cosas “los socialdemócratas de los años 40, eran más avanzados de lo que en 2021, presentaba el FA”. Sin embargo, otros ex dirigentes del PVP, defendían el accionar de los Frenteamplistas, sobre todo, de José María Villalta. Ellos, son lo que, luego, propondrían, la candidatura presidencial del entonces diputado, pero, en la lógica, de la búsqueda de una coalición.

 

6) Desde la SUPEN, Rocío Aguilar, decía que los recursos para ese “re balanceo de las cargas sociales”, antes mencionado, podía salir del 8 % del PIB, que se destina a la educación. Esto implicaba la exclusión de una gran cantidad de estudiantes pobres.

 

7) Con esta lógica, la estrategia de “colaboración de clases”, es irracional: el FA, terminaba colaborando con la burguesía, fuertemente monetarista.

 

8) Un ejemplo de esto fue, cómo el FA, condenó las fuertes movilizaciones de lo que fue el movimiento “Rescate Nacional”, esto, demostraría dos cosas: la primera, en efecto, la desconexión del FA, con las bases sociales. Y segundo, su alianza, con el proyecto neoliberal de la burguesía. Esto, para decirlo en términos gruesos: “es anti leninista”.

 

Incluso, en 2020, algunos académicos, estos, de “corte anarquista”, llamaban la atención, en el sentido de cómo, algunos diputados del PAC, se decían de “izquierda”, pero se derechizaban, lo mismo que el FA, apoyando el gobierno de Alvarado.

 

Ahora bien, parte de ese apoyo, era la presencia de Patricia Mora Castellanos, en el gobierno del PAC, para algunos militantes del PVP, esto era parte de los objetivos del FA: tener cuotas de poder en el Estado Burgués.  

 

Otros comentaristas de la izquierda, al terminar la segunda ronda del 2022, hablaban del FA, como uno de los ganadores del proceso electoral en general (Primera y segunda ronda); eso sí, llamaban la atención, de la necesidad de que ese partido, radicalizase su oposición, esto, sin dejar de ser propositivos. 

 

Pero las críticas durante la campaña del 2022, no solo se dirigieron al FA: por ejemplo, para este análisis, encontramos una publicación, en la red social de Facebook, la cual, criticaba al candidato a quinto lugar, para la diputación en San José, de “Pueblo Unido”: la crítica, expresaba que, ese candidato, tenía un estilo político, como el de los universitarios militantes del FA y del PAC. Según la publicación, ellos generaban pocas luchas y, lo que deseaban, era convertirse en asesores de burócratas. En esa línea, presuntamente, ese candidato, era capaz de apoyar la “dictadura Ortega – Murillo”, en Nicaragua.

 

Por su parte, algunos partidarios del FA, sostenían que ese partido, no mantenía posiciones de “una izquierda anacrónica”, estalinista y trotskista (Con esto se atacaba al Partido de los Trabajadores (PT) y a Pueblo Unido, cuya columna vertebral, era el PVP). Para ellos, el FA, no es marxista – leninista. En esa línea: “habría una izquierda para todos los gustos”, el FA, “no ofendería a otras izquierdas”.

 

Asimismo, el 2023, algunos marxistas críticos de la línea de apoyo al régimen cubano, publicaron que, cuando el Frente Amplio (FA), rechazaba mociones legislativas, lo que estaba haciendo, era apoyar la corrupción, en la que actualmente está convertido ese régimen.

 

Paralelamente, en otro orden de cosas, algunos comentaristas políticos, decían que, los diputados del FA y otras fracciones legislativas, eran insultadas por el oficialismo “Chavista”, pues, para esos comentaristas, debía lanzarse “una cortina de humo”, frente a la realidad económica del país. Entre mayo y junio, se informaba que:

 

-          Un tercio de las familias del país, no tuvo dinero para la comida, en el último mes.

-          En mayo, 139 productos subían de precio.

-          De acuerdo a la “encuesta de la confianza del consumidor”, por primera vez, se reflejaban opiniones negativas, sobre las políticas económicas del gobierno de Chaves.

 

-          Para finales de mayo, la popularidad del Presidente, seguía cayendo.

 

 

A esta altura, ex dirigentes del PVP, reconocían que, solo el FA, tenía una línea de oposición independiente, ante el gobierno. En otro escenario, por ejemplo, en diciembre del 2024, sectores del PVP, criticaron que, diputados del FA, votaran por el ingreso de tropas estadounidenses al país. De hecho, se presentaba la hipótesis en el sentido que, diputados del PVP o Pueblo Unido, no hubieran votado ese permiso.

 

Esta crítica fue aprovechada, para recordar: “la entereza moral” de diputados como:

 

-          Arnoldo Ferreto.

-          Manuel Mora.

-          Humberto Vargas Carbonell.

-          Freddy Méndez.

-          Mario Devandas.

-          Sergio Erick Ardón.

-          Álvaro Montero Mejía.  

-          Rodrigo Ureña.

-          Eduardo Mora.

-          José Merino.

 

Valga decir, que, en ese momento, estos sectores, hacían la excepción de la diputada, Rocío Alfaro, quien votó en contra del permiso respectivo, esto, siendo coherente con: “su militancia de izquierda”.

 

Dos meses antes, el FA, en materia de política tributaria, propuso cambios en la regla fiscal de la reforma de la administración de Carlos Alvarado (2018 - 2022), para tratar de descongelar los salarios del sector público. Pero, esta tesis fue rechazada por el resto de fracciones legislativas. Asimismo, se le rechazó la tesis de aumentar los días de vacaciones de los trabajadores de los sectores privados y públicos.

 

Así las cosas, para dirigentes del PVP, hay recelo cuando considera que el FA, se aleja de los postulados del marxismo clásico, pero también hemos encontrado publicaciones de defensa de diputados como Ariel Robles o Sofía Guillén. En la línea crítica, el FA, sería un partido eminentemente electoral, de nuevo: no hay arraigo en los movimientos y organizaciones populares. 

 

Una vez más, desde la memoria histórica y testimonial, el PVP, abandera un marxismo clásico, mientras el FA, lo hace desde el marxismo cultural y posmoderno. Pese a ello, hay un núcleo común entre PVP y FA:

 

-          Defensa del Estado Social de Derecho.

-          Anti economicismo.

-          Memoria militante: el FA, no deja de reconocerse heredero de etapas históricas del PVP.

 

Si vemos el tema, desde una perspectiva histórico – política, lo que sucede es que estamos en presencia de dos etapas históricas distintas de la izquierda costarricense:

 

-          Una izquierda marxista clásica, centrada en la lucha de clases y en importantes sectores del movimiento obrero.

 

-          Una izquierda cultural y posmarxista.

 

 

Para algunos, hay ruptura, para otros, hay una reinterpretación de la herencia marxista: el FA, conservaría y ya hemos dicho, requiere del legado del PVP, pero la resignificaría en clave contemporánea.

 

Ahora bien, en ese proceso, el FA, tiene luces y sombras en ese camino, está por verse, cuando el marxismo cultural subordina al clásico, y viceversa. Por otro lado, al momento de escribir este análisis, no se sabe si hay un programa interno, sobre movimientos sociales en el partido.

Finalmente, antes de pasar a otro acápite, vale la pena referir al triunfo en la esfera municipal, en 2024, de Diego Miranda, como Alcalde de San José; con ello, un dirigente que había estado en la izquierda, había derrotado un feudo del PLN y del ex edil y candidato presidencial, Johnny Araya Monge (Quien hace muchos años, militara en el MRP).

 

Es interesante, que, ex dirigentes del PVP, hablaran del triunfo “de un partido progresista en San José”; además, resaltaban (Lo que era cierto), el que Miranda, se había enfrentado a las estrategias y tácticas de Araya Monge, dentro de la municipalidad.

 

Por entrevistas de campo, realizadas en aquel momento, sabemos que mucha dirigencia del PVP en la capital, apoyó a Miranda. Asimismo, los ex dirigentes citados, escribían que el FA, estaba obligado a apoyarlo. De ahí (Decían), podía nacer alguna esperanza para la elección presidencial del 2026. 

 

 

VII

¿Se puede dialogar entre socialistas y socialdemócratas?

 

Primero, para que exista ese diálogo, los socialdemócratas, deberían volver a su senda original o en su defecto, el que aparezcan opciones partidistas, que retomen el camino del reformismo socialdemócrata.

 

En esta lógica, no puede olvidarse que los representantes de la socialdemocracia (De Figueres Ferrer a Oduber Quirós), no “lanzaron por la borda”, la herencia del “Caldero – comunismo”. Bajo este contexto, los socialdemócratas y los socialistas, podrían generar diálogos, sobre la recuperación de la legitimidad de la democracia social, esto frente a la crisis del economicismo.

 

Por su parte, en efecto, José Merino, defendía el tema de las políticas redistributivas, eso sí, articuladas a derechos globales. Aquí, la cosa se complica: será o podrá ser: ¿El FA, un partido socialdemócrata renovado?; ¿Lo será el PLN? (No lo creemos, basta observar su giro sobre el proyecto de ley de “las jornadas 4 x 3”. De hecho, para comentaristas políticos del FA, esto demuestra que el PLN – monetarista, es su adversario).

 

En este marco, más bien apostamos (Permítasenos esta subjetividad en el análisis), por la aparición y consolidación, de verdaderas opciones reformistas de centro – izquierda. Si tratamos de tender puentes, estos tendrían que ver con:

 

-          Una política económica, que tenga que ver con la articulación de mercado interno con mercado externo, además de, protección del medio ambiente.

 

-          Una política internacional, basada en la globalización de la solidaridad.

 

 

Con base en lo anterior, estaríamos hablando de una superación del modelo neoliberal. Entonces: una izquierda reformista (Socialdemócrata o “Manuel Morista”), debería priorizar una agenda que, revierta la concentración de la riqueza, fortaleciendo los derechos sociales universales.

 

Nos atrevemos a decir: lo primero, deben ser las estrategias de redistribución y justicia económica; luego, integrar las luchas culturales legítimas (Tenemos claro que, el tema de esa legitimidad, es todo un debate).

 

Asimismo, desde la perspectiva educativa, se debe actualizar la memoria del Estado Social, pero, además, destacar sus amenazas desde las derechas, los populismos y los neo populismos (Esto, nos recuerda de nuevo: a Rodolfo Cerdas, Vladimir de la Cruz y el economista: Luis Paulino Vargas Solís).

 

Seamos claros: sin justicia económica, lo cultural, se vuelve superficial y como dice Rieff: “el marxismo cultural, se vuelve funcional al monetarismo dizque progresista”. Además, se debe enfrentar los liderazgos populistas o neo populistas, de corte carismático (M. Weber).

 

En el caso de la socialdemocracia clásica, no se puede olvidar la tesis del “espacio y tiempo histórico”, esto permitiría, la construcción de un pacto redistributivo, idealmente, en clave latinoamericana.

 

Si el FA, es capaz de articular la base obrera y sindical con “un progresismo ambiental y cultural”, puede ampliar la agenda de diálogo con los socialdemócratas clásicos, los que, a su vez, deben buscar la legitimidad popular.

 

Como puede verse, el caso costarricense, no es ajeno a los eventos que suceden en la esfera internacional:

 

-          El enfrentamiento populismo versus “progresismo”: el primero, dice “que la izquierda, se desconecta del pueblo, por medio del marxismo cultural”.

 

-          Los socialistas y los socialdemócratas, son capaces de dialogar, esto, basados en un punto común (Independientemente de las diferencias en los medios), ese punto es: el equilibrio entre justicia social y libertad cultural (Tesis del politólogo Alberto Salom). Aparte, tienen un adversario común: el economicismo, que busca la división de “los socialismos”.

 

 

VIII

Balance final.

 

Desde 1932, hay presencia comunista; primero en el Congreso y luego, con la fundación de la Segunda República, posterior a la rehabilitación del Partido Vanguardia Popular (PVP); de ahí, que se puede concluir, que, hay un sector del electorado, “que nunca le ha tenido miedo al comunismo, en la esfera legislativa”.

 

Entre 1934 y 1948, los comunistas logran elegir, 8 congresistas, ellos van alternándose y sumándose en el Congreso; pero será hasta el 2014, que logre elegir en una sola votación, una buena cantidad de diputados de manera compacta. Ya hemos hecho ver que, entre 1934 y 1948, los congresistas que llegaron por el comunismo, eran: abogados, educadores y zapateros.  

 

De 1948 a 1970, en términos generales, la sociedad costarricense, se encontraba rota, en las diversas facciones:

 

-          Calderonistas.

-          Caldero – Comunistas.

-          Figueristas.

-          Comunistas.

 

En ese contexto:

 

-          Los Calderonistas, tenderían a votar por la oposición al PLN (Castro Cervantes, Mario Echandi, Calderón Guardia, Otilio Ulate, JJ Trejos).

 

-           Los Figueristas, votarán por el PLN (De hecho, en su libro: “Cartas a un Ciudadano”, Don Pepe, hablaba de la imperiosa necesidad, de abandonar el personalismo en la política, y dejar de hablar de “Figuerismo”, para comenzar a hablar de “liberacionismo”.).

 

-          Los comunistas, no tendrían “partido propio” hasta el 70.  

 

Con este escenario, en muchas ocasiones, los comunistas, tuvieron que escoger entre el PLN y sus adversarios. Asimismo, Manuel Mora Valverde, lideraba a la izquierda, a la lucha dentro de los marcos democráticos.

 

Entre 1949 y 1975, el PVP, dedicó sus actividades, para retomar la legalidad dentro del sistema de partidos políticos. Para Abarca V., esto generaría, que penetrara poco en las clases medias. En el periodo 60 – 70, este partido, pareció olvidar el tema de la “revolución”. Para este historiador, el PVP, se dedicaría: “al desarrollo del capitalismo”, por medio de: “la vía pacífica al socialismo”.

 

De 1950 a 1990, hay todo un sector del electorado, que recibió el discurso en el sentido que, había que escoger entre capitalismo y socialismo (Guerra Fría), esto asustaba a mucha gente, en este contexto, socialismo y comunismo, significaban:

 

-           Pérdida de libertades políticas.

-          Nacionalización forzada de actividades económicas y propiedades.

 

Puede decirse que, entre 1980 y 1990, ya no se vive con intensidad la Guerra Fría, de ahí, que, para el sector del electorado nacido en ese periodo, ya el tema del comunismo no le asusta tanto o no entiende mucho, de campañas “anticomunistas”.

 

Ahora bien, dentro del sistema de partidos políticos, los partidos más antiguos, son el PVP y el PLN. Para el 2011, ya se decía que el PVP, estaba prácticamente desaparecido, incluso, no estaba activo en el registro electoral del TSE.

 

Aquella historia, de los diputados comunistas de 1934 y vanguardistas de 1943 a 1948, fueron importantes en el país. Ya es sabido y hemos repasado que, desde el 1943, los congresistas del PVP, fueron parte del cogobierno con el Dr. Calderón Guardia y con Teodoro Picado.

 

De esa década, quedan escritos con letras de oro, los nombres de:

 

-          Calderón Guardia.

-          Manuel Mora.

-          Monseñor Sanabria.

-          José Figueres Ferrer.

 

Por otra parte, ya hemos hablado del desarrollo del “foco guerrillero”, en Costa Rica: los movimientos que intentaron abrazar esa tesis, fueron el PRA y el MRP. Miembros de estos grupos, colaborarán con el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), en la suelta dela cárcel, de Carlos Fonseca Amador, quien estaba preso en Alajuela. Después de ese evento, el PRA, desapareció.

 

Luego el MRA y, el MRP, crecerían entre 1970 y 1976, ellos se financiaron “por actividades selectivas, no comprendidas por el pueblo”. La prensa burguesa, lo llamaría de manera más directa: por robos bancarios (Por ejemplo) o secuestros. Tales fueron los casos de la retención de “Cuco Arrieta”. Después de su secuestro, él le daría dinero al MRP.

 

En el caso del PSC, al igual que, otras estructuras de la izquierda, también reflejaron la descomposición política, pero, además, creemos que, fueron capaces de conectar con preocupaciones de la clase madia – alta. Las divisiones del PSC, no robustecieron al PVP.  

 

Precisamente, con la división de 1983, ese partido, sufría el segundo golpe más fuerte, desde su derrota en 1948, como lo hemos visto, con la creación del puesto de “presidente del partido”, prácticamente, se derrocaba el liderazgo de Manuel Mora Valverde, quien se había destacado desde 1931.

 

La salida de Mora, llevará la tesis de “alianza de clases”, desde el: “Partido del Pueblo Costarricense” (PPC), hasta lo que será el FA. Y el PVP, que bajo la fórmula: Carbonell – Ferreto, irá perdiendo espacio político.

 

Pero yendo más allá: el tema político de si Costa Rica, presentaba las “condiciones objetivas” para una revolución, era obviamente esencial: por cierto, esa tesis era aguijoneada, por el triunfo de la revolución sandinista y el apogeo de los movimientos insurgentes en El Salvador y Guatemala.

 

En este marco, podríamos decir que, desde 1983 hasta ahora, se viene dando una serie de golpes, al Estado Benefactor, de tipo Keynesiano, con el objeto, de que vaya perdiendo base jurídica e institucional.

La idea era o es, que el mercado como organizador social, fomente la competitividad en el país, lo que le permita insertarse en el mercado mundial, ella, marcada por la transnacionalización de la banca, del comercio, de la industria. Más adelante, vendrá la lógica conservadora en lo cultural.

 

Con Reagan y Monge, se inicia “el régimen de zonas francas”; ese “régimen”, muchos años más adelante, será “uno de los motores de la economía costarricense”, ese, con mayor salud, que el motor, vinculado con el mercado interno.

 

En este tema es interesante, que, como hemos visto, con la administración Carazo, hay una lectura (Compartida por la izquierda), en el sentido que, este ex presidente, asumió una posición nacionalista, al rechazar las imposiciones del FMI. Pero si acercamos el lente histórico, podríamos decir que, la visión economicista, inicia con Carazo, por medio del arranque de la privatización de las empresas de la: “Corporación Costarricense de Desarrollo” (CODESA).

 

Además, se reprimió al movimiento sindicalista, sobre todo, en materia de convenciones colectivas. En la disyuntiva, sindicalismo / solidarismo, el gobierno optó por el segundo. Además, se comienza a dar más fuerza, a la inversión privada en salud pública. Luego se entregaría mucha de la infraestructura de transportes, a la administración de consorcios internacionales, así, de algún modo, se renunciaba a la obra pública, construida entre 1935 y 1975.

 

Para algunos autores marxistas, el principal programa de Monge Álvarez: “volvamos a la tierra”, era un eslogan demagógico, con el que, la burguesía empresarial – agrícola, sin distinción, disfrutó de importantes privilegios. Fue el inicio, para esos autores, de la crisis del Consejo Nacional de Producción (CNP). En ese momento, muchos nuevos capitales, emigraron o se acumularon en “paraísos fiscales”, fuera de nuestras fronteras.

 

Desde 1983 hasta el 2010, la dinámica de los gobiernos del bipartidismo, fue la siguiente:

 

-          Luis Alberto Monge (PLN).

-          Oscar Arias (PLN).

-          Rafael Ángel Calderón (PUSC).

-          José María Figueres Olsen (PLN).

-          Miguel Ángel Rodríguez (PUSC).

-          Abel Pacheco (PUSC).

-          Oscar Arias (PLN)

-          Laura Chinchilla (PLN).

 

De un modo u otro, estos gobiernos, atacaron al sindicalismo clasista (Entiéndase a los sindicatos marxistas); desde la perspectiva de dirigentes del PVP y el FA, esto, ha llevado a la alienación de las clases medias y altas. Para ellos, una política hacendaria voraz, ha golpeado la vivienda, el salario y las jubilaciones.

 

Es interesante, que, en muchas ocasiones, cuando los costarricenses sienten “que les aprietan el bolsillo”, hablan del viejo concepto de “la canasta básica”, sin saber que esa categoría, perdió toda efectividad, sobre los precios y mercados, que para muchos son considerados primordiales. Por si fuera poco, en sectores como el Magisterio Nacional, el impacto del “Pacto Figueres – Calderón”, fue impresionante.  

 

En otro orden de cosas, en sus investigaciones, el historiador Vladimir de la Cruz de Lemos, observa que, a mayor cantidad de partidos, mayor abstención. Un ejemplo de ello, fueron las elecciones de 1998, 2002 y 2006.

 

Por otro lado, la tasa de homicidios, de la administración Monge (1982 – 1986) a la segunda administración Arias (2006 – 2010), subió de: 3. 98 a 9.98 (Por cada 100 000 habitantes); es decir, durante el gobierno de Monge y los primeros años posteriores, las tasas eran relativamente bajas y estables.

 

Pero a partir de los 90, se da un aumento acelerado y sostenido, que se acelerará en los 2000. Del periodo presentado (1982 – 2010), la segunda administración Arias, es la que registra el mayor promedio, en el periodo analizado, las cifras generales, muestran que hubo picos en 2008 y 2009 (11.1 y 11. 4 respectivamente). Ahora, durante la administración de Laura Chinchilla (2010 – 2014), los homicidios dolosos disminuyeron. El reporte indica: de 11.8 por cada 100 000 habitantes en 2009 a 8.7 en 2013.

 

En lo que refiere a la pobreza de 1990 a 2012, podemos exponer lo siguiente: de los gobiernos de los noventas, posteriores a Monge y a la primera administración Arias, la pobreza, pasó por valores elevados, por ejemplo, en los inicios del gobierno de Calderón Fournier, en 1991, llegó al 30 %, luego fue bajando del 25 al 20 %.

 

En los años previos al gobierno de Laura Chinchilla, se observa una mejora, de alrededor del 16 al 17 %, de hogares en pobreza total en 2007. En la propia administración de doña Laura, los datos muestran una pobreza cercana a 21 al 22 %; hacia el 2012, tendía a la baja: cerca del 21 % en 2012.

 

Si hacemos referencia al tema del desempleo y subempleo, en 1982, la tasa de desempleo abierto rondaba, el 9.4 %; entre 1983 y 1984, hubo tasas de subutilización de mano de obra, altas: en 1982, se estimaba en cerca del 24 %; que incluye subempleo visible y otras formas.

 

En 1990, la tasa de desempleo abierto, era cercana al 4.6 %, para 2005, una cifra aproximada era del 6.6 %; para 2010, al final del periodo de Laura Chinchilla, la tasa de desempleo abierto nacional, estaba alrededor de 7. 3 %.  

 

Con algunas de estas cifras, algunos sectores del electorado joven, interpretaban los gobiernos del PUSC y el PLN, como generadores del aumento del costo de la vida, y tópicos como la corrupción. El FA, asimilaría ese descontento, pero más con propuestas que con discursos de arenga política. 

 

Ahora bien, con el surgimiento del FA, se insiste “en una izquierda constructiva”, ya hemos hablado de la crisis de la izquierda, conforme a algunos autores, para el periodo de 1984 a 1995, esa crisis, comienza a revertirse. Ese último año, la Coalición Pueblo Unido, pasa a ser partido político, en ese evento, no participó el PPC. Éste es el que fundará Fuerza Democrática.

 

Asimismo, es interesante que pese a la lucha contra “el combo del ICE”, en el año 2000 y contra el “DR – CAFTA”, en 2006 – 2007, la izquierda no sale fortalecida ni en 2002 ni en 2010, esto, pese a la presencia de la izquierda en esas luchas.

 

Por otra parte, para las campañas del 2006 y el 2010, quedaba claro que, la izquierda tenía un electorado pequeño, eso sí, en el 2014, el crecimiento electoral del FA, no pude atribuirse a ninguna coyuntura particular (Como pudo ser en el pasado: la lucha contra “el Combo del ICE” o contra “el DR – CAFTA”).

 

Para autores como Vladimir de la Cruz de Lemos, uno de los eventos que generó el crecimiento del FA, fue el error que cometiese el PLN, en el sentido de escogerlos como “enemigos electorales”, junto al ML. Al final, el objetivo del PLN, que era apropiarse “del centro de espectro ideológico”, lo termina realizando el PAC y, su candidato, Luis Guillermo Solís Rivera.  

 

Ya para el 2014, algunos autores, dicen que la preferencia que obtuvo Villalta, en algún momento de la campaña, era fruto del despertar de la conciencia inter – clases sociales, lo cierto es, que independientemente de esto, hay tensiones históricas que, pueden rastrearse desde la historia misma del PVP, eso ha quedado claro, al ver los aportes de Cerdas, Contreras y De la Cruz (Entre otros).

Precisamente, aportes como los de Cerdas y Montero Mejía, han probado que, una izquierda dogmática, pierde legitimidad (Lo hemos visto en el caso del PVP), en esta línea, esos dos pensadores, en efecto, llevan razón al plantear que, la izquierda, debe tener una adaptación local, una independencia intelectual y una coherencia moral.

 

Es claro que, el FA, no es una extensión del PVP, por ello, tampoco se pueden descartar los señalamientos de “wokismo”, en efecto, se ha probado, que estos señalamientos, tienen cuando menos, “algo de realidad” (Para decir lo menos). Pero, esas acusaciones, no deberían inmovilizar a este partido. Quizás, hay sectores del PVP, que, quieren mirar hacia atrás para no adaptarse, pero el FA, no puede caer en ese error.

 

Como hemos visto, por medio de los aportes de Cerdas, Contreras, De la Cruz y Merino, se brindan importantes lecciones:

 

-          Crítica radical cuando se requiere.

-          Sistematización, institucionalización y, adaptación a los contextos (Espacio y tiempo históricos).

 

-          Debe buscarse un equilibrio, entre: “marxismo clásico” y “marxismo cultural”.

 

 

Por otro lado, se ha visto que, tanto el PVP, como el FA, han tenido deudas territoriales, ya Montero Mejía, había leído este problema, como el tema “de una izquierda demasiado urbana e ilustrada”. Quizás en el caso del FA, esto ha sido más marcado, por lo que, les distancia de las bases trabajadoras.

 

Incluso, al ver el pensamiento de Vargas Carbonell, Gutiérrez Sáenz y Alberto Salom Echeverría, se confirman, que muchos de los señalamientos hechos al FA, tienen raíces históricas; es decir: tanto el PVP como el FA, han tenido problemas de vínculos entre práctica y teoría; entre ciudad / periferia; entre radicalismo y moderación.

 

Desde lo dicho, el reportaje del periódico “La Nación”, que ha motivado este amplio trabajo, debe verse más allá de la línea editorial del periódico: hay en efecto, un trasfondo de problemas históricos.

 

Pero, además, el tema de la corriente “woke” dentro del FA, le coloca en la esfera de los debates internacionales, esto, en el marco de los temas identitarios, los populismos, la redistribución de la riqueza y el transnacionalismo. Pese a que, hay autores que recomiendan en estos casos, construir una especie de: “populismo democrático”, esto no nos parece recomendable.

 

Por su parte, cuando se revisa el pensamiento del economista, Luis Paulino Vargas Solís, es claro que, se vuelve al tema central o uno de los temas centrales de la lucha contra el economicismo, monetarismo o neoliberalismo. Y de ahí, la lucha contra la desigualdad, como eje articulador de todas las luchas sociales. En esa visión, no deja de retornarse a una tesis del “marxismo clásico”: “volver a la economía política”. Ese retorno, debería subordinar, “el marxismo cultural”.

 

Ahora: esto no significa que se dejen de lado las luchas de tipo cultural, pero con un proyecto económico alternativo al neoliberalismo, esto de cara atraerse a las clases medias, como a sectores obreros y rurales.

 

Así las cosas, lo que podría denominarse la distancia entre “marxismo clásico” y “marxismo cultural” no sería insalvable. Es decir, deberían establecerse estrategias comunicacionales (Habermas), para unir ambas visiones.

 

Incluso, un puente posible entre ambas, puede ser de arranque, un imaginario cultural que levante la dignidad de obreros y campesinos. Una de las cosas, que el FA debería aprender del PVP, es que, no se puede elegir entre cultura y economía.

 

De lo contrario, corre el riesgo de diluirse en un mosaico cultural, dejando de lado, la lucha de clases (Harvey y Žižek); Desde Fraser, se entiende como un actor que debe articular redistribución con reconocimiento para no caer en la fragmentación.

 

Así las cosas, partiendo del PVP, yendo hacia el FA, nos encontramos: dos épocas de la izquierda costarricense:

 

-          Una izquierda marxista clásica, centrada en la lucha de clases, luego “en la alianza de clases” y en el movimiento obrero.

 

-          Una izquierda posmarxista y cultural, que integra: derechos humanos, diversidad, ecología y feminismo.

 

 Así, donde algunos dirigentes del PVP ven ruptura, el FA, puede asimilar una reinterpretación marxista. En esta lógica, contrario a lo que piensan los primeros, el FA, pude asumir la memoria del PVP (De hecho, en muchas ocasiones lo ha hecho), pero resignificando esa herencia en clave contemporánea.

 

Por otro lado, cuando se analiza la categoría politológica de: partido – movimiento, encontramos que, puede darse una interpretación en sentido positivo, pero, otros autores, más bien, hablan del FA, como un partido con representación dentro de los movimientos sociales, pero el FA, seguiría bajo una lógica, electoral e institucional.

 

Bajo esta óptica, este partido, no habría logrado incorporar plenamente, a los movimientos sociales, esto representaría fortalezas y debilidades. Por lo pronto, el FA, tendría más marcadas, las características de un partido parlamentario – reformista.

 

En esta línea, en los diputados del PVP, habría pesado más, la militancia partidaria, ella ligada al campesinado y al sindicalismo. En el caso del FA, parecen pesar más los dirigentes de la sociedad civil organizada, esto sería evidencia, de la transformación de la izquierda costarricense: en términos de la teoría de los partidos políticos, el PVP, es un partido de cuadros; el FA, sería más, una especie de plataforma de los movimientos sociales.

 

En este contexto, un político como José Merino del Río, encarnaría una especie de síntesis, de esa transformación:

 

-           Su militancia en el PVP, le dio raíces ideológicas y disciplina organizativa.

-          Al impulsar el PFD, quizás, observó la necesidad de apertura y pluralismo.

-          Con el FA, logra incorporar las agendas del siglo XXI.

 

Aún desde antes, el FA, incluso puede verse como heredero parcial de experiencias como las del: PSC y el MRP: por ejemplo, en el primero, se veía cierta apertura cultural y con las diferencias del caso, en el MRP, se veía una impronta juvenil.    

 

   En alguna medida, desde una lectura marxista clásica “al estilo costarricense”, el “Chavismo”, está encerrado en una incapacidad, revestida de pachuquismo; además el PLN y el PUSC, siguen matriculados en profundizar el modelo economicista.

 

De ahí, para algunos o muchos que hacen esa lectura, por lo pronto, solo el FA, con sus limitaciones, sería una verdadera opción de cambio, de cara a las elecciones del 2026: ellos, proponen eso sí, el que el FA, trabaje en una coalición.

 

Por otra parte, desde esa visión, de limitarse a ganar elecciones, se estaría perdiendo el objetivo revolucionario. En otro orden de cosas, si el tópico es ganar elecciones, ello requiere:

 

-          Imaginación.

-          Ambición.

-          Una clara y decidida política de alianzas políticas.

 

Para otros, el FA, en vez de ser un partido de izquierda, es un partido de centro: así lo declaró el actual diputado y secretario general, Antonio Ortega. Eso sí, el argumento del diputado es altamente relativista:

 

-          Ante el neo populismo de derecha del gobierno, los de izquierda, se corrieron al centro.

-          Los partidarios de una derecha tradicional, también fueron hacia el centro.

 

Desde esta perspectiva, para tratar de entenderlo de manera más precisa, desde el centro – derecha (PUSC) y un presunto centro – izquierda (PLN), el FA, se iría encontrando con ellos, “en el centro”. para mayor precisión, si el bipartidismo tradicional, ha ido desde los ochentas, “menos a la izquierda y más a la derecha”, esa derecha, ahora es “más relativa”, pues el gobierno de Chaves, es “de una fuerte diestra”. Es tan relativa, que puede ser interpretada como “centro” y la izquierda del FA (Cultural), también puede ser interpretada como centro.

 

Ahora, ya, desde el 2014, con la coyuntura de aquel momento y las cifras que arrojaban las encuestas, José María Villalta, decía que, el FA, era un partido socialdemócrata, pero si entramos “en el bosque ideológico”, se abría la pregunta: ¿Es o era el FA, un partido socialdemócrata clásico?: los elementos de marxismo cultural, no son propios de la visión clásica del reformismo. Por otro lado, también hubo comentaristas políticos que, decían que, si bien, atacaban “a la clase política tradicional”, no hablaban de “cambiar el modelo de desarrollo”.

 

Así, desde el marxismo clásico, al decir que el FA es socialdemócrata, está renunciando a los principios marxistas – leninistas revolucionarios. Por parte del presente análisis, se postula que, debe ponerse el lente, en la presente campaña electoral, para observar las acciones y tesis del FA, ante el gobierno de Chaves.

Para ciertos comentaristas del PVP, lo que sucederá es, que el “FA, transitará a la derecha”, según ellos, la prueba de ese camino, es la ausencia de crítica a políticas que, desde el PVP, son consideradas como imperialistas (Ingreso de tropas norteamericanas al país, apoyo de medidas imperialistas, en otros países de América Latina).

 

Desde la política económica, los comentaristas del PVP, hablan de la debilidad del FA para exigir, que las grandes empresas transnacionales paguen impuestos; el cese de presión, para luchar contra la evasión fiscal; la autorización para invertir dineros de los fondos de pensiones en el exterior y abandono del apoyo a pequeños y medianos productores.

 

En oposición, “en buena teoría”, el marxismo clásico, nunca se correría al centro, siempre se mantendría combativa, siempre se mantendría solidaria, sin deseos de ser vencida. Por su parte, diputadas como Sofía Guillén, insisten en inspirarse en Manuel Mora Valverde, en María Isabel Carvajal (Carmen Lyra).

 

Pero la legisladora, también habla de antecedentes de la socialdemocracia, como Alfredo González Flores; de igual manera, no niega las tesis de corte feminista, afines al marxismo cultural. Por otra parte, si ensayamos un poco de prospectiva heterodoxa: podemos decir que, si algún día la izquierda del tipo PVP o FA (Con las semejanzas y diferencias ya establecidas), llegase al poder, se establecería una estrategia del siguiente tipo:

 

-          Los medios de comunicación poderosos, ligarían al hipotético oficialismo, con la izquierda y el neo populismo de izquierda (Maduro, Ortega).

 

-          Los militantes, partidarios y simpatizantes de ese gobierno, serían “satanizados” (De toda suerte, hoy, cualquier énfasis en “la cuestión social”, es considerada comunismo).

 

-          Si se optase por políticas de nacionalización, como, para decir lo menos, lo hiciera la socialdemócrata, “Junta Fundadora de la Segunda República”, entonces, para decirlo en términos de “marxismo clásico”: la burguesía, se uniría en oposición al gobierno. Esto, podría llevar a escasez de bienes básicos y problemas en la prestación de servicios fundamentales.

 

-          ¿Volvería a ver el gobierno de Trump, Centroamérica, observando la tensión ideológica, para poner una ilustración: entre los gobiernos de El Salvador y Costa Rica?

 

-          El gran capital trasladaría sus dineros, a países defensores de un modelo de desarrollo, economicista.

 

-          El gobierno, sería calificado de “comunista” y, por tanto, antidemocrático”.

 

-          Se reforzaría la estrategia propagandística, que le aplicó en el 2014, el ML al FA.

 

-          No faltarían, liberales, socialcristianos, socialdemócratas y libertarios, que proclamen “a los cuatro vientos”: bloqueos económicos, desabastecimiento de bienes: “cayendo la economía, cae el gobierno”.

 

 

Por lo pronto, si vemos con todo lo dicho, la estrategia y táctica que debe seguir el FA, podemos concluir:

 

1) Estrategia de fuerte reclutamiento, sobre todo, fuera del Gran Área Metropolitana.

2) Presencia en los medios comunicación, sin despreciar los de tipo tradicional.

3) Decidir ideológicamente, si será ligado a gobiernos de izquierda en la esfera internacional o abrazar la tesis de: “la libre determinación de los pueblos y la soberanía”.

 

4) También deberán decidir, si como lo dicen algunos de sus cuadros: “no se puede confiar del todo en el TSE”, esto los uniría discursivamente al oficialismo (¿Se cumpliría el postulado de la unión de los extremos, del que hablan muchas teorías de las ciencias sociales?).

 

5) ¿En qué consistirá la claridad ideológica del FA: marxismo cultural con socialdemocracia?; ¿Marxismo clásico con marxismo cultural?

 

6) Muy posiblemente la campaña del FA, será austera: su estrategia de mercadeo deberá decidir sus equilibrios, entre una campaña tradicional y una digital.

 

7) Debe tenerse claro un cronograma de giras en zonas fuera del Gran Área Metropolitana.

 

8) El FA, debería llevar a la realidad, la teoría de la acción ciudadana.

 

9) Más a largo plazo, este partido, debe instalar, verdaderas instancias de formación política.

 

Por otro lado, pese a que muchos militantes, esperan de un potencial gobierno del FA, un ejercicio del poder del tipo:

 

-          Hugo Rafael Chaves Frías.

-          Rafael Correa.

-          Lula da Silva.

-          Evo Morales.

 

Es poco posible que esto se concrete; de igual manera, viendo a los presidentes mencionados: ¿Cuántos cambiaron los modos de producción en sus respectivos países?; del mismo modo, valga ver el ejemplo de Colombia, donde Gustavo Petro, está pidiendo la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente (La Carta Magna vigente es de 1991). 

 

Pasando esta página, es interesante que, el criterio generalizado es: “el marxismo es ateo”: pero tal cosa no es real, basta observar, por ejemplo, los vínculos entre marxismo y teología de la liberación: en el caso costarricense:

 

-          La iglesia institucional, recibió con prudencia este modelo teológico.

-          Pero pastorales obreras, rurales y universitarias, se alimentaron de ella.

-          Para algunos autores, estructuras como el Centro Dominico de Investigaciones (CEDI), ha generado investigaciones, dentro de la Teología de la Liberación.

 

-          Para otros, hubo sectores cercanos a la Democracia Cristiana, que se sustentaban en ese modelo. Incluso, costarricenses, formados en él, fueron parte de experiencias como la nicaragüense.

 

-          La visita de Juan Pablo II a Centroamérica, implicó un señalamiento a ciertos movimientos eclesiales, en el sentido de que, la Opción Preferencial por los Pobres, no podía ser mediada por el marxismo. Hay evidencia de documentos de la iglesia, que reflejan esa tensión en el país, aunque no, con el mismo grado de territorios como El Salvador o Nicaragua.

 

-          La institución de la iglesia, al estar entregada a una “pastoral de clases medias”, optó por lo general, a “una espiritualización de la pobreza”.

 

-          En la esfera universitaria, la teología de la liberación, incidió en la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión, de la Universidad Nacional (UNA) y en el Seminario Bíblico Latinoamericano (SBL, hoy universidad).

 

-          En Costa Rica, por ejemplo, el teólogo chileno – costarricense, Pablo Richard, desarrolló muchísima de su obra. De igual modo, en el país, tiene su sede el Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI).

 

-          No se puede perder de vista que, el FA, tuvo dos diputados, ex sacerdotes.

 

 

Ahora bien, en 2014, hubo gente que, en las encuestas, decía adherir al FA, pero al final, cuando decían esto, se limitaban a dar el voto para las elecciones legislativas. En suma: mucha gente, estaba de acuerdo con el mensaje de este partido, contra el PLN y la corrupción; el tema es que, para el 2022, los que sostuvieron ese mensaje (El Chavismo), sí obtuvieron el poder.

 

Y con esto, para el 2026, podrían comenzar a verse escenarios distintos: si partimos de un balance de la administración Chaves Robles (2022 – 2026), tenemos los siguientes hallazgos:

 

-          Ataques a la institucionalidad.

-          Tendencias autoritarias crecientes.

-          Discurso polarizante.

-          Favoritismo a partidarios en la gestión gubernamental.

-          Uso de estructuras paralelas para promoverse.

-          Falta de claridad en su agenda.

-          Debilidad en el enfrentamiento de conflictos internos.

-          Fuerte política hacendaria.

-          Fracaso en “la ruta del arroz”.

-          Deficiencias en educación.

-          Buen papel en política internacional, en los casos de Guatemala y Venezuela.

-          Desacoples entre promesas y resultados.

 

Pese a las sombras del gobierno, conteste a la encuesta del CIEP, del mes de septiembre, un 12 % de la población general, votaría por la candidata oficialista; un 5 %, lo haría por Ariel Robles, candidato del FA.

 

En materia legislativa, esta misma encuesta, expone que, la intención de voto para el FA, es de un siete por ciento; para algunos autores, este porcentaje, le podría llevar a elegir a cuatro legisladores (Otros, hablan de 6 o 7 diputados). Bajo esa lógica, habrá que observar, la calidad de esos potenciales legisladores. Por lo pronto, para agosto de este año, se publica una nota en la que, se dice que, los ex candidatos presidenciales, José María Villalta y Edgardo Araya, serían diputados en el 2026.

El primero, ocupará la candidatura 1, por la provincia de San José; Araya, lo hará por el primer lugar, en la provincia de Alajuela. De acuerdo a los datos preliminares, Villalta, habría obtenido un 84 %, Araya, habría obtenido un 64 % de los votos de la consulta interna del FA.

 

Es interesante que, con estos dos ejemplos, la izquierda explícita o implícitamente, estaría turnando a candidatos presidenciales con candidaturas legislativas, con lo que se fortalecería, el desarrollo de estas figuras. En esta línea, también habría que esperar, cuál va a ser el futuro de Robles. Esto, haría retornar a una práctica que, en el PVP, se tenía con Manuel Mora Valverde.

 

Esto es importante, porque políticamente, los liderazgos políticos no se improvisan. El problema es, que, en Costa Rica, estamos retornando a la dinámica que vivíamos en la época liberal: altamente personalista; por si fuera poco, con rechazo a todo lo que parezca tradicional. Para la presente campaña, repiten en la candidatura presidencial:

 

-          Fabricio Alvarado (PNR).

-          Natalia Díaz (Unidos – Podemos).

-          Eliecer Feinzaig (PLP).

-          Claudio Alpízar. (Esperanza Nacional) (Esto, basado en los que puntúan en la encuesta del CIEP, de septiembre del 2025).

 

Por su parte, el Partido de los Trabajadores (PT), eligió a David Hernández Brenes, profesor de secundaria y sindicalista, como candidato presidencial. Lo acompañan, Obeth Morales Barquero, dirigente agrícola y abogado; y Jeimy Valverde, activista sindical de Puntarenas, como vicepresidentes. Las listas de aspirantes a diputados, incluyen dirigentes sindicales y militantes socialistas de varias provincias.

 

Pues bien, como lo dicen diversos especialistas, desde el 2004 hasta ahora, el FA, es claramente un partido, en el que confluyen diversas corrientes. Eso sí, hay diversidad de criterios sobre la influencia o poder del comunismo en él.

 

Por otro lado, si bien hay un sector cansado con las políticas economicistas, en 2022, gana Rodrigo Chaves Robles, un claro populista de derecha: ¿No hay en esto una contradicción?: para responder esta pregunta, debemos repasar algunas de las razones del triunfo Rodrigo Chaves Robles:

 

-          Una esperanza por la mejoría económica, después de la pandemia.

-          Simpatía de cierto sector masculino, que ve en él: “a un hombre fuerte”.

-          Su adversario, llevaba una fuerte imagen de corrupción y “tradición”: José María Figueres Olsen.

 

-          Si bien, Chaves fue traído por el PAC, en política, era un desconocido. Entonces, más que sus posiciones en política económica, lo que importó más es su imagen de “hombre fuerte”.

 

 

Con esta diversidad de razones, no es extraño que, para la segunda ronda del 2022, Chaves, atrajo, a más de un tercio de los que habían votado por el FA; cerramos este amplio análisis, mencionando elementos de la acción política, del FA, este año:

 

-          En algún momento, se mencionó que la diputada Sofía Guillén, podía ser precandidata presidencial.

 

-          De cara a las elecciones del 2026, algunos comentaristas simpatizantes del FA, expresan que, en ese partido, hay conciencia de la imperiosa necesidad de defender la democracia liberal. Incluso, esto, por medio de alianzas partidarias.

 

-          Por su actuar político, el FA, se ha consolidado como verdadera oposición al gobierno.

 

-          Una evidencia de ello, ha sido su coherencia en la oposición, por ejemplo, en el proyecto conocido como: “las jornadas 4 x 3”.

 

-          Los liderazgos como los de José María Villalta, abren la posibilidad de que, el FA, aumente su fracción legislativa en el 2026.


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