Entre el 2020 que no se termina de ir y el 2021: mucho que decir… ¿Poco que esperar? (2 parte y final)
Entre
el 2020 que no se termina de ir y el 2021: mucho que decir… ¿Poco que esperar?
(2 parte y final)
Ocean
Castillo Loría.
V
Ante la realidad descrita (el
diagnóstico), en los acápites anteriores, podemos decir lo siguiente: las elecciones
del 2018, cimbraron las bases de la teoría política costarricense (Aunque suene
exagerado): el cambio del telón de fondo de esa campaña, permitió a los
populistas llegar (O más bien, continuar) en el poder.
Con esto claro (La política es
ciencia de realidades), lo que se abría, era el poner a prueba el sistema
político costarricense, por lo pronto: la dinámica del equilibrio de poderes
(En teoría funcional), no había impedido la continuidad del populismo (“Es por
vos, es por Costa Rica”)
Lo que en principio se denominó:
“la revolución de las crayolas”, terminó siendo, como el título de aquel libro
del politólogo alemán – estadounidense, Yascha Monuk: “El pueblo contra la
democracia” (Editorial Paidós)
Este gobierno del PAC (2014 –
2022), ha resultado burlesco y chapucero: digámoslo de manera resumida: de
aquel: “si me equivoco corríjanme; si me pierdo búsquenme” a “yo sé quiénes son
ustedes, yo sé quiénes quieren dañar a este gobierno” (Parafraseamos al ex
presidente Luis Guillermo Solís); y ese “Es por vos, es por Costa Rica”, que
parece una justificación bufonesca, para ideas como la UPAD, el
“estrangulamiento, vía impositiva” o “Si se portan bien, les damos permiso de
salir y de abrir negocios”. Punto aparte, del “cantinflismo” del Presidente,
del que ya hemos hablado.
Costa Rica es, como lo dijera un reportaje: “el país ´verde´
con la democracia más antigua de América Latina” (https://www.elnuevodiario.com.ni/internacionales/316374-costa-rica-pais-verde-democracia-mas-antigua-ameri/);
pero eso no significa, que no sufra ataques desde adentro: primero de los
partidos, que siendo reformistas (Socialdemócrata y Socialcristiano), abrazaron
el economicismo y luego, del populismo PAC. Ese populismo, que hasta
desfachatadamente, se brinca las líneas divisorias entre poderes (https://anep.cr/acto-de-repudio-por-la-violacion-al-principio-constitucional-de-la-division-de-poderes/)
En esta lógica, solo tomemos como ejemplo la realidad del
Poder Judicial:
1)
En el periodo del 2004 al 2018: la confianza ha
caído de: 62 a 53, en una escala de 0 a 100.
2)
A menor educación y nivel socio económico, mayor
desconfianza.
3)
El 60. 5 % de la población, considera que el
servicio que brida ese poder es regular, malo o muy malo.
4)
El 27 % de la población, desconoce cómo funciona
el sistema (Esto resulta desconcertante, bajo el contexto promedio del derecho:
“nadie puede alegar ignorancia de la ley”)
5)
Falta eficiencia en el uso de los recursos.
Por menos, han caído gobiernos y sistemas democráticos en
otros países…
Estos gobiernos del PAC, nos deben dejar una gran lección
para este 2021 y las elecciones de 2022: llevar a populistas al gobierno, daña
las instituciones democráticas. Por ello, en la campaña de este año y en las
elecciones del año entrante, debemos derrotarlos. Los populistas ganaron en el
2014 y en el 2018: en la campaña electoral de este 2021, no podemos darles
ningún espacio.
Bajo esta lógica y fortaleciendo nuestra tesis principal de
un Movimiento de Esperanza Nacional, éste debe:
-
Sacar del estancamiento económico, a los
estratos medios.
-
Comprender el papel del auge del Internet en el
marco del ejercicio democrático (Se debe combatir la sobre simplificación de la
realidad, que es, alimento del populismo y la amplificación de los defectos del
aparato institucional del Estado. Asimismo, debe lucharse contra la “brecha
digital”)
-
Promover el cambio cultural (Política para el
servicio, economía para la solidaridad y cultura para la verdadera libertad) en
la dinámica del cambio demográfico en Costa Rica.
-
Solo de este modo, se pueden cambiar las grandes
cifras, en las que se refleja, que los gobiernos, solo ejercen el poder para el
beneficio “de unos cuantos grupos poderosos”.
Este Movimiento de Esperanza Nacional debe acercar el
gobierno al pueblo. En él, la clase gobernante, debe dejar de ver a la
ciudadanía, por “debajo del hombro” (Muy propio de los gobiernos PAC)
Esto es clave, porque ya lo sabemos: partidos como el
oficialista o el mismo Frente Amplio o las posiciones más a la derecha, en el
sistema de partidos políticos o en el espectro ideológico, no defienden
nítidamente la democracia (Es decir: “proponen una revolución imposible”); aún
más, lo que hacen es empobrecer a la población.
Vale la pena, aquí citar algunos ejemplos:
a)
Recién salido (Sacado) Pinochet, la pobreza en
Chile, era de un 50 %; luego de una serie de gobiernos de centro – izquierda y
centro – derecha, ella, está cerca de un 13 %.
b)
Solo basta reseñar la realidad política,
económica y social de Venezuela, donde con el retorno Chávez – Madurista al
Legislativo, se promete un “exorcismo del periodo de Guaidó”.
c)
En Costa Rica, como ya lo hemos dicho, los
beneficios del Reformismo, todavía son evidentes, pese a los terribles zarpazos
del economicismo sobre el aparato Estatal Costarricense. Por cierto, es
interesante que, algunos comentaristas políticos, hablan de las distorsiones
del Estado, a partir de la década de los 90, pero solo como ejemplo, el periodo
del 90 al 94, fue el último, en el que verdaderamente bajó la pobreza total
(172 800 hogares); las familias pobres, bajaron de un 27 al 20 % (https://www.nacion.com/opinion/foros/infraestructura-desempleo-pobreza-y-desigualdad/LEKMBRA5UVFWFJOTRQRBYA2R3A/story/)
Así, no se trata de no tocar el capitalismo o de sustituirlo
por delirios “socialistas del siglo XXI”: se trata de reformarlo, bajo un
contexto de: “Globalización de la solidaridad” (Doctrina Social de la Iglesia);
por cierto, que plantear esto de la “Globalización de la solidaridad”, nos
implica que podemos ver una alternativa al capitalismo burgués y a esa “otra
globalización”, que, según muchos, ha redefinido los fundamentos ideológicos y
los modos de producción, así como la cultura, haciéndola relativista (Papa
Emérito Benedicto XVI)
Para ello:
-
No se puede negar el peso de las cadenas de
suministro, nacionales e internacionales.
-
Debe combatirse el consumo irracional y la
superficialidad (Debe volverse al concepto de “sociedad frugal”, que sostuviera
el ex Presidente, José Figueres Ferrer)
-
Debe darse una respuesta política a la crisis
ecológica (El modelo de liberalización económica, es ecocida)
-
El gobierno del Movimiento de Esperanza
Nacional, debe tener conciencia de ser competente y moderado en sus posiciones
ideológicas (La polarización debe acabarse)
-
La reactivación económica es fundamental. Esto
(Como objetivo máximo), nos debe llevar a superávits económicos, cuando nuestra
economía tenga mejores momentos (Tómese en cuenta que, conforme a los
conocedores, será en el 2023, cuando América Latina, recupere el PIB del 2020).
Esta es la respuesta sabia y sensible que necesitamos.
-
El electorado debe “sacar del juego”, por la vía
del sufragio universal, a los extremos de derecha y de izquierda, del sistema
de partidos políticos. Esto ayudará a
abandonar (Digámoslo con elegancia académica): “al multipartidismo polarizado”.
Este último punto que hemos expuesto (El electorado debe
“sacar del juego”, por la vía del sufragio universal, a los extremos de derecha
y de izquierda, del sistema de partidos políticos) es esencial: desde la
izquierda hasta la derecha, hay agrupaciones, que se denominan: “progresistas”,
para “capturar” a los nuevos nichos de votantes. En el caso de la derecha, el
error de los “liberal progresistas”, es que, por lo general, los liberales en
lo económico, son conservadores en lo moral.
Otro de los errores (Este proviene de los sectores
socialcristianos en el país), es el de construir una coalición, para obtener el
poder. Esta tesis, viene de donde viene, porque el socialcristianismo en Costa
Rica, después de su derrota en la revolución o guerra civil de 1948, siguió esa
senda, construyendo coaliciones con los estratos liberales del país.
El asunto contiene dos ramales de análisis:
1)
La experiencia histórica: Recuérdese que en el
gobierno de la coalición Unidad, el de Rodrigo Carazo (1978 – 1982); las políticas
variaban dependiendo de la ideología del rector de esas políticas: si era
liberal, eran de un modo; si era socialcristiano, era de otro modo; si era
socialdemócrata, pues cambiaba en relación a las otras dos (La socióloga Mylena
Vega, demuestra esto, en sus estudios de análisis político del Estado
Costarricense)
2)
La visión coyuntural: ¿El PAC es tan grande y
poderoso, que un solo partido no puede derrotarlo?: error craso. Por cierto,
que esta “distorsión cognitiva”, favorece al oficialismo, que toma esa línea
discursiva, para “convencer electorado”.
Como puede verse, un Movimiento de Esperanza Nacional, con
una ruta clara, es capaz de sostener una sana crítica, una visión solidaria,
una ética que implica orden (Y verdadero progreso), así como una clara opción
frente a la “cultura de la muerte”.
En suma: debemos volver a un gobierno, que no pone la
economía por encima de la política como: “arte de gobernar”. Debemos volver a
un gobierno que defiende valores fundamentales: los valores de la democracia
social. Y aquí, cabe otro apunte de corrección a algunos comentaristas
políticos: la democracia formal, entiéndase, la exclusiva democracia política,
no es garantía de justa producción y distribución de la riqueza, para eso, se
necesita un paso más: la democracia social.
Esa democracia social, no amenaza el discurso libre (Y no el
libertino de injurias, calumnias o difamaciones): esa democracia, no amenaza la
libertad individual, sino, que la inserta en el bien común, promoviendo el
bienestar del mayor número (Sin libertad, no hay lucha contra la pobreza, la
desigualdad o la insostenibilidad)
De este modo, vamos a recuperar la tolerancia, como bastión
de la democracia: tolerancia que han atacado los medios hegemónicos en este
país, con tal de “defender a su gobierno”. Esto ha erosionado las
instituciones: hemos vivido, una “cultura de la cancelación” (Volvemos a las
tesis de Yascha Monuk), que ha alimentado el populismo. Es la época de la pos
verdad.
Esa pos verdad en la que: “la versión oficial mil veces repetida
y machacada en todo el país por cuanto medio de divulgación encontró el
gobierno a su alcance, terminó por imponerse…” (“Cien años de soledad”)
Esa pos verdad, es la que han sufrido aquellos a los que se
les critica (Se nos critica), de “vagos o ignorantes”, por no compartir “la
línea gubernamental”; pero eso es un reduccionismo, que ha sintetizado nuestra
realidad económico – social, a la lucha de los “privilegiados”, contra “los no
privilegiados” (Volvemos a citar la Biblia: “el que tiene oídos, que oiga”)
Ya lo decía el juez español, Baltasar Garzón: “(se divide) a
la población ente buenos y malos, entre patriotas y traidores, convirtiendo al
adversario político en enemigo…”. ¿No es eso lo que hemos vivido en este
gobierno?: recuérdese como Alvarado es “Juanito Mora” y la oposición éramos (O
somos), filibusteros.
Valga decir que, no
es de extrañar, que sectores “marxistoides”, dentro del gobierno, se hayan
“gozado” del uso de la pandemia para la restricción de las libertades
individuales: cierres improvisados (O planificados) y ataques a la empresa
privada, y cuando vemos algunos Estados de Latinoamérica, nos damos cuenta, que
algunos gobiernos de derecha, reprimieron a los movimientos sociales (Como ya
lo hemos dicho, los extremos se unen)
Este es el escenario en el que, durante algún tiempo, las
llamadas “PAC – focas”, denigraban a quienes con argumentos, criticábamos (Y
criticamos) al gobierno. Conste que la campaña que viene, no está “vacunada”,
contra estos sectores, que, desde un teclado, nos acercan hasta visiones
opuestas al Estado Social de Derecho. El juego de máscaras, es de tal grado,
que los defensores de ese Estado, son etiquetados como cuasi – terroristas (Tal
fue el caso del Movimiento Rescate Nacional)
Valga decir que, si volvemos a alejar el lente de análisis,
veremos que, a los movimientos sociales, en el 2021, no les fue bien, ya sea por
aumento de la militarización o aumento de regulaciones Estatales.
Fue el confinamiento que restringió la movilización
(Característica central de estos grupos), obviamente, se aumentó el aislamiento
y, en algunos sectores, el individualismo (Pero nótese: como ese individualismo
no podía convertirse en consumismo, entonces algunos monetaristas llegaron a
plantear: “que mueran los que tengan que morir, pero la economía debe abrirse”.
Con esto, olvidaban que: sin control de pandemia, no hay recuperación
económica)
Repetimos: la campaña que viene, no está “vacunada”, contra
estos sectores, que, desde un teclado, nos acercan hasta visiones opuestas al
Estado Social de Derecho. El juego de máscaras, es de tal grado, que los
defensores de ese Estado, son etiquetados como cuasi – terroristas (Tal fue el
caso del Movimiento Rescate Nacional)
Así, estamos como en “Cien años de soledad”, de García
Márquez: “(son) malhechores, asesinos, incendiarios y revoltosos…” y cuando se
pregunta sobre la realidad de las demandas del Movimiento, la respuesta es:
“…En Macondo no ha pasado nada, ni está pasando ni pasa nunca. Este es un
pueblo feliz”.
A este discurso, muchos responden: “en el momento presente, muchísimo del mundo vive una
desgracia tras otra: la desgracia del virus y su enfermedad y la desgracia de
sistema económico monetarista. Será ese sistema económico, el que nos ha hecho
olvidar que tierra y humanidad somos uno”.
VI
Con esto dicho, regresamos a
parte del título, de este amplio trabajo: “…el 2021: ¿Poco que esperar?”: el
2021, es el año del bicentenario de nuestra independencia: ¿Podremos celebrarlo
como verdaderos patriotas?, ¿Poner por delante la bandera patria, significa
dejar de lado nuestras diferencias, en un año de campaña electoral?
Precisamente, la respuesta a esta
última pregunta: ¿Poner por delante la bandera patria, significa dejar de lado
nuestras diferencias, en un año de campaña electoral?, para nosotros es
negativa: esto es mirar o construir concertaciones ficticias, eso intenta el
gobierno y los seguidores que le quedan.
Creemos eso sí, en la idea, de
que, para corregir el “desastre PAC”, debemos volver a lo básico:
-
La visión político espiritual de un Julio Acosta
(Y citándolo a él, citamos a los viejos liberales, a los que debemos el
esfuerzo en materia educativa)
-
La visión social de un Calderón Guardia (Véase
como en estos tiempos, una de las ventajas de nuestro país, es la existencia de
un sistema universal de salud, universalización empujada, durante el gobierno
de Daniel Oduber)
-
La tesis del bienestar del mayor número, de un
José Figueres y los socialdemócratas (Nótese como hitos, de la altura de la
abolición del ejército, nos impide estar peor, en materia fiscal)
-
La sensibilidad social de un Manuel Mora
Valverde.
Para ello, no podemos olvidar
nuestras raíces: ya lo decía el padre Benjamín Núñez Vargas: “si queremos
encontrar respuestas a los problemas de este país, no podemos dejar de estudiar
nuestra historia” (Esto lo expresó en su última entrevista, dada a la
televisión)
Debemos recuperar nuestra
identidad: por eso, debemos alejarnos de las tesis del marxismo cultural.
Debemos recuperar nuestra solidaridad; distanciándonos del individualismo
económico (No es cierto como nos dice la derecha, que todos partimos de la
misma línea de salida, para llegar a la misma meta: unos con entrenamiento,
otros sin él y unos sin zapatos para correr); debemos regresar (Insistimos), a
la democracia social.
Necesitamos pues, regresar a
nuestros orígenes sociológicos: fe cristiana, amor al trabajo, solidaridad.
Este es el sentido de nuestra convivencia (Por tanto, de nuestra política) y
reafirma nuestra esperanza en el futuro: amor a Dios y amor al prójimo
(Concretados en respeto y solidaridad)
Con estas herramientas básicas,
deben ir nuestros gobernantes en el 2022: la fortaleza de los valores de
familia, los valores sociales, culturales, históricos de Costa Rica; esto,
teniendo claros los roles, de Estado, Sociedad Civil organizada y la no –
organizada.
Entonces este 2021, esta campaña
electoral en la que ya estamos, este bicentenario que se aproxima, nos debe
hacer pensar en un gobierno fruto de un Movimiento de Esperanza Nacional, que,
nos lleve a un pacto social reformista (No a Constituyentes, que terminan
siendo “cajas de pandora”), no a “fundar o refundar una ´Nueva República’”,
basados en pensamientos cristianos, ultra – conservadores. Conste eso sí, que
una cosa es pensamiento cristiano ultra – conservador y, otra, es una
teocracia, como lo confunden algunos comentaristas políticos.
Lamentablemente, no estamos
exentos de ideas de ese tipo. mientras escribíamos este amplio trabajo, un
potencial precandidato del PLN, dejaba un mensaje claro, en el sentido, de que
Dios lo había llamado, para “gobernar Costa Rica”.
Entonces, repetimos: esta campaña
electoral en la que ya estamos, este bicentenario que se aproxima, nos debe
hacer pensar en un gobierno fruto de un Movimiento de Esperanza Nacional, que,
nos lleve a un pacto social reformista.
Tal pacto del que hablamos,
obliga a que partidos como el PLN y el PUSC, reestablezcan lazos con los
sectores sociales o sociedad civil organizada. En este punto, cabe el
señalamiento histórico de que ha sido el PLN, el que, por su naturaleza
originaria, mantuvo claros contactos con: cooperativismo, sindicalismo,
solidarismo etc.
Esto nos exige, liderazgos
críticos, frescos y reflexivos: lo decimos sin tapujos: por eso, nos alegra, la
existencia de un Movimiento de Esperanza Nacional, que, con más de 500
costarricenses en sus grupos de trabajo, “sin miedo y sin permiso”, ya laboran,
por la línea de pensamiento, que estamos planteando aquí. Este Movimiento, cumple
así un requisito fundamental que exige nuestra política: la construcción de un
liderazgo colectivo, con la claridad de un modelo de desarrollo reformista.
La tarea no es menuda…
En el Movimiento de Esperanza
Nacional:
-
Se están forjando ideas, planes y programas para
la inclusión económica. No solo las de minorías.
-
Se están forjando ideas, planes y programas,
para la educación y el emprendimiento (Para mirar ideas básicas al respecto,
nuestro texto: https://cambiopolitico.com/esperanza-educacion-cambios-necesarios-que-no-solo-son-posibles-sino-urgentes/142699/)
-
Se están definiendo rutas claras, para derrotar
el alto costo de la vida. Así como los caminos para la construcción de una
sociedad frugal (Es decir, nuestros economistas, se preocupan porque los pobres
dejen de serlo y no, porque los ricos sean más ricos)
-
Se tienen tesis centrales para la reactivación
económica y combatir el desempleo (Es decir, para combatir las verdaderas
causas del rompimiento de nuestras familias y nuestro tejido social); por
cierto que, ellas deben contemplar a los diversos sectores de la economía, así
como, la interacción entre lo rural y lo urbano, la periferia y el centro.
-
Se tiene a los cuadros experimentados, para
abordar respuestas a: la tecnología de quinta generación, el Internet de las
cosas, la inteligencia artificial. Del mismo modo, se aborda lo que para muchos
es la Cuarta Revolución Industrial.
-
Se tienen claras las rutas para la
descentralización y la desconcentración, del Estado Costarricense.
Todas estas iniciativas, bajo los
principios del reformismo: criterios de solidaridad, humanismo cristiano, de
nuevo: democracia social…
Democracia social, que nos debe
hacer retornar a la equidad: equidad que no es mero economicismo o marxismo de
nueva ola. Equidad basada, en la educación y la cultura, así como un
robustecimiento del Estado de Derecho (Inspirados en figuras como Don Ricardo
Jiménez Oreamuno, Don Cleto González Víquez y José Figueres Ferrer)
Valga decir que ese Estado, debe
estar atravesado por una verdadera ética (No como la del oficialismo) y por la
construcción de la justicia social. Para tal fin, el Estado costarricense, no
debe quedar al vaivén del libertinaje de mercado, debe volver a ser
planificador, transparente y fuerte en la lucha contra la corrupción. Un Estado
con claro sentido nacional y de nuestra identidad, un motor de un verdadero
humanismo cristiano.
La Democracia social de la que
hablamos, está sustentada en 3 bastiones:
-
Un realimento de nuestra democracia
representativa y participativa (Como lo dice el líder del Movimiento de
Esperanza Nacional, Claudio Alpízar Otoya: “Saber navegar con los instrumentos Estatales
que tenemos”); por ejemplo, una vez recobrada la confianza política, podría
profundizarse la democracia participativa, como muestra, con la ejecución de la
ley 5525, que contempla consejos sectoriales y sub regionales de desarrollo. En
esta línea, somos firmes creyentes, de la imperiosa necesidad de subrayar el
papel de la planificación, por encima del “libertinaje de mercado”.
-
Una verdadera reforma educativa.
-
Un pacto social, que, defienda la ecología (Si
bien, la pandemia, nos ha permitido, ver la protección de ciertos ecosistemas,
también se mira el aumento del uso del plástico y el mal desecho del material
de algunas mascarillas. Súmese que somos la última generación, que puede frenar
las más fuertes consecuencias del calentamiento global) sin ir en detrimento de
la reactivación económica.
He aquí, lo que hemos dicho en
acápites anteriores: proyectos de largo plazo (Esos que, tanto necesitamos) …
con esto, el Movimiento de Esperanza Nacional, rompe lo que ha sucedido, por lo
menos en los últimos 20 años: grupos que llegan al poder, pero metidos 4 años,
en el inmediatismo.
Esto significa que este
Movimiento (Nuestro Movimiento): cree firmemente, primero, que muchos de los
que hoy se dicen políticos, en el fondo, no lo son: el neoliberalismo, nos convenció
durante la década de los 90, que, los políticos habían arruinado el Estado y,
por lo tanto, lo que se requerían eran técnicos, pero ¡Oh milagro!: por arte de
birlibirloque, los técnicos se convirtieron en “políticos”: ¿Y el Estado?:
igual de arruinado.
Entonces se requieren verdaderos
políticos: primero, como ya lo dijimos: con “virtú” y, en segundo lugar: con la
visión y la eficiencia, para encontrando el bien común, construir el bienestar
del mayor número. Esto implica, la elaboración de políticas de Estado (Largo
plazo) y de políticas de gobierno (4 a 8 años máximo)
Claro está, los cuadros para
tales fines, deben ser preparados y (Contrario a lo que piensan algunos
comentaristas políticos de corte tecnocrático), empapados en la ideología,
planes y programas del partido político vencedor en las elecciones, de modo
que, puedan alimentar “la legitimidad en construcción”, de la que ya hemos
hablado.
A estos elementos mencionados,
debemos sumar la defensa de la soberanía (Recordamos aquí a Don Manuel Mora
Valverde): la soberanía no va contra la globalización de la solidaridad. Si se
mira el sistema internacional, éste está cundido de tensiones y retos (Solo
pongamos como ejemplo, la seguridad nacional e internacional)
Hoy el tema de soberanía, es un tema
de recursos: recursos naturales (De nuevo, ecología) y el tema de la producción
de los alimentos. No podemos tener una mentalidad aldeana: recursos como el
agua, son apetecidos por los sectores para los que viene gobernando el
oficialismo; asimismo hay ambición por los recursos minerales.
Aquí no podemos olvidar, los
intentos privatizadores del agua (Mediante proyecto de ley), de los diputados
del PAC (¡Tenía que ser!):
A) Por
su forma de ser tramitado sin transparencia (¿No era que la Acción Ciudadana,
era lo contrario?)
B) Por
negar la capacidad de actualización de la ley vigente (Del gobierno de Calderón
Guardia)
C) Por
querer erosionar las funciones de manejo, protección y conservación de las
aguas subterráneas.
D) La
búsqueda de la creación de sociedades agrícolas, para participar por
concesiones de agua, lo que es en concreto, privatizar el recurso.
E) La
posibilidad de que dueños de fincas de hasta 35 hectáreas, puedan por derecho
disponer de “agua para uso doméstico”, por medio de perforación de pozos.
F) No
prohibir la exportación de agua envasada, desde lugares que se sabe sufren
escasez del líquido vital. Esa prohibición, tampoco existe en caso de
emergencia nacional o de otra pandemia.
G) Bajo
este contexto, buscarían hasta una reforma constitucional sobre la materia.
H) No
teniendo claro, a quien correspondería la gobernabilidad, del recurso demanial
que es el agua.
I)
Sin tener claro a quien, le correspondería la
función de alcantarillado.
J)
Retroceso en la incorporación de las comunidades,
para el control del recurso hídrico.
K) Se
desdeñan amenazas como contaminación o comerciales, sobre el agua.
L) Impuestos
a las “ASADAS”, disfrazados como “cánones”.
M) Creación
de un impuesto por uso de aguas, para proyectos hidroeléctricos (Públicos o
privados); como puede verse, esto va contra la tesis, de democratizar los
servicios de agua y electrificación, en todo el país.
N) Este texto, se presenta bajo directrices,
entre otras organizaciones, del Banco Mundial (La crítica al proyecto la hemos
basado en: https://www.elpais.cr/2020/07/31/decimos-no-a-la-ley-privatizadora-de-la-diputada-paola-vega-pac/)
Pero regresemos a la óptica internacional:
ya el agua, es un bien, cotizado en las bolsas internacionales y generador de
conflictos o alianzas estratégicas (En honor a la verdad, ya desde la campaña
2001 – 2002, el PLN, venía advirtiendo sobre este tema)
En materia de producción de alimentos, sin perder de vista
lo que ya hemos dicho: no se puede negar el peso de las cadenas de suministro,
nacionales e internacionales. Sí debe valorarse, el tema y los mercados, en
casos específicos. De nuevo, no es descabellado, rememorar las ideas del Ex
Presidente Luis Alberto Monge al respecto.
En materia internacional, no es ocioso, mirar la fuerza de
Asia, estableciendo para ello, una estrategia, de la que podamos obtener
beneficios, sin despreciar, obviamente a los Estados Unidos, ni a la Unión Europea
(lógicamente, esta estrategia debe valorar la dinámica internacional del
gobierno Demócrata de Joe Biden)
Así las cosas, terminamos este acápite con esta idea central
expuesta: no podemos olvidar nuestras raíces: ya lo decía el padre Benjamín
Núñez Vargas: “si queremos encontrar respuestas a los problemas de este país,
no podemos dejar de estudiar nuestra historia”.
Eso significa, no que idealizamos la historia, también ya lo
ha dicho, el analista internacional: Moisés Naím: “No quiero idealizar el pasado,
ni sugerir que los líderes de antes siempre fueron mejores. Ha habido de todo.
Hemos tenido a Hitler y a Churchill, a Mao y Mandela. Pero es indudable que
esta pandemia ha sorprendido al mundo en momentos de gran debilidad
institucional. Las crisis cierran muchas puertas, pero también abren otras.
Esta crisis tendrá muchas consecuencias inesperadas. Quizás una de ellas sea
una fuerte reacción contra los gobernantes pequeños y la llegada de líderes que
estén a la altura de los grandes problemas que tenemos”.
VII
Así las cosas, regresemos a la pregunta que daba inicio al acápite
anterior: “…el 2021: ¿Poco que esperar?”: se trata de redibujar el reformismo,
con un proyecto existente y ejecutable, se trata de no despreciar tampoco a la
Doctrina Social de la Iglesia (Extrayendo lo útil que ella tiene, desde Juan
XXIII a Francisco)
Es pues, el Movimiento de Esperanza Nacional, osando
recuperar, haciendo suyo, lo mejor del pensamiento verdaderamente liberal, del
socialcristianismo, de la socialdemocracia y del socialismo “a la tica”. Para
ello, se tiene: creatividad colectiva, inclusión y participación.
Desde esa idea, el Movimiento de Esperanza Nacional, debe
ser un actor diferenciador entre las ideas de los diversos partidos políticos,
con propuestas, interesantes, innovadoras, nuevas. Con lo cual, se daría un “re
encanto” con la política o como dice Claudio Alpízar Otoya: “hacer política,
con P mayúscula”.
De este modo, se busca que el proceso electoral, sea
esperanza, buscando el bien común, para el bienestar del mayor número. Es la
política, subordinando la economía, con el “arte del buen gobernar”.
Se trata de la “revolución posible”: un cambio estructural,
sustentado en:
-
políticas
contra la desigualdad.
-
la
reactivación económica y la justicia distributiva.
Un verdadero planteamiento
socialdemócrata (El que abraza un entendimiento entre lo público y lo privado,
para el aumento de la riqueza nacional, con una justa distribución de
beneficios y oportunidades)
Un planteamiento que:
1)
Busca restañar la división capital / trabajo,
viendo a los participantes del primero, como concesionarios sociales, que
necesitan de los segundos.
2)
De nuevo: busca alimentar los ejes,
participativo y representativo de la democracia.
3)
Plantea la globalización de la solidaridad: las
reglas de ella, deben cubrir los intereses económicos y laborales del globo
(Sobre esto, debemos haber aprendido mucho en este tiempo de pandemia: la
economía, debe ser para la solidaridad y evidentemente, para la vida)
4)
Sostiene el concepto de soberanía, tal y como lo
hemos explicado ya, en este trabajo.
5)
Plantea los conceptos de defensa de la ecología
nacional, tal y como ya, los hemos explicado.
6)
Busca igualdad económica y digital.
7)
Tiene como ejes: Solidaridad y humanismo
cristiano: no a las políticas discriminatorias.
Estas son las ideas, con las que un grupo de valientes (Hay
que reconocerlo así), desea levantar la tea de la patria, que ocho años de
gobiernos PAC, han dejado maltrecha. Esto, bajo el claro liderazgo de Claudio
Alpízar Otoya, un Movimiento, con gente de carácter, dispuesta a tomar
decisiones, para enrumbar al país, por el camino correcto del reformismo,
camino que nos sacará de la crisis.
Aún más, con estas tesis, refutamos la idea de algunos
comentaristas políticos, en el sentido que, los analistas políticos, no hemos
hecho un esfuerzo por adentrarnos en las condiciones, que pueden producir un
acercamiento mayor, para, desde la perspectiva ideológica, buscar el bienestar
de los pueblos. Súmese, que igualmente, estamos presentando un sustrato
ideológico, para una clara oposición a las extremas, derechas, izquierdas y por
qué no decirlo, al centro – derecha.
Así las cosas, tanto el Movimiento Esperanza Nacional, como
el sustrato ideológico que hemos expuesto, cumplen uno de los objetivos, que
varios comentaristas políticos, han deseado para este 2021: el regreso del PLN
a sus raíces ideológicas, y a sus principios éticos. Pero claro, con una
actitud crítica (Que se concreta en la síntesis ideológica, de la que hemos
hablado)
2021: ¿Poco que esperar?: estamos esperanzados, en que sí
hay mucho que esperar: empezando por un electorado responsable que, vea los
cuadros de los diversos partidos políticos, que compare las sendas de la
“revolución posible”, versus los caminos de las “revoluciones imposibles”, del
socialismo del siglo XXI y del neoliberalismo.
Valga decir que en esas “revoluciones imposibles”: de un
lado, de lo que se trata es de ahogar la iniciativa privada bajo el Estatismo y
del otro, ahogar la iniciativa Estatal, bajo el “capitalismo salvaje”.
Hay mucho que esperar de los partidos políticos, quienes
deberían enfocarse en buscar el bien común, partiendo de los más pobres y
necesitados, para de allí, ir hacia el bienestar del mayor número.
Esto es lo que espera la Costa Rica, digna y sencilla.
Esto (debería) esperar la juventud. Deberíamos de abandonar
el inmediatismo, para pensar solo para poner un ejemplo, en nuestras niñas y
nuestros niños.
Esto esperan los campesinos (A los que el discurso
monetarista, ha condenado prácticamente a la extinción)
Esto espera un empresariado patriótico.
Es lo que espera el empleado público, que cumple sus
responsabilidades.
Es lo que esperan nuestros adultos mayores.
En suma, que lo que esperamos, es la recomposición de nuestro
tejido social, el reencuentro con nuestra identidad y nuestra historia (Como lo
hemos probado en este amplio texto)
2021: ¿Poco que esperar?: no… mucho que esperar: empezando
por los aprendizajes de la pandemia: sin dejar la fe teológica, reconocer la
importancia de la ciencia como conocimiento, pero en la lucha por la vida (Y no
alimentado la cultura de la muerte); entender que el individualismo económico,
que se ha extendido a otras áreas de nuestra cultura, es inútil, porque nos
necesitamos los unos a los otros; volver a que lo importante es la familia y no
el consumo irracional, en el libertinaje de mercado.
Entender que la pandemia no es solo una cuestión de salud:
es una realidad, política, económica y social. Ya en términos de “teorías de
riesgo”, el analista Urlich Beck, había planteado escenarios de este tipo. No
en balde, también recordamos a Niklas Luhmann: entre más se busca solucionar la
incertidumbre, más aumenta y se complejiza.
2021: ¿Poco que esperar?: para nada: lo más importante y que
no se puede postergar: la conjunción de voluntades, en un Movimiento de
Esperanza Nacional, para superar la peor crisis que estamos viviendo. Así, contrario a lo que algunos analistas
dicen, el 2021, no debe ser el escenario de una sociedad del miedo, debe ser el
escenario de una sociedad, la costarricense, de la esperanza. Esperanza, basada
en una visión compartida: el reformismo.
Inclusive, en esta línea: hoy se sabe que el Foro Económico
Mundial, está proponiendo para su reunión de este año, un “reinicio del
capitalismo” (https://cronicon.net/wp/las-expectativas-de-america-latina-frente-a-la-agenda-post-pandemica-del-expoliador-y-desvergonzado-capital-financiero-internacional/),
desde el Movimiento Esperanza Nacional, podemos decir sí: “reiniciemos el
capitalismo, pero que sea un capitalismo regulado, donde buscando el bien
común, logremos el bienestar del mayor número”. Entonces, el logro de modelo,
sería el mercado regulado.
Valga decir, que, en este marco, la socialdemocracia –
cristiana, del Movimiento Esperanza Nacional, se separa de la interpretación de
los “liberales – socialcristianos” (Como evidencia tenemos los criterios del ex
presidente Miguel Ángel Rodríguez), quienes, dicen estar de acuerdo, por
ejemplo, con el Papa Francisco, pero… se distancian de él cuando dice: “que el
sufrimiento de los más pobres, es fruto del capitalismo”.
Entonces: repetimos: el 2021, no debe ser el escenario de
una sociedad del miedo, debe ser el escenario de una sociedad, la
costarricense, de la esperanza. Esperanza, basada en una visión compartida: el
reformismo. De ese modo, combatiremos “la forma de gobierno del miedo”, que, en
muchos momentos, le ha resultado muy eficaz al PAC.
Esperanza para creer en un mañana mejor.
Esperanza para pensar en el largo plazo.
Esperanza, para saber que este planeta tiene solución, desde
la voluntad, desde el aguante, a pesar de nuestros fracasos…
Esperanza para construir: un país, más justo, pacífico y
sostenible.
2021: año nuevo, pero con prohibición de olvidar, para no repetir
los errores que hemos cometido en el pasado, y que todavía estamos pagando…
entre ellos, dejar la manipulación, en la que todo es culpa o de los cristianos
o del déficit fiscal.
2021: año de campaña para las elecciones presidenciales y
legislativas del 2022: tenemos que saber escoger: esto, inclusive, tomando en
cuenta que los acuerdos que surjan del sistema político, deben ser lideradas
desde el Poder Ejecutivo y la Asamblea Legislativa (Por lo que, ese electorado,
debería abandonar la idea, de convertir en un “picadillo” al parlamento); esta
idea se refuerza tomando en cuenta que, por primera vez, el partido que gane
las elecciones en febrero o abril del 2022, tendrá iniciativa de ley, a partir
del 8 de mayo, cuando asuma el poder. Esto implica, que tiene plazo casi
inmediato, para comenzar a concretar su programa de gobierno, por la vía de la
“legitimidad formal”.
2021: año para comprender que: uno de los tópicos que deben cambiar es
el entendimiento de la economía: desde el reformismo político, desde el
cristianismo liberador, la economía, debe ser para dar vida, proteger la vida y
mejorar la vida. Esta es parte de la
respuesta a la pregunta: ¿Qué tipo de sociedad queremos?
2021: año en
que, debe repensarse la política y la economía (los bastiones de ese re
pasamiento, deben ser: el cuidado, la solidaridad social, la corresponsabilidad
y la compasión. Tal y como lo demuestra el teólogo de la Liberación, Leonardo
Boff)
2021: año no
solo para despertar la razón (La racionalidad “ilustrable”), sino también, lo
que podemos denominar la razón sensible, la razón cordial (La que viene del
corazón): hay que superar la indiferencia, hay que solidarizarse con los demás.
2021: debe ser
un año que nos conduzca a construir una globalización de la solidaridad,
globalización que, debe sustentarse en dos pilares que aquí, de un modo u otro,
hemos expuesto: una ética económica solidaria y una ética política que potencie
la afectividad.
2021: año en el
que la solidaridad debe tomar el timón, año en que una política basada en el
servicio, debe ser motor de “la revolución posible”.
2021: año en el
que, mientras la opción tradicional de centro – derecha en Costa Rica (El
PUSC), se debate (Como siempre), entre el monetarismo y el “Calderonismo
histórico”, el Movimiento de Esperanza Nacional, abraza, una visión reformista,
luchando desde la trinchera del PLN. La idea, es pues, con esta visión, darle
una ruta de búsqueda de poder político de altos vuelos (Una visión de
“Estadismo” y no de simple administración cuatrienal); una visión policlasista
y policultural.
2021: año, en el que volvemos a conceptos que el
economicismo, nos ha hecho olvidar: Estado Social de Derecho, Bienestar social,
educación para la movilidad social, defensa de la ecología, economía mixta en pro
de la clase media.
2021: año de la
política, como participación y convivencia: el no participar, el no convivir,
no es opción. Ya no basta el razonamiento cínico y economicista de: “Yo no
voto, pero pago impuestos y, por lo tanto, puedo reclamar”.
2021: año de
ver caras nuevas y planteamientos serios, para la respuesta de los problemas
nacionales. Personas y planteamientos que, generen verdadera Esperanza.
2021: año en el que se nos presenta un Movimiento (El
Movimiento de Esperanza Nacional) y un liderazgo humilde, capaz de hacer
autocrítica y propuesta, para hacer juntos el camino: Claudio Alpízar Otoya.