Una nota sobre la situación del PLN.
Una nota sobre la
situación del PLN.
Ocean Castillo Loría.
El Partido Liberación Nacional
tuvo un giro ideológico: desde su fundación en 1951 hasta 1978, sostuvo tesis
propias de lo que podríamos llamar una socialdemocracia clásica, es decir, una
clara idea de intervención del Estado en la economía.
Esto generó una gran movilidad
social y un inmenso bienestar de la sociedad costarricense. La claridad
ideológica del PLN, generó como fruto que los liberales, terminaran unidos a
los socialcristianos, lo que hizo que las diversas agrupaciones opuestas al
PLN, tuvieran un eje claro del centro hacia la derecha, en el espectro
ideológico.
En el campo de la estructura
partidaria, esto no significó que la agrupación no sufriera del electoralismo o
las luchas de poder en la cúpula. Baste como ejemplo, el texto del entonces
Secretario General del partido, Luis Alberto Monge: “Liberación Nacional,
drama, glorias y esperanzas”.
Las cosas cambiaron luego de la
administración de don Rodrigo Carazo (1978 – 1982); el PLN vuelve al poder
luego de ese gobierno, pero la realidad había tenido una transformación: los
liberales habían logrado dominio en países como los Estados Unidos e
Inglaterra, es el momento en el que Ronald Reagan dice que: “el Estado no es la
solución, es el problema”.
En países como Costa Rica, esto
significó la puesta en práctica de lo que se conoce como el “ajuste
estructural”, tal ajuste planteaba una idea central: el Estado no debía ser el
gran organizador social, debía serlo el mercado.
Esto implicó que el PLN, dejase
de lado de un modo u otro, uno de sus postulados esenciales: la intervención
del Estado en la economía. La administración Monge (1982 – 1986) y la primera
administración Arias (1986 – 1990), anduvieron por esa senda. Eso sí, autores
como Rolando Araya Monge en su libro: “Testigo de Excepción”, ha probado que la
capacidad de negociación de la administración Monge, generó que el “ajuste”, no
fuese tan fuerte como lo querían los Organismos Financieros Internacionales.
En el caso de la oposición
socialcristiana – liberal, termina unida en el Partido Unidad Social Cristiana
(PUSC), lo que no implica que en el PLN, haya también una clara corriente
liberal. Hay que decirlo cuando menos rápidamente: el PUSC, vivía en una
“eterna” dualidad: se basaba en un discurso social, fruto de la herencia del
gobierno del Dr. Calderón Guardia (1940 – 1944), pero a la hora de llegar al
poder, ejercía bajo prácticas neoliberales. Solo como ejemplo, durante la
administración Calderón Fournier (1990 – 1994), se pone en práctica la llamada
“movilidad laboral”, que buscaba la
disminución de la planilla del Estado.
El PLN volverá al poder en 1994,
bajo el liderazgo de don José María Figueres Olsen (1994 – 1998), ya en ese
momento, desde su precandidatura, él señalaba que el partido se había desviado
ideológicamente y las estructuras eran víctimas del electoralismo (Basta
observar lo que expone Figueres Olsen, en su libro: “El futuro comienza ahora”,
GALA, 1993)
El gobierno de Figueres, llega al
poder, bajo una línea de “recuperación ideológica del partido”, esa línea, se
presentaba bajo la tesis de “un ajuste estructural a la tica”, lo que
significaba un rechazo al Programa de Ajuste Estructural III (PAE III), que
dicho sea de paso, había sido apoyado por el candidato perdedor de las
elecciones: el Dr. Miguel Ángel Rodríguez (PUSC)
La administración en términos de
un análisis político del Estado Costarricense, se divide en dos partes:
1) Dos
años de choque con la fracción opositora del PUSC.
2) Dos
años en la búsqueda de negociaciones, que traerá como consecuencia, el “Pacto
Figueres – Calderón”, que en el fondo, era la profundización del modelo
neoliberal, esto, por medio del cierre de una serie de instituciones públicas.
En esta etapa, el electoralismo era muy claro en las
estructuras partidarias: más que el pensamiento y la generación de planes y
programas, que alimentasen la dinámica electoral, lo que importaba era “obtener
hueso” en el poder Ejecutivo, en el Legislativo o en las municipalidades. De
esto dejó constancia, el entonces Secretario General del PLN, Walter Coto
Molina, en su libro: “Vamos hacia la reforma del partido” (Partido Liberación
Nacional, 1990)
El canibalismo dentro de las
estructuras del PLN, tendrá un culmen en un fraude realizado en la convención
partidaria de 1997, donde se llevaron a cabo una serie de irregularidades. Este
factor, no dejaría de afectar la derrota del partido, en las elecciones de
1998.
Este tema no se detendrá, en la
esfera ideológica, la fracción legislativa del PLN, apoyará el proyecto
denominado el “Combo del ICE”, que buscaba la apertura del mercado de
telecomunicaciones (Bajo la tesis: “Más mercado, menos Estado”); posición que
tendrá que cambiar como fruto de la presión popular y el accionar de la llamada
“Comisión Mixta”.
Para el 2002, una de las
principales dificultades con la que se topó el candidato presidencial Rolando
Araya Monge, fue el generar conciliación entre las diversas tendencias que
buscaban candidatura a diputación en esa campaña (Araya llegaría a decir en
algún momento, que perdió mucho tiempo, tratando “de arreglar los mosaicos que
me habían quedado quebrados en las provincias”); el PLN perderá las elecciones
presidenciales del 2002, en las dos rondas.
De cara al 2006, el dominio era
más hegemónico por parte del ex presidente Oscar Arias Sánchez. Esto tuvo
consecuencias ideológicas: Arias hablará de una “socialdemocracia flexible”, la
flexibilidad consistirá en ir hacia una mayor participación del mercado, en
detrimento del Estado. El puntal de esta visión, era el apoyo al DR – CAFTA
(Para mirar detalles de la visión ideológica de Arias, baste leer su libro:
“Hagamos juntos el camino”. Partido Liberación Nacional. Instituto Rodrigo
Facio. 2005); esa senda de la socialdemocracia flexible, se continuaría en la
administración de Laura Chinchilla (2010 – 2014), la evidencia de ello, es la
política focalizada de las redes de cuido.
Las elecciones de 2014 y 2018,
resultan modélicas: sinteticemos la primera:
1) En
4 encuestas, era claro que Johnny Araya
iba a sufrir una fuerte derrota. Para la segunda ronda, se proyectaba la
debacle.
2) Ya
se venían dando recriminaciones entre el comando de campaña, por la derrota de
la primera ronda.
3) Algunos
tenían claro que las elecciones se iban a perder, pero querían competir en la
segunda ronda, “por el orgullo liberacionista”.
4) En
algún momento, se había alegado que el PLN no tenía dinero para seguir, pero
luego se supo que esto no era cierto.
5) Un
sector del comando de campaña, plantea el retiro de la contienda de la segunda
ronda.
6) Otro
sector estaba en contra de la idea del retiro, bajo el pensamiento de que la
base liberacionista, no se los perdonaría.
7) La
versión oficial del retiro, era generar un acuerdo interpartidario. (Esta
síntesis está basada en: https://semanariouniversidad.com/pais/pln-tres-anos-despues-del-abandono-de-la-campana/)
Ya para esta campaña, era
evidente que se había perdido la mística en los barrios, los distritos, las
comunidades, los cantones, las provincias. Un importante sector de “los
movilizadores de voto”, pedían dinero para hacer su trabajo (Muestra de las
hordas de mercenarios que dicen: “Si salen del partido y regresan y si podemos
reclutar a cualquiera y si pagan millones en asesores, nosotros también
queremos una tajada de ese pastel”)
Pese a ello, quien escribe
estas líneas, también fue testigo de
cómo dirigentes de base, decían que de su propia bolsa, mantenían la infraestructura
básica para seguir en la competencia electoral.
Las elecciones del 2018, las
podemos resumir del siguiente modo:
a) Durante
el recuento de votos en la convención del PLN, Álvarez, refirió a un potencial
fraude, por parte de la tendencia Figuerista.
b) Por
primera vez, el PLN no pasa a la segunda ronda electoral.
c) Es
la segunda vez, que tiene dos derrotas consecutivas (La primera vez fue en 1998
y 2002)
d) Evidentemente,
la dirigencia del PLN, que le da su apoyo al Partido Restauración Nacional
(PRN) para la segunda ronda, vuelve a caer derrotada.
En ese momento, se comienza a
plantear una idea para salvar al PLN: una renovación total, claro está, esa
renovación no se mira “desde adentro”. Esto se confirma con la alianza de
diputados como Carlos Ricardo Benavides con el gobierno (La impresión, es que
hay un movimiento de tipo “maquiavélico”, en el que “el PLN le ayuda a Alvarado
a llevar la cruz, pero éste y su partido al final, pagarán la factura
política”)
A esto debe sumarse la realidad
del PAC: ellos son muy buenos en la manipulación mediática, súmese que parece
que la táctica de este partido, es inaugurar una serie de obras públicas, que
les permitiría erigir la tesis: “en un gobierno que no roba (Como los del PLN y
el PUSC), se pueden hacer cosas”. Súmese
que podría inclusive, abrirse la posibilidad de robar banderas históricas del
PLN y hasta postular un candidato o candidata con un “apellido histórico” de
ese partido.
Hoy, la agrupación verdiblanca,
se “remece”, en las canchas de “la pequeña política”: en medio del proceso
electoral municipal, se acusa al diputado Daniel Ulate, de haber dado apoyo a un
candidato a alcalde del PUSC (Pero curiosamente, nada se dice por ejemplo, de
los apoyos recíprocos entre los diputados Benavides y Muñoz, en pro de la
profundización del modelo de liberalización económica, digamos más claramente:
del capitalismo salvaje)
Esto del diputado Ulate, en el
momento presente, es considerado como una traición inadmisible, imaginamos que
el vuelco ideológico del que hemos hablado en párrafos anteriores, es un giro
admisible (Esto quedaría confirmado por el concepto de “socialdemocracia
flexible”, por eso cuando se habla de retornar a los valores socialdemócratas,
la gran pregunta es: ¿A cuáles?: los clásicos o los “ flexibles “?); esto por
no detallar los fallos y las ineficiencias, que durante años se han dado en el
Tribunal de Ética de ese partido.
¿Qué hay de fondo?: un partido
que en el pasado pensaba en la “gran política”, a través de planes y programas,
hoy está subordinado por el electoralismo. Aún más, de cara a “sumar voluntades
en la estructura” y no en las bases populares, se puso en práctica una amnistía
para que dirigentes que se habían marchado del partido, regresasen.
En el pasado, en los análisis
propios de la base social del voto en Costa Rica, el PLN pasó de un sustento
rural a un sustento urbano, era el partido de la clase media, era el partido de
los sectores educados. Luego Liberación intentaría volver a conquistar las
zonas rurales (Y hasta los puertos, que siempre habían sido socialcristianas y
hasta comunistas) El PLN, tomaría votos de las clases bajas y de los sectores
menos educados.
¿Hoy a quién es fiel el PLN?: a
sí mismos y a sus intereses. Hace unos 33 años, don Carlos José Gutiérrez,
realizaba una excelente radiografía de las relaciones del PLN con otras
estructuras sociales. Hoy caben las preguntas:
-
¿Cuáles son las relaciones del PLN con otros
partidos políticos, más allá del mito de “gobierno de unidad nacional”?
-
¿Cuáles son las relaciones con el sector
cooperativo, tomando en cuenta los eventos relativamente recientes dentro de
ese sector?
-
¿Cuáles son los vínculos con los gobiernos
locales? Evidentemente tendremos que esperar los resultados de las elecciones
municipales del 2 de febrero.
-
¿Cómo reformular puentes con los sindicatos,
luego de las posiciones economicistas de Benavides y León?
-
¿Cómo se encuentran los vínculos partidarios con
el solidarismo y con otros sectores?
La erosión de las correas de
trasmisión entre por decir algo, la fracción legislativa y la sociedad, generan
como producto “una cerrazón”, que se muestra en discursos absolutos, alejados
de la negociación política.
Esa erosión, también se da entre los
representantes municipales y los munícipes (Uno de los factores de esta
realidad, es de nuevo el electoralismo, que en el momento presente, muestra los
efectos de la lucha de tendencias del 2017)
Así las cosas, la ceguera de la
dirigencia del partido, ha impedido la reconciliación con la gente desde las
mismas municipalidades. Oportunidad de oro perdida, tomando en cuenta el
dominio que en el ámbito municipal se tiene y que, puede perderse o disminuir
el próximo febrero (como puede verse: “Lo que importa es ganar procesos
electorales, lo demás después se ve”)
Valga decir, aprovechando que
estamos refiriendo a lo municipal, que el ciudadano lo que se encuentra es:
espacios anudados por disputas egocentristas, ineficientes y dirigentes
partidarios que solo se acuerdan de sus funciones en época electoral.
A esto debe sumarse que la miopía
de la dirigencia del PLN, les hace caer en el error de comparar “peras con
manzanas” y pensar que: “Si las va bien en las elecciones municipales, están
listos para ganar en el 2022”.
Para usar una paráfrasis: “tal
parece que hoy el PLN, se parece a lo que más se distanciaba: a la derecha que
combatió a don Pepe, a don Chico, a don Daniel, a don Luis Alberto…”; pero hay
que mantener las apariencias: “Si un diputado, va al acto político de otro
partido (Partido del que no nos distanciamos mucho, en materia económica),
entonces es un traidor que merece ser defenestrado”.
En la misma línea, mientras
redactamos esta nota, cada vez es más de dominio público, que los que dejaron
tirado al partido en contiendas electorales pasadas, se abrazan más a su
bandera para seguir “agarrados a sus huesos políticos”; otros, quienes llevaron
al partido a tremendos fracasos electorales, están pensando en volver a la
competencia por el poder.
Entretanto, vuelven los ecos de
las acusaciones con las que se ha atacado al PLN en el pasado: “espacio para la
cleptocracia neoliberal”, “cueva de ineptos deseosos de encontrar un espacio en
el ejercicio del poder político.”
Es triste decirlo, pero la política
es ciencia de realidades: hoy, el papel del PLN es patético, para decirlo de
algún modo: “un montón de Iscariotes, están dando cátedra de fidelidad”.
El PLN está en una encrucijada…
O los “mismos de siempre, le dan
muerte y ni siquiera cristiana sepultura” (Esto por cuanto, este PLN no sabe
comunicarse con el pueblo, ni acoge sus demandas) o se da una renovación total, como fruto de un
fuerte contingente de costarricenses y liberacionistas, que tomen el partido de
“afuera hacia adentro”, para remozarlo ideológica y organizativamente.
Liberación Nacional, debe ser
reorientado, debe ser guiado, debe ser dirigido políticamente. Esa orientación,
esa guía, esa dirección, deben darse por parte de una renovación, en su cuerpo
dirigencial. Esa renovación, debe producir una transformación esperanzadora
desde la visión ideológica, pasando por una reconciliación con la sociedad,
hasta llegar a la lucha y ejercicio del poder, con planes y programas que
rediman a Costa Rica. En esta lógica, el PLN volverá a ser amigo del pueblo.
De este modo, el PLN ofrecerá
seriedad al país (Esa seriedad que le han quitado estos gobiernos consecutivos
del PAC); de este modo, el PLN recobrará la confianza de las mayorías, mostrará
caras nuevas en sus liderazgos políticos y partidarios, gente honesta en la
acción política , clara en los planteamientos, mensajes y discursos políticos.
El otro escenario se torna harto
oscuro: que ese contingente de liberacionistas y costarricenses, vayan por el
tortuoso camino de fundar “otro partido político”, “otro partido político”, que
debe levantar la cabeza, ante otro grupo “de partidos nuevos”, con estructuras
de movilización tan débiles, que terminarán siendo testimoniales.
“otro partido político”, en medio de la jungla
de “nuevos partidos políticos”. Esto para no hablar, de las dificultades de
organización que implica una nueva estructura partidaria. Es fácil hablar de
fundación de nuevos partidos, desde un mullido sillón, desde la silla de un
escritorio o en una reunión de amigos, acompañados de un humeante café.
El PLN debe despertar y abandonar
el teatro de la pequeña política, porque la verdadera honra del PLN, es ser el
gran motor de síntesis del pensamiento político costarricense (Socialdemócrata
cristiano), para de ella, generar una encarnación con la patria.
Encarnarse con los maestros.
Encarnarse con los solidaristas.
Encarnarse con los
cooperativistas.
Encarnarse con los campesinos.
Encarnarse con los sindicalistas.
Encarnarse con la clase media
costarricense.
En esta empresa, el PLN se juega
su presente y su futuro… y debe quedar escrito: Costa Rica también…