El Triduo Pascual: un intento de lectura liberadora: reflexión para Semana Santa II. Ocean Castillo Loría.
Viernes Santo:
del proceso romano a la sepultura de Jesús.
(Mateo 27: 1 –
61; Marcos 15: 1- 47; Lucas 23: 1 – 56; Juan 18: 28 – 19: 42.
Así como durante el jueves Santo nos
encontramos con una serie de eventos, el viernes pasa lo mismo, por lo que, de
nuevo, se nos obliga a dividir los pasajes, para una mayor y mejor comprensión…
La estructura resultante es la siguiente:
1) Judas se
ahorca: Mateo 27: 1 – 10.
2) Jesús ante
Pilato: Mateo 27: 11 – 26; Marcos 15: 1 – 15; Lucas 23: 2 – 3. 18 – 25; Juan
18: 28 – 19: 16.
3) Los soldados
se burlan: Marcos 15: 16 – 20; Mateo 27: 27 – 31.
4) La
crucifixión: Mateo 27: 33 – 44; Marcos 15: 22 – 32; Lucas 23: 33 – 43; Juan 19:
17 – 27.
5) Muerte de
Jesús: Marcos 15: 33 – 41; Mateo 27: 45 – 56; Lucas 23: 44 – 49. Juan 19: 29 –
37.
6) Sepultura de
Jesús: Marcos 15: 42 – 47; Mateo 27: 57 – 61; Lucas 23: 50 – 56; Juan 19: 38 –
42.
1) Judas se
ahorca
(Mateo 27: 1 –
10.)
Como ya lo habíamos dicho, Roma tenía el poder
de establecer la pena capital, el Sanedrín debía acudir al Procurador para
obtener la confirmación de una sentencia dictada por ellos…
Por otra parte, solo Mateo da cuenta de la
muerte de Judas, él devuelve las treinta monedas de plata a los jefes de los
sacerdotes (El versículo 3, dice que
Judas vio que habían condenado a Jesús, lo que refleja que estuvo atento al
destino de quien fuera su maestro)
En Mateo 27: 4, Judas da su testimonio
de inocencia sobre Jesús: “…He pecado entregando a un inocente a la
muerte” …
Como lo hemos dicho unas líneas más arriba,
Judas no contempla perdón por su acto…
El destino del dinero devuelto se encuentra en
Mateo
27: 7: “Entonces se pusieron de acuerdo para comprar con aquel dinero el Campo
del Alfarero y lo destinaron por cementerio de extranjeros” …
Los extranjeros que se enterraban en este
campo, eran los que fallecían en Jerusalén durante la peregrinación…
Leamos Mateo 27: 8: “Por esta razón ese campo se
llamó “Campo de Sangre” hasta hoy” …
Una tradición antiquísima y con grandes
posibilidades de veracidad, ubica este lugar en el Valle de Hinnom…
Los versículos
9 y 10 del capítulo 27 de Mateo, hacen referencia a una profecía que se
designa a Jeremías, la verdad es que Mateo hace una cita libre de Zacarías 11:
12 – 13, y la compra del campo está sugerida en Jeremías 32: 6 – 15.
Asimismo, Dios, en la persona de Zacarías, se
quejaba de haber recibido de los israelitas, un salario irrisorio: “Y
tomaron las treinta monedas de plata, cantidad en que fue apreciado aquel a
quien pusieron precio algunos hijos de Israel…”.
Mateo mira que la venta de Jesús, al mismo
precio miserable, le da cumplimiento a esta profecía…
2) Jesús ante
Pilato
(Mateo 27: 11 –
26; Marcos 15: 1 – 15; Lucas 23: 2 – 3. 18 – 25; Juan 18: 28 – 19: 16.)
Leamos Mateo 27: 11: “Jesús compareció ante el
procurador, y el procurador le preguntó: ¿Eres tú el rey de los judíos?
Respondió Jesús: Tú lo dices” …
Puede ser que Pilato haga la pregunta en tono
de burla, ya que ante él lo que hay es un campesino ensangrentado, golpeado y
herido…
Con esta forma indirecta de respuesta (“Tú lo
dices”), Jesús reconoce en alguna medida que, en efecto, él es el rey de los
judíos. E inclusive, al igual que la pregunta tiene un grado de ironía, la
respuesta de Jesús también pudo haberla tenido.
Pero la cuestión tiene “más tela que cortar”,
es muy posible que Pilato no entendiera el concepto de Mesías, así, para el
Sanedrín, lo más sencillo era acusarlo de querer ser el rey de los judíos, esto
sería valorado por Pilato, como un acto de rebelión contra Roma (Como puede
verse, una acusación de tipo religioso, el Mesianismo de Jesús, pasa a ser una
acusación política, en Juan 19: 7,
las autoridades judías, desnudan el verdadero motivo de su decisión contra
Jesús).
Pilato no se satisface con esta respuesta y
presiona, pero según Marcos, Jesús
ya no responde (Marcos 15: 5). Este
silencio es un signo de valentía y el reconocimiento de que los representantes
del “sistema de dominación” no tienen poder sobre él.
Contrario a Marcos, en Juan, Pilato tiene un
diálogo con Jesús: leamos Juan 18: 35 –
36: “… ¿Qué has hecho? (le pregunta
Pilato) … Jesús contestó: mi realeza no es de este mundo…”.
Estas palabras de Jesús, así como las que
pronunciara con motivo de la controversia del tributo al César, han tenido
múltiples interpretaciones, cuando Jesús dice que su reino no es de este mundo,
muchos han dicho que Jesús no se interesaba por los problemas sociales y
políticos, lo que iría en línea con una salvación eminentemente individual y
solamente espiritual.
Algo parecido sucede con Juan 19: 11: “No tendrías ningún
poder sobre mí (le dice Jesús a Pilato) si no lo hubieras recibido de lo alto…”
Las interpretaciones sobre este versículo,
giran equivocadamente en torno a la afirmación de que las autoridades tienen su
poder directamente de Dios y, por lo tanto, no hay derecho a quitarlas por
mejores gobernantes.
En realidad, no hay que buscar en este texto
justificaciones para dar a poderes políticos autoridad divina (Es decir, para
legitimar el “sistema de dominación”), el poder político al servicio de la
opresión y la explotación no está conforme a la voluntad de Dios.
Jesús es rey, pero no es un rey tal y como lo
presentan los “sistemas de dominación”, se trata de inaugurar el Reino de Dios,
Reino que no tiene fronteras y que tiene como ligamen el servicio basado en el
amor…
Si vemos el segmento del 15 al 18, del capítulo 27 de Mateo, veremos que Pilato busca una
escapatoria para no decidir sobre Jesús, por eso se presenta la elección entre
los presos: uno, Barrabás, el que representa la violencia contra los romanos
(Por su rebeldía contra el imperialismo romano, podía ser considerado como un
héroe por los judíos) y el otro, Jesús, un Mesías pacífico.
En Mateo
27: 19, se nos dice: “Mientras Pilato estaba en el tribunal, su
mujer le mandó a decir: No te metas con ese hombre porque es un santo, y anoche
tuve un sueño horrible por causa de él” …
Posiblemente esta mujer era judía o prosélito
(Pagana incorporada a la religión judía). Solo Mateo recoge este detalle. Los
romanos eran supersticiosos, dados a temores, interpretación de sueños,
oráculos etc….
Ya cuando se está escogiendo entre los dos
presos para determinar a cuál va a liberar al pueblo, Mateo dice: Mateo
27: 20: “Pero los jefes de los sacerdotes y los ancianos convencieron a la
multitud de que pidiera la libertad de Barrabás y la muerte de Jesús”.
Esa multitud puede haber sido chusma reunida
por iniciativa del Sanedrín, no se encuentra una identificación con aquella
gente que apoyara a Jesús el domingo de ramos. En Mateo, la carga sobre la
muerte de Jesús cae sobre las autoridades judías y lo que se denomina como la
multitud. Ese colectivo, era restringido, local, sin presencia de galileos.
La gente escogió a Barrabás (Marcos 15: 11, Juan 19: 6), el camino
de liberación que Jesús proponía era más largo y exigía una mayor
responsabilidad. Jesús queda signado como un rebelde violento, y es dentro de
ese contexto, que Pilato debe condenarlo.
Observemos Mateo 27: 24: “Cuando Pilato vio
que no conseguía nada, sino que el alboroto era cada vez mayor, mandó traer
agua y se lavó las manos delante de todos, diciendo: Yo no soy responsable de
la muerte de este hombre; es cosa de ustedes”.
Este gesto de Pilato, afirma la inocencia de
Jesús (Deuteronomio 21: 1 – 9) los judíos podían interpretarlo como el hecho de
que Pilato, no quisiera acusar o ser juez de Jesús. Los especialistas de la
Biblia de Jerusalén Latinoamericana, ven en “el lavado de manos”, como el
procurador carga sobre los judíos la responsabilidad de la condena. Lucas
sostiene la misma tesis, sin mencionar lo del lavado de las manos.
Finalmente, sobre este punto, los hermanos
José Ignacio y María López Vigil, sostienen que este acto de Pilato se
relaciona con alguna superstición romana…
Se insiste por ejemplo en el Evangelio de Marcos, que Pilato señala
mucho la inocencia de Jesús, he aquí una intención teológica: se muestra la
figura del justo paciente, condenado de manera injusta (1 Pedro 2: 21 – 23);
Lucas y Juan señalan la misma insistencia del procurador, en el caso de Juan,
se menciona tres veces la declaración de inocencia por parte de Pilato (Juan
18: 38; 19: 4 y 6)
En el caso particular de Lucas, esa intención
de disminuir la responsabilidad de las autoridades romanas también se presenta
en el libro de Los Hechos de los Apóstoles (3: 13; 13: 28). Tal parece que este
autor, no desea que las comunidades a las que se dirige (cristianos en un
ambiente griego), no tengan conflictos con los romanos.
Cuando se mira el Evangelio de Juan, se
observa la presión que los judíos hicieron a Pilato: Juan 19: 12: “…los judíos
gritaban: si lo dejas en libertad, no eres amigo del César: el que se proclama
rey se rebela contra el César”.
Este temor de Pilato a las denuncias que
pudieran hacerle ante el emperador romano, lo empuja a condenar a Jesús, pero,
para Juan, en el tanto las autoridades judías lo habían entregado ante la
autoridad romana, la carga de la culpa por la muerte de Jesús, pesaba sobre las
autoridades judías.
Por otra parte, en esta escena hay una clara
ironía: los judíos que mostraban una clara rebeldía a la autoridad del
emperador, ahora son “leales” a él; y Pilato que era funcionario del imperio,
es colocado como “potencial desleal”. Hasta ese punto llega el rechazo a Jesús.
Juan 19: 15: “…los jefes de los sacerdotes contestaron
(a Pilato): No tenemos más rey que el César” …
Veamos Mateo 27: 25: “Y todo el pueblo respondió:
¡Su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!” …
Esta es una expresión bíblica tradicional
(Véase 2 Samuel 1: 16), que expresa como el pueblo acepta la responsabilidad de
la muerte que está exigiendo (Para los especialistas de la Biblia de Estudio
NVI, el cumplimiento de esa responsabilidad se da con la destrucción del templo
en el 70 d. C, en el caso de los especialistas de la Biblia Latinoamérica, las
palabras de los jefes de los sacerdotes escritas en Juan, muestran las
consecuencias del reinado del César, con la destrucción del templo ya
indicada).
Ahora bien, en esta responsabilidad que asume
el pueblo frente a la muerte de Jesús, parece mostrarse la división entre
judíos y cristianos y la exclusión de los cristianos por parte de la autoridad
judía, en tiempos de la redacción de este Evangelio.
Hay una cosa cierta, la mayoría del pueblo
judío había rechazado a Jesús y de igual modo, rechazaron a los apóstoles
(Romanos 10: 19) …
En lo que refiere a la importancia que le
concede Juan al proceso romano, puede interpretarse como una forma de
confrontar al cristianismo con el imperio romano, y una vez más, poner frente a
frente a Jesús con el “sistema de dominación”, eso sí, como ya lo hemos dicho
también, ese enfrentamiento en el Cuarto Evangelio, queda matizado por el
objetivo de librar a los romanos de la muerte de Jesús.
Dicho esto, ya se puede ir avizorando la
respuesta a otra pregunta clásica en lo que refiere a la muerte de Jesús: ¿Quién
es el responsable de la muerte de Jesús de Nazaret?: la respuesta se encuentra
en las cúpulas de poder tanto judías como romanas:
1) La autoridad
judía, por cuanto la actitud de Jesús frente a la Ley y al Templo, era el
señalamiento más radical que podía hacerse frente a la forma de vivir de la
sociedad judía y que ellos estaban interesados en sostener, dados sus objetivos
políticos, económicos y religiosos. Para Jesús el templo es estéril e injusto.
2) La autoridad romana, por cuanto asimilan a
Jesús como un subversivo, como un rebelde político. En este sentido los
acusadores buscan decir que Jesús se opone al pago del tributo.
Cerraron así filas los componentes del
“sistema de dominación” contra Jesús para matarlo…
Observemos Mateo 27: 26: “…después de
azotarle (a Jesús), se lo entregó para que fuera crucificado” …
El azote al condenado era normal entre los romanos
para proceder a la crucifixión. Este azote se hacía con un látigo de varias
puntas lacerantes. En algunas ocasiones, el condenado moría en ese proceso…
Profundicemos en este momento: el silencio de
Jesús durante la tortura, tiene el objeto de no delatar a sus discípulos,
también se mira aquí la imagen del Siervo de Yahvé, descrito por Isaías (Isaías
53: 3 – 7) …
Se convierte así Jesús en hermano de los
torturados, de aquellos y aquellas que sufren con todo su peso el poder del
opresor, Jesús se hermana con quienes resistieron, inclusive hasta la muerte,
para no delatar a sus acompañantes en la lucha.
3) Los soldados
se burlan
Marcos 15: 16 – 20; Mateo 27: 27 – 31.
Leamos Marcos 15: 17: “Le pusieron una capa de
color rojo oscuro, trenzaron una corona de espinas y se la pusieron” …
Le ponen una capa de color rojo oscuro, porque
ese era el color distintivo de las vestiduras reales, es posible que le hayan
puesto una capa militar de tono parecido. De igual manera, la corona de espinas
semejaba las guirnaldas que usaban los emperadores.
Veamos Marcos 15: 18: “Se pusieron a hacerle una
reverencia… ¡Salve rey de los judíos! – Lo aclamaban-” …
Mientras los judíos se burlaban de Jesús como
profeta, los romanos se burlan de Jesús como rey (remedaban una adoración, el
“Ave César”), se va consolidando la imagen del “Siervo sufriente” que se
prepara a emprender el camino de la cruz.
Vamos al versículo siguiente, Marcos
15: 19: “Lo golpeaban en la cabeza con una caña y le escupían…”
Quizás los escupitajos eran una parodia del
beso con que se rendía homenaje a la realeza en el Cercano Oriente…
En este Jesús humillado, se revela el misterio
del Hijo del Hombre, que para abrir el camino de la liberación derrama su
sangre…
Por su fe en medio de la prueba, Jesús es
pionero de los que entregan su vida por la justicia, esto es lo que nos quiere
trasmitir el autor de los Hebreos: “Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y
perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la
cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a
la derecha del trono de Dios” (Hebreos 12: 2)
Los soldados romanos juegan con Jesús el
“juego del rey derribado” o “el juego del reyecito”: este era un juego en el
que, por medio de una serie de casillas, se hacían avanzar unas fichas, hasta
una meta que tenía un premio para el que ganaba el juego: el ganador hacía de
rey y ponía pruebas a los perdedores. En el caso que exponemos la víctima
humillada del juego, fue Jesús.
4) La crucifixión
Mateo 27: 33 – 44; Marcos 15: 22 – 32; Lucas
23: 33 – 43; Juan 19: 17 – 27.
Leamos Mateo 27: 33: “Llegados a un lugar llamado
Gólgota, esto es, “Calvario” …
La palabra aramea Gulgotá, significa “lugar del cráneo”, en latín: calvario…
Vamos al versículo siguiente: Mateo
27: 34: “le dieron a beber vino mezclado con hiel; pero él, después de
probarlo, no quiso beberlo” …
Este brebaje embriagante, era ofrecido por
mujeres judías compasivas (Lucas 23: 27 y siguientes), a los ajusticiados para
aliviar el sufrimiento de la cruz. Tal parece que la receta en vez de tener
hiel, tenía mirra, Jesús no quiere beberlo.
Si Mateo dice que la bebida tenía hiel, es
para recordar lo que dice el Salmo 69: 21: “cuando tuve hambre, me
dieron a comer veneno; cuando tuve sed, me dieron a beber vinagre” …
Al respecto de un posible mandato de dar este
tipo de bebida: Proverbios 31: 6: “dales licor a los que están por morir, y vino a los
amargados” …
Verso siguiente en el Evangelio en análisis: Mateo 27: 35: “Una vez que le crucificaron,
se repartieron sus vestidos, echando a suertes” …
Se recuerda con esto el Salmo 22: 18: “Repartieron entre
sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes”. En el Evangelio de
Juan (Juan 19: 24), se hace la cita…
Juan nos da un
detalle interesante: Juan 19: 23: “Los soldados, después que crucificaron a
Jesús, tomaron sus vestidos, con los que hicieron cuatro lotes, un lote para
cada soldado, y la túnica. La túnica era sin costura, tejida de una pieza de
arriba abajo”.
Hay aquí una posible alusión al sacerdocio de
Cristo en la cruz: la vestidura del sumo sacerdote, no debía tener costura. Hay
otra manera de reflexionar en torno a la túnica de Jesús: la túnica está unida
como una comunidad debe estar unida, la comunidad de Jesús, los que le
pertenecen, deben estar unidos, sin rasgarse, sin dividirse.
El que se separa de esa unidad, deja de
pertenecer al Reino, lo mismo que expusimos cuando hablamos de Judas…
Pasemos al Evangelio de Marcos: Marcos. 15: 25: “Era la hora tercia cuando lo
crucificaron” …
A Jesús lo crucificaron entre las nueve de la
mañana y el mediodía…
Lucas dice que una vez que Jesús fue
crucificado decía: Lucas 23: 34: “…Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” …
Los exegetas de la Nueva Biblia de Jerusalén,
dicen que este versículo debe mantenerse en el Evangelio, pese a que está
omitido en copias muy confiables, en otro orden de cosas, estas palabras
recuerdan a Isaías 53: 12: “…Cargó con el pecado de muchos, e intercedió por los
pecadores”. Jesús perdona a quienes lo crucifican, esto no es extraño,
sobre todo en Lucas, donde Jesús es el perdonador por antonomasia (Lucas 6: 27 – 35)
José Ignacio y María López Vigil, nos dan un
dato muy interesante respecto a estas palabras. Para Israel, toda muerte tenía
un valor expiatorio, hasta a los delincuentes se les invitaba a que dijeran una
oración que se llamaba “voto expiatorio” que decía: “Que mi muerte sirva de
expiación de todos mis pecados”.
Jesús no dice esta oración, pide perdón por
sus enemigos y en esa petición reconfirma su inocencia…
Vayamos a Mateo 27: 37: “Y por encima de su cabeza
pusieron un letrero, donde estaba escrita la causa de su condena. El letrero
decía: Este es Jesús, el Rey de los judíos” …
Era frecuente exponer públicamente el delito
del criminal: en el caso de Jesús, era la sedición: aspiraba a ser el rey de
los judíos. Es decir, Jesús queda signado como un líder nacionalista que
buscaba encabezar la liberación de la opresión romana. Un rebelde contra Roma.
Del letrero que dice este texto, es de donde
se desprenden las letras en latín: I.N.R.I., que se leen en las imágenes de la
crucifixión. Estas letras son las iniciales de: Jesús Nazareno Rey de los Judíos...
Pilatos escribe estas palabras a modo de
escarnio; y quizás de burla hacia Jesús y quienes le acusaban: Roma tiene el
poder de ejecutar a este sujeto, su rey, algún rey. Para nosotros, cristianos
del siglo XXI, es obvio algo que también era obvio para los primeros cristianos
y cristianas: ese rótulo de escarnio, resulta totalmente veraz: Jesús es
verdadero rey.
Según Juan 19: 20: “…el letrero estaba escrito en
arameo, latín y griego” …
Los tres idiomas tenían su justificación: el
arameo era el idioma común del pueblo judío, junto al hebreo. El latín era el
idioma oficial del imperio romano y el griego era la lengua común del imperio,
y lógicamente, la de los griegos extranjeros presentes durante las fiestas.
Volvamos a Mateo: Mateo 27: 39 - 40: “Los que
pasaban por allí, lo insultaban; movían la cabeza y decían: ¡Vaya! ¡Tú que
destruyes el Templo y lo levantas de nuevo en tres días! Si eres el Hijo de
Dios, líbrate del suplicio y baja de la cruz.”.
El texto habla de que los que pasaban movían
la cabeza, esto rememora el Salmo 109: 25: “¡Soy el hazmerreír de la
gente! ¡Al verme, mueven burlones la cabeza!” …
Como puede verse, la distorsión de las
palabras de Jesús sobre el templo había marcado la oposición a Jesús…
Pasamos a Mateo
27: 41 - 42: “Los jefes de los
sacerdotes, los jefes de los judíos y los maestros de la Ley también se
burlaban de él. Decían: ¡Ha salvado a otros y no es capaz de salvarse a sí
mismo! ¡Que baje de la cruz el Rey de Israel y creeremos en él!”
Mateo pone en boca de los jefes de los judíos
y, por ende, componentes del “sistema de dominación”, las palabras aparecidas
en el libro de los Salmos y el de la Sabiduría:
-
Salmo 22: 9: “hasta dicen: Ya que este confió en Dios, ¡que venga
Dios a salvarlo! Ya que Dios tanto lo quiere, ¡que venga el mismo a librarlo!”.
-
Sabiduría 2: 16: “Se apartan de nuestra compañía, y nos rechazan
como si tuviéramos una terrible enfermedad. Dicen que los buenos son felices
después de la muerte, y se sienten muy orgullosos de tener a Dios por Padre”.
Los que se burlan de Jesús, ven al crucificado
impotente, no miran al Hijo del Hombre que dona su vida por amor. Así la cruz
no es derrota, es la entrega amorosa más grande a favor del prójimo…
La cruz… signo escandaloso que marca el
ejemplo para los hombres y mujeres que luchan incansablemente por la
transformación del mundo…
Y esto que acabamos de decir, nos permite
profundizar un punto central: la muerte de Jesús es consecuencia de su
vida, es la expresión última del conflicto entre su persona y el “sistema de
dominación”. La cruz es la máxima contradicción de las que generó el anuncio y
práctica del Reino de Dios.
Jesús no bajará de la cruz, allí vence a la
muerte… allí es signo de salvación y liberación para el mundo…
Lucas habla del buen ladrón. (Lucas 23: 39 – 43): este pasaje merece
que se digan varios aspectos: primero, que quienes son crucificados con Jesús,
no son ladrones comunes, eran rebeldes contra Roma, como correspondía a la
tipificación del castigo de la cruz. A ellos, los crucificaron a los lados de
Jesús, lo que muestra de alguna manera, que Jesús se identifica con los
pecadores.
Segundo, si se compara el texto de la
crucifixión de Lucas con el de Mateo y el de Marcos, se concluye que el que conocemos como el autor del tercer
Evangelio, matiza con un poco de humanidad este pasaje, parte de ello es el
diálogo con el buen ladrón.
El mal ladrón lo interpela como Cristo, el
buen ladrón lo reconoce como rey: he aquí los ejes de los dos procesos el judío
y el romano por los que Jesús fue condenado…
Leamos Lucas 23: 43: “Jesús le contestó (al buen
ladrón): Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso” …
Aquí el paraíso puede ser interpretado como el
lugar de felicidad donde los justos esperan el juicio final y la resurrección…
Es indudable que la cruz en Lucas, es donde se
prueba la realeza de Jesús: es el rey justo que perdona, acoge y comparte su
reino con quienes quieran aceptarlo. Igual, para Juan, Jesús gobierna desde la
cruz…
Otro elemento particular, lo presenta el Evangelio de Juan: Juan 19: 25 - 27: “Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la
hermana de su madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena. Jesús, viendo a
su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: Mujer, ahí
tienes a tu hijo. Luego dice al discípulo: ahí tienes a tu madre. Y desde
aquella hora el discípulo la acogió en su casa”.
Aquí, sobre todo el catolicismo mira una
proclamación espiritual, María es la nueva Eva respecto a los creyentes
representados por el discípulo amado. El discípulo la recibe en su casa, con
este acto, Juan asume el rol de representación de Jesús. Es testigo cuyo
testimonio permanece para siempre en la Iglesia (Juan 21: 22 – 24) de este modo Jesús se hace presente.
María no tiene esposo ni hijos (Recuérdese que
sobre este tema de los hijos hay una diferencia entre católicos y protestantes,
por ejemplo, los exegetas de la Biblia de Estudio NVI, plantean que Juan recibe
a María, porque tal vez, sus hermanos aún no creían en él) esto, es como una
maldición para los judíos. Jesús confía recíprocamente a Juan y a María.
Seguimos en la línea del catolicismo: el
cristiano forma parte de una familia espiritual, en esta familia, María es la
madre. Además, este rol le permite a la religión, expresarse no solo en
términos masculinos, sino, femeninos…
Juan recibe a María en su casa, pero eso no
implica echar a Cristo…
Si queremos describir físicamente en que
consistía la tortura de la crucifixión, pues tendremos que decir que el
condenado estaba suspendido por los brazos, lo que le impedía respirar, con tal
de no asfixiarse se apoyaba y sometía fuerza sobre sus pies y con los brazos,
de este modo se presentaba un dolor insoportable del clavo fijado en medio de
los pies y de las muñecas. Cuando faltaban las fuerzas y no podía hacer ese
ejercicio, el condenado moría asfixiado.
Si la vida del crucificado se extendía mucho,
se aceleraba la muerte fracturándole las piernas (Juan 19: 33) por otra parte, es importante destacar que como es
lógico, se trataba de que la muerte fuera humillante, por tanto, a muchas
víctimas se le crucificaba a baja altura, esto, para que estuvieran al alcance
de aves de rapiña y perros.
Cerramos este capítulo con una cita de Marcos:
capítulo 8, versículo 34: “Si ustedes quieren ser mis discípulos, tienen que
olvidarse de hacer su propia voluntad. Tienen que estar dispuestos a morir en
una cruz y a hacer lo que yo les diga”.
Con estas palabras, Jesús nos invita a tener
una actitud: atrevernos a emprender un camino (El camino de Jesús), en el que
se saborea el fracaso, la amargura, el ridículo. El camino cristiano es duro y
es duro, porque el proyecto del Reino es subversivo: se trata de cambiar
radicalmente el “sistema de dominación”, el camino cristiano es duro, porque es
un compromiso con la justicia.
Así las cosas, también la cruz de Cristo, debe
capacitarnos para asimilar los fracasos históricos y personales sin temores ni
pasividad…
5) Muerte de
Jesús
(Marcos 15: 33 –
41; Mateo 27: 45 – 56; Lucas 23: 44 – 49. Juan 19: 29 – 37.)
Leamos Marcos 15: 33 - 34: “Llegado el mediodía, la
oscuridad cubrió todo el país hasta las tres de la tarde, y a esa hora Jesús
gritó con voz potente: Eloí, Eloí, lammá sabactani, que quiere decir: Dios mío,
Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”.
Si queremos aproximarnos a la vivencia interna
de Jesús por medio de estas palabras, su muerte la experimenta como diría San
Juan de la Cruz, como: “una noche oscura”: Si Dios lo ha abandonado, entonces
parece que Dios se ha negado a reconocer su anuncio del Reino, él debe pasar
por esta noche, para luego poder encomendar a Dios su Espíritu, como lo veremos
más adelante.
“La oscuridad cubrió todo el país” …
Israel no ha podido ver la luz del Reino, por
eso, como lo vimos antes: “la viña les será quitada” …
Pero también vale una evidencia de corte
histórico, en el mundo antiguo, los eventos de gran significación, eran
acompañados de signos en el cielo, dentro de este contexto, la oscuridad era
signo de duelo, castigo y sufrimiento.
Así, la oscuridad es castigo sobre los
gobernantes del “sistema de dominación”: ellos habían crucificado (Diría
Pablo), “al Señor de la gloria”, nosotros decimos sin excluir lo anterior que:
habían crucificado al “Cristo liberador”.
El grito de Jesús es el inicio de un salmo (el
22) que arranca con un grito de desesperación (El abandono del que carga el
pecado del mundo, la duda, la crisis, el temor) y finaliza con la certeza del
triunfo…
Marcos escribe que Jesús todavía tenía fuerzas
para gritar, lo cual es fuera de lo ordinario, en una víctima de crucifixión
que como ya dijimos, moría asfixiado. En suma, este es el grito de quien
entrega plenamente su vida. Pero, además, refleja que la muerte de este
crucificado es distinta a la de los demás ajusticiados.
Veamos el versículo siguiente: Marcos
15: 35: “Cuando lo oyeron algunos de los que estaban cerca dijeron: - Escuchen,
está llamando a Elías” ...
Es claro que la agonía de Jesús les impide a
los presentes escuchar bien las primeras palabras que pronuncia. Por otro lado,
en aquel tiempo, el pueblo creía que Elías llegaba en épocas de crisis para
cubrir a los inocentes y rescatar a los justos. Adicionalmente, hay que tener
presente que a Elías se le consideraba el precursor del Mesías, es decir, se
puede observar un mordaz juego de palabras.
Vamos a Mateo 27: 50: “Jesús lanzando un nuevo
grito, entregó su espíritu” …
Jesús muere en la cruz: une al cielo con la
tierra, une al hermano con el hermano…
Jesús muere en la cruz: he aquí la prueba más
grande del amor de Dios por nosotros (Juan
3: 16) …
Lucas presenta este
momento con mayor claridad: Lucas
23: 46: “Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu” …
Jesús pone su aliento en depósito de Dios.
Jesús sabe de la fidelidad de Dios y confía en recobrar su depósito (Salmo 31:
6) …
Este tema nos pone de nuevo, sobre el tema de
los hechos pre – pascuales y post – pascuales: ¿Sabía Jesús que iba a
resucitar?: desde una perspectiva pre – pascual, no lo sabía. De haberlo
sabido, su muerte no hubiera sido real.
De ahí que, pasajes como los de los anuncios
de la muerte, reflejan que Jesús iba teniendo claro que el proyecto del Reino
de Dios lo llevaría a la muerte, pero el tema de su resurrección individual, es
un factor post – pascual y como ya dijimos, es algo de lo que toman conciencia
sus seguidores, después de la resurrección (ya hablaremos de este tema)
. Juan describe
de este modo la muerte de Jesús: Juan 19: 30: “…dijo: Todo está cumplido. E
inclinando la cabeza entregó el espíritu” …
Lo que se había cumplido era el plan de Dios
(Con el crucificado vuelve a ser creado el mundo, de allí surgen el hombre y la
mujer nuevos) al igual que con Lucas, Jesús entrega el espíritu, pero más que
en depósito al Padre, como un don, es decir, aquí se mira un preludio de lo que
será Pentecostés.
Observemos Juan 19: 31: “Como era el día de
la Preparación de la Pascua, los judíos no querían que los cuerpos quedaran en
la cruz durante el sábado, era un día muy solemne…”.
Jesús ha derramado su sangre, a Juan se le abren los ojos, se encuentra
en la presencia del cordero de Dios (Juan
1: 39). La sangre ya no se vierte en el Templo, la sangre verdadera es la
que renueva, vivifica y libera…
Leamos Juan 19: 34: “…uno de los soldados le
atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua” …
El lanzazo del soldado era una forma de
asegurarse que estaba muerto, era una especie de tiro de gracia…
Este tema de la sangre y el agua pueden
profundizarse del siguiente modo: la sangre muestra la realidad del sacrificio
del cordero y el agua atestigua la fecundidad del Espíritu…
Muchos Padres de la Iglesia (A quienes se debe
la eclesiología de los primeros cuatro siglos), miran en el agua un símbolo del
bautismo y en la sangre, un símbolo de la Eucaristía: es decir, en estos
símbolos surge la nueva comunidad de fe: la Iglesia.
Para exegetas, como los de la Biblia de
Estudio: Dios Habla Hoy, la sangre significa la muerte y para los exegetas
protestantes de la Biblia de Estudio NVI, el agua se relaciona con Éxodo 17: 6,
donde se dice que Dios le ordenó a Moisés que golpeara la roca (Símbolo de Dios
mismo) para que el agua brotara de ella y el pueblo pudiera beber.
Vamos a Juan 19: 36: “…no le quebrarán ningún hueso”
…
Con esta referencia, Juan presenta a Jesús
como el cordero de Pascua, recordando una prescripción de este evento (Éxodo
12: 46), Jesús es el verdadero cordero pascual, cuya muerte logra la liberación
del pueblo de Dios.
En otra lógica, podemos decir que, dado que
los crucificados podían durar muchos días agonizando, las leyes romanas tenían
previsto, como forma de acelerar la muerte que se fracturaban los huesos de las
piernas a golpes a los crucificados. El desgarramiento generaba la asfixia
final.
Observemos Marcos 15: 38: “Y el velo del templo se
rasgó en dos, de arriba abajo” …
Es el velo que en el templo separa el Lugar
Santo del Lugar Santísimo (Éxodo 26: 31 – 33): se cumple lo que decía Juan,
Jesús es el nuevo templo, ya no se requiere la mediación sacrificial del
anterior, el sacrificio del cordero de Dios nos abre las puertas directas a la
presencia de su Padre (Hebreos 9: 8 – 10).
Dios ya no está en el templo…
Dios está en el Hijo del Hombre crucificado
(Dios – con – nosotros) …
Es por Cristo crucificado, que todos los
hombres y las mujeres somos llamados a ser parte del pueblo de Cristo (Efesios
2: 11 – 16) …
Con el rompimiento del velo, hay otro punto
que desde nuestro intento de lectura liberadora es fundamental: se termina la
religión legitimadora del “sistema de dominación”: aquella que manipula a Dios,
aquella que esclaviza con la Ley, aquella que conduce a la muerte.
Mateo une al
rompimiento del velo del templo, fenómenos extraordinarios: Mateo
27: 52: “Se abrieron los sepulcros y muchos cuerpos de santos difuntos
resucitaron” …
Estos fenómenos, así como el de las tinieblas,
estaban anunciadas por los profetas como señales del “Día de Yahvé” (Amós 8: 9
y siguientes) …
Mateo 27: 53: “Y saliendo de los sepulcros
después de la resurrección de él, entraron en la Ciudad Santa y se aparecieron
a muchos” ...
Aquí presenta Mateo un signo de la era
escatológica (Isaías 26: 19; Ezequiel 37; Daniel 12: 2) por la resurrección de
Cristo, los justos liberados del Hades o del “Seol”, entran en Jerusalén, pero
en la Jerusalén celestial (Apocalipsis 21: 2 y 10) (Como puede verse aquí,
Mateo usa el género apocalíptico: El Apocalipsis era un género literario muy de
moda en tiempo de Jesús, este género consiste en escribir con imágenes
grandiosas, ángeles y visiones sobre acontecimientos de la época de los textos.).
Este es el resultado del “descenso de Cristo a los infiernos” (1 Pedro 3: 19 y
siguientes)
Desde la perspectiva de Mateo, con el rompimiento del velo, Cristo muerto, conquista el
reino de los muertos y hace revivir (Luis Alonso Schokel) (Deuteronomio 32: 39;
1 Samuel 2: 6; Salmo 30: 4) …
Veamos Marcos 15: 39: “Al ver el centurión, que
estaba frente a él, que había expirado de esa manera, dijo: “Verdaderamente
este hombre era Hijo de Dios” …
Lucas dice que el
centurión lo que expresa es: “Ciertamente este hombre era justo” (Lucas
23: 47), este autor encuentra en las palabras del centurión, los ecos
del libro de la Sabiduría: “Si el justo es Hijo de Dios, él lo recatará
y lo librará del poder de sus adversarios (Sabiduría 2: 18)
De algún modo, hay aquí un anuncio de la
resurrección…
Además, hay aquí una manifestación de la
aceptación de los no – judíos sobre la deidad de Cristo. Esto lo expresa Juan, de una forma que va más allá de
un soldado romano: Juan 19: 37: “…Mirarán al que traspasaron”.
La comprensión del significado de Jesús en la
cruz, es la que motiva el que los gentiles se conviertan a la fe…
Una vez más, aquí cabe un apunte histórico:
para los romanos, el Hijo de Dios era el “César”, pero para este centurión,
representante del mismo imperio, Jesús (ejecutado por Roma) es el Hijo de Dios…
Resulta que el emperador no es dueño de nada,
en este pasaje, el emperador, no es Hijo de Dios…
Súmese que la identidad de Jesús se revela
plenamente en su muerte…
Luego de la declaración del capitán romano (Según Lucas): Lucas 23: 48: “toda la multitud
que estaba presente y que vio lo que había pasado, se fue de allí golpeándose
el pecho” …
Hemos dicho que, en Lucas, la crucifixión y muerte de Jesús tiene un velo de humanidad
y uno de esos rasgos humanitarios, es este texto. La multitud presenta señas de
angustia o remordimiento…
Vamos a Marcos 15: 40 – 41: “estaban allí mirando a
distancia unas mujeres, entre ellas: María Magdalena, María madre de Santiago
el menor y de José, y Salomé, las cuales, cuando estaba en Galilea, lo habían
seguido y servido, y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén”.
En los sinópticos, todos los discípulos huyen,
solo quedan las mujeres, íntegras y fieles. “lo habían seguido y servido” y aún
en la muerte humillante de la cruz, no lo abandonan…
Así las cosas, las mujeres se constituyen en
el punto de unión entre la crucifixión y la resurrección. Un punto de unión
entre los que abandonaron a Jesús y el resucitado, que va a unirlos de nuevo.
Esto lo veremos más adelante.
En este momento, vale la pena rescatar que, en
los inicios del cristianismo, la mujer tiene una identidad y un rol que las
mujeres no tenían antes, es lamentable y no podemos ocultar, que ese carácter
subversivo del cristianismo, también se ha perdido en muchas esferas de éste.
Cabe aquí un apunte sobre la prueba de fe de
la Virgen María, Jesús muere asesinado y ni ella ni él cuentan con la
resurrección. Es un momento de suprema soledad para ella, de fracaso, de
tristeza…
No queremos pasar a la sepultura de Jesús, sin
resumir los productos de la reflexión que se presentan en los cuatro Evangelios
sobre la Pasión de Cristo, en el tanto, es un gran escándalo y una gran locura
(1 Corintios 1: 22 – 25), cosa que hemos olvidado a fuerza de familiarizarnos
con el tiempo, con estos relatos, y a fuerza de la influencia de la teología de
la salvación en nuestra comprensión de ellos: basamos este resumen en la obra de los
teólogos Nekane Adrien y Xabier Etxeberria:
v En Marcos, se enfatiza más el silencio y
la soledad de Jesús. La revelación de Jesús como Mesías se mira al asumir sobre
sí todo el sufrimiento humano. Su relato es el más cercano al escándalo tal y
como lo plantea Pablo. Dios mismo, parece guardar silencio, todo parece apuntar
al fracaso, la muerte de Jesús es la muerte violenta del profeta.
v En Mateo se subraya el rol de Jesús como
Hijo de Dios: con su muerte, se inaugura el mundo nuevo (El sismo, la
resurrección de los santos, imágenes escatológicas del Reino)
v En Lucas se mira la lucha interior de
Jesús, tal es el caso de Getsemaní, pero de alguna manera recibe consuelo, es
en ese consuelo, en esa paz, que enfrenta su pasión, atiende a los que le
rodean (El buen ladrón), para luego, entregarse a la bondad del Padre.
v Juan es por la época de su redacción, el más alejado de los eventos
históricos de la pasión (Redacción final entre el 95 y 100 d. C), en él, Jesús
marcha al Padre por medio de una muerte libremente aceptada, en ese acto,
encontramos el evento de máxima solidaridad de Dios con nosotros, el clima de
la pasión en este Evangelio es de serenidad y gloria. La Pasión en Juan es el relato más influido por el proceso de reflexión
post – Pascual.
Por otra parte, la pasión tiene como uno de
sus ejes fundamentales, el dolor, por lo que la tortura previa y la cruz, nos
deberían llevar a reflexionar sobre el dolor de la humanidad y como cristianos
y cristianas, constituirnos en el brazo de Dios para remediarlo.
En este aspecto, la subversión del
cristianismo, debe hacerse notar al combatir esa costumbre de nuestra sociedad,
de ocultar el dolor o maquillarlo, ya sea con “espectáculo” o con “deporte”
(Digámoslo más claramente con fútbol)
6) Sepultura de
Jesús
(Marcos 15: 42 –
47; Mateo 27: 57 – 61; Lucas 23: 50 – 56; Juan 19: 38 – 42.)
Leamos Marcos 15: 42: “Como ese era día de
preparación, es decir, víspera del sábado y ya era tarde” …
Los que se ocupaban del cuerpo de Jesús se
apresuraban a terminar antes del anochecer, ya que era día de preparación, o
sea viernes, y el sábado que era día de reposo, arrancaba con la puesta de sol…
Veamos el verso 44: Marcos 15: 44: “Pilato,
sorprendido de que ya hubiera muerto, llamó al capitán para preguntarle cuánto
hacía de ello” …
La sorpresa de Pilato, se debía a que, por lo
general, los crucificados tardaban mucho en morir, y su sufrimiento
frecuentemente duraba varios días…
Marcos 15: 46: “José lo bajó de la cruz y lo
envolvió en una sábana que había comprado, lo colocó en un sepulcro excavado en
la roca e hizo rodar una piedra grande contra la entrada de la tumba” …
El sepulcro estaba en la pendiente del
Gólgota, se entraba por una puerta muy baja, que se cerraba con una gran piedra
redonda, como de molino. Es de hacer notar que si José de Arimatea (que no
abandona a Jesús como los discípulos), no hubiera reclamado el cuerpo, los
restos de Jesús hubieran terminado en una fosa común. Juan une en esta petición a Nicodemo (Juan 19: 39)
Esto es importante, la sepultura era clave
para los israelitas (Isaías 22: 16), si el cadáver no tenía sepultura, se
consideraba una última ignominia (Isaías 14: 18 – 20; Jeremías 22: 18 – 19) …
Sobre José de Arimatea y Nicodemo (Conforme a
la versión de Juan), se dice que
eran discípulos de Jesús en secreto, Jesús había hecho una opción preferencial
para trasmitir su mensaje y llevar adelante su proyecto (El Reino de Dios); esa
opción era por los pobres, esto dificultaba que personas de mejor posición
social se unieran públicamente al grupo. Súmese que, a un miembro del sanedrín
le hubiera sido muy difícil apoyar con apertura a Jesús.
Un detalle más sobre la presencia de Nicodemo
según Juan: dice este autor, que él
llevaba: “…cien libras de una mezcla de mirra y áloe” (Juan 19: 39) …
Esto muestra que Jesús es enterrado como un
Rey (2 Crónicas 16: 14), con una gran cantidad de perfumes (34 kilos). El
embalsamamiento y sepultura del cuerpo, muestra que el tema de la resurrección
no era claro, lo cual confirma la idea de que el conocimiento por parte de
Jesús y sus seguidores de este hecho, es un tema post – pascual.
Mateo 27: 59 - 60, dice que la
sábana era limpia y que el sepulcro era nuevo, lo que enfatiza la piedad del
entierro. El hecho de que el sepulcro fuera nuevo, es importante, ya que, si
hubiera estado ocupado, hubiera contaminado los huesos de cadáveres de personas
justas.
Según el Evangelio
de Juan (19: 41), Jesús es
enterrado en un huerto, lo cual recuerda el episodio de la creación, la caída
de Adán ha sido resuelta por Jesús: El Reino de Dios ha sido inaugurado con la
revelación del Rey.
Hay evidencias arqueológicas de que el sitio
donde según la tradición, fue enterrado Jesús (Que es la base donde fue
construida la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén) era un cementerio
durante el siglo primero después de Cristo.
Jesús había enseñado que, si el grano de trigo
no cae en tierra y muere, no da fruto, ahora él, es depositado en la tierra, y
de ahí surgirán los hombres y mujeres nuevos (Romanos 6: 35) …
Leamos Marcos 15: 47: “María Magdalena y María de
José observaban donde lo habían puesto” …
Las mujeres acompañan y miran donde está el
cuerpo, pues su objetivo es regresar. Ellas parecen pasivas, pero en el fondo,
están respondiendo al amor de Jesús, cuya máxima expresión fue la cruz…